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Contundente derrota del Balonmano Aula Valladolid en tierras leonesas ante un viejo conocido como el Atlético Guardés. Un amistoso en territorio neutral pese que ayer Villacelama tuvo cierto aroma a Huerta del Rey a pesar del mal desempeño del cuadro vallisoletano. Y es que, aunque ... el resultado sea lo de menos, el equipo pucelano debe extraer conclusiones de un choque en el que muchas de sus figuras rindieron muy lejos de su mejor nivel. Sin duda hay margen de mejora y tiempo por delante para sacar lustre a una de las mejores plantillas de la competición.
Atlético Guardés
Carratu (portera), Lima (3), Sandra Santiago (6, 2 exclusiones), Lorena (1 exclusión), Carla (-), Daniela (4), Paulina (5), -siete inicial- Miriam (-), África (-), Laura (-), Sara (8), Cristina Barbosa (-), Rosario (-), Patricia (3), Paula (3), Erika (1), Estefanía (1).
31
-
21
Aula Alimentos
Carmenchu (portera), Daniela (5), Cristina (-), Lorena (2), Teresa (1), Rafi (-), Amaia (4, 1 exclusión)—siete inicial- Elba (1 exclusión), Jimena Laguna (3), Claudia (-), Fran (1), Ángela (2), Lulu (portera), Sara Molés (1), Yunis (1 exclusión), María Fuentes (-), Fatima (-) y Elena Cuadrado (2, 2 exclusiones)
Parciales cada cinco minutos 3-2, 6-6, 7-7, 7-9, 8-12, 12-13 (descanso), 15-16, 19-18, 21-18, 24-19, 29-21 y 31-21.
Salieron los dos bloques dispuestos a demostrar intensidad y buen momento de forma. Las chicas de Miguel Ángel Peñas se encontraron a un Atlético Guardés que no acusó la zozobra institucional de las últimas semanas. Las jugadoras de José Ignacio Prades formaron con un ataque en estático muy sólido buscando a Rasnohova como referente constante del siete gallego. La eslovaca manejó los tiempos e hizo brillar a la goleadora Valero. Por su parte, el Aula quiso vivir de las transiciones rápidas con los fichajes acumulando méritos. De un lado González de Garibay y So Delgado eran un martillo pilón que machacó una y otra vez el flanco derecho. Más problemas tuvo la cubana Lorena Téllez, muy marcada y con notables dificultades para ejercer su superioridad física ante una defensa muy aguerrida.
La igualdad fue la nota dominante de un choque de estilos en el que nadie regaló un centímetro. Aún no habían hecho acto de presencia en el Pabellón de Villacelama el cansancio ni los relevos salidos del banquillo. A partir del minuto veinte llegaron las primeras diferencias notables con color vallisoletano (8-12, min. 25). El equipo de Miguel Ángel Peñas cerró la sangría en el eje central y Menchu Sanz apareció con dos formidables paradas ante lanzamientos desde los siete metros. En ataque Cristina Cifuentes cogió la manija y ordenó a las suyas para ajustar el estático y permitir correr a los extremos. Incluso el dúo cubano dio señales de vida para espolear a sus compañeras. Fueron los mejores momentos de un Aula Balonmano que hizo menguar su ventaja con la misma velocidad con la que la fraguó. Si por algo destaca la entidad de A Guarda es por su capacidad competitiva y saber agarrarse a la pista en los momentos complicados. Los cambios en portería y cinco minutos con un solo tanto que anotar en la cuenta vallisoletana permitieron al bloque guardés enfilar vestuarios a una distancia mínima en el luminoso.
El cortocircuito vallisoletano se acentuó en su regreso al parqué. El equipo de Miguel Ángel Peñas no se encontró cómodo y sus estrellas fueron superadas una y otra vez por el fragor defensivo gallego. Con muchas manos en la circulación de balón y una defensa mixta que ahogó a So Delgado y Cifuentes, todo el peso anotador recayó sobre González de Garibay y Cuadrado. Se notó el mayor acoplamiento en un equipo con menos novedades como el gallego.
Al paso por el ecuador de la segunda parte, el Atlético Guardés estaba zarandeando a un rival impotente. Los nervios hicieron mella en un Aula Balonmano sin ideas y con muchos problemas en ataque. La falta de química entre los nuevos fichajes derivó en muchos problemas a la hora de hacer circulaciones rápidas. Por si fuera poco, Carratú echó el cerrojo cada vez que alguna jugadora azulona era capaz de superar la muralla planteada por José Ignacio Prades.
Los últimos diez minutos sirvieron para hacer las últimas probaturas en la debilitada defensa pucelana y para acumular carga de minutos a los estandartes del BM Aula Cultural. También sirvieron para que la ibicenca Paulina Burforn se colase en la fiesta particular de Rasnohova y Valero, una dupla que puede sembrar el terror en los pabellones de la División de Honor la temporada que ya está a la vuelta de la esquina.
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