El Aula se desata tras el descanso y arrolla en la segunda mitad al Morvedre

Las valencianas, que llevaban casi un mes sin competir, se aferraron a una defensa muy cambiante, con una presión que en ocasiones llegaba al centro de la cancha. En este contexto, O'Mullony dio aire a las vallisoletanas, pese a que no supieron aprovechar las superioridades. El ataque local no empezó especialmente iluminado, pero el Aula fue hoy un equipo muy solidario en defensa.

Las vallisoletanas manejaron mejor el ritmo mediada la primera mitad. Su control empezó a ser notable, agarradas a las paradas de Carmen Sanz. De hecho ambas porteras vivieron minutos de inspiración, O`Mullony, siempre inteligente y eligiendo la mejor opción disparó a las locales. Obviamente se notó por momentos la falta de competición del equipo de Sagunto, que no jugaba desde el pasado 12 de noviembre.

Sin embargo, en una fase valiente, colérica y decidida de las valencianas, el Aula encajó goles fáciles y se ajustó el marcador hasta un 9-8 camino del descanso. Se tambaleó incluso la ventaja local pero los penaltis de Amaia González de Garibay dejaron las cosas en su sitio. El partido entró en «una riña» de la velocidad contra la calidad. La nipona Mikuzi Hosoe imprimía desde el central un ritmo frenético al Morvedre y ese sello fulgurante desgastó por momentos a las de Salva Puig.

El Aula se agarró a la defensa 6-0 para aguantar la ventaja, pero cuando ya estaban «hilvanando» una mínima renta el Balonmano Morvedre comenzó a presionar en una defensa que «mordía» e impecable además, sin exclusiones. No acertaba tampoco en los lanzamientos de seis metros el Caja Rural, con varios a los postes. Así las cosas, se llegó con empate a 14 al intermedio gracias a Viktoria y Mizuki, que cogieron la bandera de la reacción visitante.

En la reanudación todo cambió. Se encendieron las luces en ataque de las vallisoletanas que, además, supieron aprovechar las superioridades (19-16, minuto 35). Precisamente una exclusión de Khadija hizo que se le «fundíeran» los plomos al BM Morvedre. Mucho tiempo sin competir, era lógico, pero eso no resta mérito a un Aula que cuando apretó los dientes tuvo alma de equipo sólido. El triunfo fue la consecuencia lógica de un espíritu solidario en los peores momentos para aprovechar después la chispa ofensiva de O`Mullony.

Los lanzamientos de la zamorana encontraron «la complacencia» de esa defensa valenciana en inferioridad. Fue la fase decisiva del partido, Morvedre ya no supo cerrar esa sangría en la última fase. Las visitantes se volvieron permeables atrás y Jimena Laguna cogió el relevo ofensivo, con lo que el marcador se disparó hasta un 22-17 (minuto 40) con tiempo muerto de Manuel Etayo para poner fin a ese carrusel ofensivo local.

De un 14-14, se había pasado a ese elocuente 22-17. Fue un visto y no visto. El Aula se dio un festín goleador en este ciclo de vendaval ofensivo que dejó al equipo de Sagunto sin capacidad de respuesta. Y es que las vallisoletanas se vinieron arriba, muy arriba. Sus lanzadoras soltaron el brazo con la confianza de sentirse superiores y ahí murió la emoción del partido, pese a que las valencianas intentaban ajustar su defensa, sin lograrlo.

Con todo perdido, Morvedre hizo un último esfuerzo pero la incertidumbre no llegó a aparecer en el electrónico. En un intercambio de «golpes» final, las vallisoletanas salieron ganando. Las de Sagunto lo intentaron de todas las maneras posibles pero la desventaja incluso se agrandó. Llegado ese punto, el partido ya no tuvo color (32-24).