El Aula exhibe músculo y buena conexión en la primera línea ante el Rocasa

Salió mejor el equipo vallisoletano, que se apoyó en una estupenda defensa para abrir un hueco importante en apenas cinco minutos (4-1). El partido empezó marcado por la precipitación y por las continuadas pérdidas, un escenario en el que las blanquiazules se manejaron mejor. Tampoco se puede perder de vista que este partido era el segundo que estos dos equipos jugaban en menos de 24 horas y, además, que mañana volverán a verse las caras en Huerta del Rey. Un desgaste físico que se nota sobre la pista.

Las vallisoletanas aún dominaban el partido en el ecuador de la primer mitad (9-6) gracias a su buena defensa y al acierto en la elección de los lanzamiento en ataque. Y es que las vallisoletanas combinaron muy bien el juego de su primera línea con la pivote, complicando la vida al Balonmano Rocasa. Y con estas mismas armas aguantó el Caja Rural dos inferioridades en las primeras mitad patas entrar en los últimos cinco minutos con una cómoda ventaja de cuatro goles (13-9). Una ventaja que se amplió hasta los cinco goles tras una buena jugada de Irene Botella (16-11). Con ese resultado se llegó al descanso tras una gran primera mitad del Caja Rural Aula Valladolid.

El regreso de los vestuarios trajo de nuevo la rapidez de los primeros minutos, con el Rocasa Gran Canaria aumentado su intensidad defensiva. Pero respondieron bien las blanquiazules, que ayer vestían de morado, para aguantar las ventaja de cuatro goles (21-17, min.41).

Y es que en esta segunda parte se pudo ver a la mejor O'Mullony, incontestable en ataque y con mucho protagonismo en defensa. Enganchadas a su brazo y a la buena conexión de la primera línea con los seis metros, las vallisoletanas entraron en los últimos cinco minutos cinco goles arriba (29-24).