Segovia
El Balonmano Nava vuelve a ser el reySegovia
El Balonmano Nava vuelve a ser el reyLa grada ya está de pie y Andrés Vila lanza un tiro escorado que entrada llorando tras tocar en las yemas del portero. Toda una metáfora del segundo ascenso del Viveros Herol Nava a Liga Asobal, peleado de lo lindo ante un Málaga que no ... claudicó hasta el tramo final. Pone la guinda Darío Ajo, que corre hacia el banquillo con la tarea hecha, la que se encomendó el vestuario doce meses atrás tras un descenso inesperado. De aquellas lágrimas, estas sonrisas. En una pista conquistada por la charanga y por el himno oficioso del club, ese 'Sigo siendo el rey', que la grada entonó en una nueva tarde histórica para el pueblo que se codea con los grandes.
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El ambiente era tal que resultaba imposible escuchar a la 'speaker' anunciar los protagonistas. Porque el protagonismo estaba en la grada. Así las cosas, cuando Prokop estrenó el marcador con un latigazo picado por el carril central, el público clamó. Y presionó de lo lindo para que los árbitros señalaran pasivo en uno de los primeros ataques andaluces. Las mejores galas para la fiesta, pero lo que había enfrente no era un combinado de piedra.
Viveros Herol Nava
Patotski, Moyano (4), Bernabéu, Vila (2), Dani Pérez (4), Darío Ajo (3), Nico López, Carlos Villagrán, Gonzalo Carró (1), Jakub Prokop (6), Roberto Pérez (1), Óscar Marugán (1), Nil Guiteras y Tomas Smetanka (4).
26
-
20
Trops Málaga
Villamarín, Blanco, Fernández (3), Cabrera (1), Consuegra (1), Coring (1), Melgar (4), Pablo Soler (5), Luis Castro, Palomeque (1), Vidal (1), Martins, Pérez (2) y Alberto Castro (1).
PARCIALES: 2-1, 3-4, 4-4, 5-7, 6-8, 8-10 (descanso), 10-10, 12-14, 15-14, 18-16, 21-17, 26-20
ÁRBITROS: Sánchez Bordetas y Millán Cazorla. Señalaron cuatro exclusiones a cada equipo.
INCIDENCIAS: pabellón Guerreros Naveros. Lleno.
El Málaga, la defensa más engorrosa de División de Honor Plata, impuso el lenguaje como hizo en su pista. Ataques lentos, mucho contacto defensivo y las transiciones justas. Al madurar tanto sus ataques, los andaluces desconectaban a su rival y cansaban a su defensa, doble ganancia. Un partido con muchos siete metros y responsabilidad para los extremos. Justo lo contrario ocurrió en la parcela navera, que buscaba la llave de la fortaleza por el carril central. Así se tejió un duelo a marcador bajo con un protagonismo nuclear de los porteros.
El primero en aparecer fue Patotski, que paró dos de los tres primeros penaltis a los que se enfrentó. Con el apoyo de sus compañeros, esos brazos levantados que dificultaban los tiros, el Nava cumplía en la parcela defensiva. El problema estaba en el ataque, no solo por la falta de goles, sino por la dificultad para generar buenos lanzamientos. Senovilla lo veía y solo necesitó dos pérdidas de Smetanka y Villagrán para pedir tiempo con un marcador que decía menos que el juego (4-5).
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La respuesta fue un buen gol de Prokop, pero siguieron nueve minutos de sequía. Buena culpa la tuvo la aparición de Villamarín, que se adueñó del encuentro desde su portería. Los problemas del Nava en los penaltis volvieron a escena ante un rival elogiado por Senovilla: Bernabéu, infalible en Benidorm, falló en primero y Marugán repitió suerte. Mientras, el Málaga encontraba soluciones en los segundos finales, como la vaselina de Agus Vidal en seis metros.
Así llegó la primera brecha del encuentro, una ventaja de tres goles para los visitantes: un mundo en un partido de baja anotación. Pese a verse contra las cuerdas, los segovianos limitaron daños con un tiro de siete metros detenido por Nil Guiteras y otros dos transformados por Dani Pérez. Ante tal panorama, el médico recetaba transiciones, pero solo apareció una en todo el primer tiempo, la de Óscar Marugán. Cuando Bernabéu amagó con la segunda, los colegiados señalaron una falta sin mayor castigo y la primera parte terminó con pérdida local, tarjeta amarilla a Senovilla por su visible enfado y una pitada monumental de la grada (8-10). El Nava, un torrente ofensivo, con ocho goles al descanso. Algo inaudito.
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La segunda parte empezó con menos decibelios: la rutina de pasar por el bar en el descanso está por encima de los ascensos. El Nava aplicó el tratamiento: un punto más de intensidad defensiva para provocar transiciones. Funcionó: el Málaga no tiró siquiera a portería en los primeros cinco minutos y apareció Andrés Vila, primero anotando y luego robando. Las contras llegaron; Prokop chafó la primera, pero Smetanka anotó la segunda, provocando el estruendo por el empate a diez. Cada gol valía oro. Lo demostró el propio Prokop, celebrando su tanto por el carril central como si aquello fuera fútbol.
La siguiente tarea navera era la consistencia ante un rival granítico que reaccionó con tres ataques notables. Fernández Molero también celebraba y el Nava, que ansiaba la velocidad, acababa antes de tiempo sus ataques. No ayudaba la roja a Carró tras su tercera exclusión ni la pillería de Soler, que recogió el balón a media pista y ganó en velocidad a Patotski para asegurar un tiro más cercano. El Málaga, ya con grietas, seguía al timón.
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Pero el Nava ya echaba el aliento, con goles excelsos como el de Smetanka, un sprint sin freno para ponerla en la escuadra. En esas, el partido lo volteó la defensa, que nubló el panorama de los andaluces. Lo notó Villamarín, que trató de animar a sus compañeros, pero no pudo evitar que Moyano pusiera la guinda a un parcial de 4-0 que cambiaba las tornas (16-14) ya en el último cuarto de hora.
El viento a favor lo facilitó todo. Así se venció el Málaga ante un rival que recuperó su esencia: dos tiros infalibles de Prokop y Moyano, la parada marca de la casa de Patotski y la eficacia de Vila y Pérez desde el extremo. Cuando los visitantes gastaron su último tiempo, el Nava ya había tramitado su ascenso (20-16) y la grada celebraba el aperitivo de lo que vendría después. «No tenemos la Cibeles, pero tenemos El Caño», repetía la grada. Solo quedaba descontar minutos, ya sin sustos ni murallas, porque el equipo que no veía puerta ahora lo anotaba todo. Y llegó la victoria, la decimonovena en 22 partidos. Números de Asobal.
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