

Álvaro y Miguel Martínez, jugadores del Recoletas Valladolid
Los canteranos, buque insignia del club, admiten que en Logroño quieren seguir creciendo «al igual que el Recoletas»
Basta con ver el último partido en su 'Huerta' para darse cuenta de lo difícil de la decisión. Miguel y Álvaro Martínez Lobato, «los hermanos, « ... los gemelos»... se despiden del Atlético Balonmano Valladolid, club al que llegaron cuando aún no tenían barba, y la Asobal en Pucela pertenecía al pasado. Desde entonces, ya en la década anterios, club y jugadores no han parado de crecer hasta el punto de que Miguel ha llegado a ser internacional y Álvaro Martínez llama a las puertas de la selección española tras una temporada que difícilmente se olvidará en Valladolid. Los dos, como si fuesen un 'pack', aunque admiten que no ha sido así, firman por el BM Logroño y abandonan el Recoletas para «salir de la zona de confort» y buscar «un nuevo reto», que no tiene por qué ser el definitivo.
–La pregunta es obligada. La mejor temporada de la historia del club, su club, lucha por Europa incluida... y los hermanos Martínez se marchan...
–Miguel Martínez: Necesitábamos cambiar de aires, probar nuevos métodos de balonmano, salir de la zona de confort, ver a otros jugadores, técnicos, otros sistemas...
–Álvaro Martínez: Ha sido una decisión complicada, llegamos aquí cuando éramos juveniles de La Enseñanza, y este es nuestro club. Creemos que puede ser un cambio para mejor.
–¿Cuántas veces les han dicho, pero dónde vais a estar mejor que aquí?
–M. M.: Muchas. Nuestra familia, amigos, los aficionados... Cada vez que terminan los partidos, pero entienden los motivos.
–Á. M.: Tampoco nos vamos tan lejos, que Logroño está ahí, y vendremos mucho, que nuestra casa está aquí.
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–Se marchan los dos, hermanos, a la vez, al mismo equipo... ¿La oferta tenía que ser para ambos?
–M. M.: No, no, de hecho, la oferta la recibimos con tiempos diferentes. Podíamos haber terminado cada uno en un sitio, aunque es verdad que imagino que se ha valorado el tándem.
–Á. M.: Sí. Nos entendemos muy bien dentro y fuera de la pista, pero no es que haya sido casualidad, pero no ha sido un 'pack'.
–Desde fuera da la sensación de estar muy unidos. ¿Cómo es su vida fuera de la pista?
–Á. M.: Estamos muy conectados. Hablamos muchos, tenemos gustos similares, pero luego cada uno tenemos nuestra casa, nuestras parejas. No solemos hablar mucho de balonmano, pero sí de otros deportes: fútbol, rugby, baloncesto...
–Habla Álvaro de conexión... Para unión la que se ha dado esta temporada con Alejandro Pisonero ahí en ataque...
–Á. M.: (Risas) Es un central increíble, y tiene mucho camino por delante, y sí que hemos jugado muy a gusto. Pero no es solo Piso, con el que ya llevamos jugando mucho tiempo, es que el colectivo es muy bueno. Hay jugadores que llevamos mucho tiempo juntos y nunca hay una mala cara. Ahí está Manu, César, Camino...
–¿Es esa la clave de la progresión ascendente del Recoletas?
–Á. M.: Es un equipo que ya tiene una seña de identidad. El jugador que viene termina siendo un pucelano más, y eso es difícil de conseguir, pero es lo que está sucediendo.
–Miguel Martínez: Tener un buen grupo es fundamental. Hemos sido un equipo disciplinado, consistente, con trabajo en los entrenamientos, pero también con ese entrenamiento invisible de cada uno, y Pisonero tiene mucho que ver.
–¿Qué le ha faltado al equipo para poner la guinda a la temporada?
–M. M.: Ser más fuertes fuera de casa. Si el equipo quiere aspirar a estar más arriba en la Liga tiene que aprender a jugar esos partidos lejos de Huerta del Rey. Saber sufrir y ser más expertos en determinados momentos. Ha habido partidos donde teníamos que haber llevado más la iniciativa, incluso cuando se ponían complicados.
–Á. M.: La ambición de poder ganar en todos los campos y conseguir una regularidad y consistencia fuera de casa. En Huerta la temporada ha sido espectacular, pese la última derrota con Torrelavega.
–Habla de Torrelavega, ¿puede ser un espejo dónde mirarse? Clasificado para Europa, una Liga espectacular...
–Á. M.: A mí ha sido el equipo que más me ha gustado, exceptuando al Barça claro. Ha tenido mucha continuidad en su juego. También han estado muy bien Cangas o Logroño.
–M. M.: Yo me quedaría con la temporada de Aranda. Es un recién ascendido y ha hecho una gran temporada, y ha aportado mucho balonmano a la Liga.
–Vayamos con la Liga. Hacía mucho que el Barça, pese a ganar la Asobal con solvencia, no perdía, uno de los partidos además en Huerta e histórico para ustedes. ¿Cómo ven la competición?
–M. M.: El partido con el Barcelona no se nos olvidará, y demuestra que la Liga se está ajustando.
–Á. M.: La Liga ya está a un nivel muy alto. La prueba es lo que ha pasado con Huesca. Nosotros fuimos a jugar allí, ellos últimos, y nos superó con creces. La línea del descenso se ha ido a los veinte puntos, y puedes perder en cualquier pista.
–En esa progresión de la Asobal, también se ha notado la del Atlético Valladolid. ¿En qué lo han notado en esta década que han estado en el club?
–Á. M.: Yo lo he notado mucho en la exigencia de los entrenamientos. El trabajo de Piso y de Óscar también se ha notado muchísimo.
–M. M.: El club se ha profesionalizado, pero también los propios jugadores. A nivel personal, por ejemplo, el chico que llega en el 2016, con ilusión, ganas... ha dejado a un lado esa cabeza loca, y ahora lo que trata de hacer es cometer menos errores, minimizarlos en la pista. Creo que el estilo de juego no ha cambiado mucho.
–En esos cambios, quizá incluso más a nivel del propio deporte, hay un cambio significativo en el juego, con la importancia adquirida por la portería, ¿no es así?
–M. M.: La portería lo es todo. En Valladolid hemos tenido la suerte siempre de tener buenos porteros. Esta temporada con Juan y César ha sido espectacular. Si consiguen entre 15 y 20 paradas, pues el partido es mucho más fácil.
–Eso si se habla de paradas... Pero si lo hacemos de goles, ahí Álvaro ha sido fundamental esta temporada. ¿Lo esperaba?
–Á. M.: No, pero está claro que ha sido mi mejor temporada a nivel individual. He notado el apoyo, la confianza del entrenador. Luego en casa, para mí el apoyo de la afición ha sido un plus. He sido capaz de jugar para mí y para el equipo, que es muy importante, y ese era el objetivo. A nivel goleador creo que he leido muy bien esas segundas jugadas. Saberlas interpretarlas me ha dado muchos goles.
–Miguel, para que haya un poco más de objetividad... ¿No está tardando Jordi Ribera en darle un toque para Los Hispanos?
–M. M.: (Risas) Lleva ya dos o tres años rindiendo a un nivel muy alto. Para mí sería fácil que recibiera la llamada del seleccionador, y creo que no le sorprendería a nadie. Sería una gran noticia y podría seguir progresando con los mejores.
–¿Qué le parece Álvaro?
–Á. M.: Que queda mucho. Está muy lejos. Hay muchísimo nivel en España, y muchos jóvenes que vienen con mucha fuerza. Ojalá.
–Imagino que se han convertido en referentes para el mundo del balonmano en Valladolid. ¿Cómo ven la base y la cantera?
–Á. M.: Ahora mismo hay chicos que vienen muy bien preparados. La base se trabaja muy bien en Valladolid. Delicias o Laguna están haciendo un gran trabajo con la formación.
–M. M.: Hay muy buena cantera. Que salgan tres jugadores al año no es fácil, y aquí estamos en disposición de que suceda, y eso es trabajo. El paso de juveniles a la Asobal es muy bestia, pero para eso está por ejemplo el filial y su potenciación.
–Logroño... ¿Y regreso a Valladolid?
–M. M.: No es el final del trayecto. Puede haber más aventuras y Valladolid estará ahí siempre.
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