Jugada de un partido anterior del BM Nava. Antonio de Torre

El Balonmano Nava sofoca la rebelión zamorana

Los segovianos, superiores en la primera parte, administran su ventaja en la pista del colista

Sábado, 5 de noviembre 2022, 22:00

El Viveros Herol Nava logró este sábado en Zamora dos puntos obligados. Lo que parece una exageración en la primera semana de noviembre no lo es tanto porque el Atlético Novás había dado un golpe de autoridad con su victoria en Zarautz, una pista complicada, ... y su balance de seis victorias en seis jornadas no recomienda tropiezos. Los segovianos, que todavía acusan la derrota ante los gallegos en la segunda jornada, solventaron su papeleta en casa de un colista trampa: no fue el paseo ante el Boadilla, al que ganaron de 21 goles seis días atrás.

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BM Zamora

Víctor Doval, Marco Torres, Andrés Pérez (2), Fernando Ruiz, Pablo Cubillas (7), David Gallego (1), Nacho López (4), Iker Eola (5), Miguel García, Raúl Maide (2), Guillermo García (3), Jaime González (2), Rubén Etayo (1) y David Mach.

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34

BM Nava

Dzimitry Patotski, Andrés Moyano (11), Paco Bernabéu (3), Dani Pérez (2), Darío Ajo (2), Nico López, Carlos Villagrán (1), Gonzalo Carró (2), Jakub Prokop (7), Roberto Pérez (1), Álex Lodos (1), Óscar Marugán (2), Tomas Smetanka (1) y Sergio Casares (1).

  • PARCIALES: 1-3, 4-6, 6-11, 8-13, 10-16, 13-19 (descanso), 16-23, 17-25, 21-27, 23-27, 26-31 y 28-34

  • ÁRBITROS: Sergio Gutiérrez López y Sergio Martínez Mirón. Señalaron cinco exclusiones a los locales y cinco a los visitantes.

Le costó arrancar el marcador al Nava, que no marcó hasta su quinto lanzamiento. Al fallo inicial de Smetanka en seis metros le sucedieron los de Prokop y Moyano, una oportunidad que el Zamora tan solo aprovechó parcialmente para estrenar el marcador con un gol de Rubén desde el pivote. Hubo opciones para asestar el golpe inicial, pero Patotski negó alegrías, como comprobaría Jaime González en seis metros. Cuando Prokop asistió a Moyano, que recogió en seis metros un proyectil para empatar el encuentro, el susto había pasado.

La historia del primer tramo de partido fue un Nava superior que no conseguía distanciarse por los detalles. Como que Prokop pisara el área a la hora de definir un contragolpe claro o que el Zamora fuera capaz de robar en defensa con un jugador menos y anotar al contragolpe. El eslovaco llevaba la responsabilidad ofensiva de los visitantes mientras el Zamora se sostenía con la valentía de Andrés Pérez o la envergadura de Iker, que anotaba el 5-4, la última ventaja local del encuentro.

En su mejor versión, el Nava adquiere una velocidad supersónica. No necesitó tanto, simplemente encadenar unos cuantos aciertos, para abrir brecha. Basta con que Prokop encadene un par de goles y Patotski un par de paradas para que la pelota empiece a rodar cuesta abajo. Se sumó Smetanka, que tiró de aceleración para resolver un ataque en inferioridad de los naveros –con portería vacía– para darle la vuelta a la tortilla: gol más exclusión local por entorpecer su salto.

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A eso hay que sumar el aspecto mental de que el portero bielorruso detenga los dos primeros penaltis a los que se enfrenta. Una cosa es saber que te enfrentas al mejor portero de la categoría y otra comprobarlo. El banquillo navero celebró efusivamente el segundo penalti negado. Con viento a favor, Bernabéu sumaba un par de tantos marca de la casa; el primero, tirando de pilería, y el segundo, al contragolpe. El parcial de 7-2 obligaba a los locales a parar el partido (7-11).

La teórica satisfacción de Senovilla por el marcador se tornó en enfado en la siguiente acción al reclamar a sus jugadores un balance defensivo digno de ese nombre. Lo intentaba el Zamora, pero el Nava va alternando goleadores como un equipo de ciclismo en contrarreloj. Moyano desplegaba lanzamientos para mantener la renta, por más que los locales anotaban goles de bella factura como el pase de quarterback que recibió Pablo Cubillas para batir a Patotksi. Ahí no falló el repliegue –Darío Ajo casi la corta–, sino que brilló la transición. En la siguiente secuencia pudo acercarse a tres el cuadro local, pero Patotski dijo que no con una doble parada en seis metros.

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Senovilla estuvo cerca de pedir el tiempo muerto, pero un golazo de Roberto Pérez hizo que el técnico vallisoletano guardara unos minutos la tarjeta verde. El último relevo navero del primer tiempo lo dio Darío Ajo, la experiencia hecha virtud. Un jugador que, al igual que Carlos Villagrán, logró en 2009 el primer ascenso en Segunda Nacional, donde ya se midió al Zamora. El derbi se ha repetido en todas las categorías menos en Asobal. El pivote anotaba en ataque y metía la mano para bloquear en defensa y echar un cable a su portero. Así, la renta visitante se marchó estable al descanso (14-19) pese al precioso gol de cadera sobre la bocina de Raúl Maide.

Tras el paso por vestuarios, el Zamora ya metía los penaltis, aunque Patotski tocara balón, para que Cubillas entendiera que ningún gol sería barato. El problema local es que para reaccionar necesitaba la ayuda de su defensa, superada por un ataque con demasiadas armas. El intercambio de goles era suficiente para los segovianos; raro será que Prokop no rompa la defensa por la mitad con su envergadura. Las exclusiones empezaban a pasar factura al Zamora con la roja a Fernando del Río al ver la tercera sanción, una de ellas por protestar. Poco después se pasaría dos minutos en barbecho el eslovaco tras un enganchón, error que reconoció con un noble apretón de manos.

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El paso de los minutos no servía al Zamora, que pidió tiempo muerto a 15 del final con cinco goles abajo. Funcionó, porque los locales apretaron las tuercas en defensa y David Mach, su portero, se hizo con el mando del partido. Patotski ponía de su parte, pero no pudo evitar que Iker redujera el déficit a tres y obligara a Senovilla a parar el partido. Los locales llegaron a ponerse a dos con superioridad numérica, pero Moyano solventó la papeleta marcando su octavo gol de la tarde con un latigazo en inferioridad. Acto seguido, Prokop limpió las telarañas de quedaban en la portería de Mach. Con dos laterales así, cualquier rebelión se queda en cantos de sirena. Y el Nava, todavía a la estela de su primo gallego, duerme segundo de su grupo a la espera de que Burgos y Aranda resuelvan hoy su derbi provincial.

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