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Miguel Ángel Peñas y Teresa Álvarez se funden en un emocionado abrazo al final del partido.

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Miguel Ángel Peñas y Teresa Álvarez se funden en un emocionado abrazo al final del partido. Rodrigo Jiménez
Balonmano

Adiós Miguel Ángel, adiós Teresa, comienza una nueva etapa en el Aula Cultural

El Caja Rural Aula gana al Atlético Guardés en el último partido en casa de su técnico, de su capitana, finalizado con lágrimas en la grada de Huerta del Rey

Juan J. López

Valladolid

Sábado, 25 de mayo 2024, 22:25

El Caja Rural Aula Cultural ganó al Atlético Guardés (31-30). Ya está. El resultado, el juego, incluso que haya partido de vuelta en Galicia, quedó en un segundo plano. O tercero. O cuarto... No era el día del marcador, ni de si la defensa tenía que ser 6-0 o 5-1, aunque al técnico al que se le veía más emocionado que de costumbre, le costase no elevar la voz en cada pérdida de balón de sus jugadoras. «Amaiaaaa, no», le gritó desde la línea con su equipo volcado en pro de una remontada tras una primera parte en la que la defensa vallisoletana no apareció. Ni un reproche.

Caja Rural Aula Cultural

Carmen Sanz (8 paradas), Elba Álvarez (10), Marcela Arounian (1), Martina Romero (2), María O'Mullony (8), Inoa Lucio (2) y Amaia G. De Garibay (5) -siete inicial- Claudia Moreno (1), Alba Badás (portera), Irene Botella (-), Savina Bergara (-), Teresa Álvarez (2), Lorena Téllez (-), Laura Bazco (-) y María Antón (-).

31

-

30

Mecalia Atlético Guardés

Míriam Sempere (5 paradas), Cecilia Cacheda (3), María Palomo (5), María Paula Fernández (4), Cristina Cifuentes (1), Andreza Costa (2), Itziar Martínez (2) - siete inicial- África Sempere (7), Venera Surjan, María Sancha (1), Estela Carrera (portera, 1 parada), Anaia Ramos (3), Elena Amores (2) y Julia Nuez Vila (-).

  • Árbitros: Jorge Rodríguez Pacheco y Alejandro Núñez Camacho. Excluyeron a Martina Romero (8:34), Marcela Arounian (33:43) y María O'Mullony (41:00 y 59:26); y a María Palomo e Itziar Martínez (16:06) por el Mecalia Atlético Guardés (7:20).

  • Parciales: 3-4, 5-7, 9-9, 12-13, 12-17, 15-19 (primera parte), 18-20, 22-21, 23-22, 29-28, 31-30.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de la primera eliminatoria del 'play off' que determina el quinto y el sexto puesto. Al término del choque se colgó la camiseta de Teresa Álvarez de lo alto del Polideportivo Huerta del Rey, como reconocimiento a su carrera.

Posiblemente Lorena o Marcela estaban ya pensando en Teresa, en su capitana. La que les enseñó lo que era el Aula, tal y como lo conoció ella cuando el club de Pajarillos –«de Las Flores», me corrige una de sus fundadoras ataviada con una careta de la capitana– jugaba en el Polideportivo Cristóbal Colón. No era el día de la defensa. «¿Qué juegan contra quién?», le preguntaba una aficionada a otra. No era el día. No. Era la tarde de Teresa Álvarez, de Miguel Ángel Peñas, del cierre de una etapa de quince años en los que el club ha pasado del barrio al profesionalismo. Al del nuevo subcampeón de Copa de la Reina, que buscará el miércoles certificar la quinta plaza en Pontevedra en el que será el último partido de dos de las leyendas de la entidad.

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La despedida fue por adelantado, porque Huerta del Rey vivió sus últimos minutos como jugadora y técnico. Se lo recordó a ambos cuando por la megafonía sonaron sus nombres. Primeros momentos de emoción. También en el minuto 21, con la capitana ya en la pista, coincidiendo con el dorsal de su camiseta. Ovación cerrada y el público de pié.

Daba igual que el Guardés se marchase en el marcador, con una renta de tres goles (12-15), con el apagón defensivo generalizado. La capitana iba a tener más de cuarto de hora en pista para alegría de los aficionados, de sus amigas, de sus familiares, de sus excompañeras. Era el día de Teresa.

La misma que aprovechó su despedida para reclamar más ayudas. Para que su legado convierta a todas las jugadoras en profesionales, «y puedan vivir de esto», reclamó al término del partido, con su camiseta elevándose hasta el cielo del Polideportivo y descansar izada al lado de la toda otra leyenda del balonmano local, como lo es Raúl González.

De vuelta al partido, la primera parte bajo el telón con un 15-19, que certificaba lo de la defensa. Ningún equipo –salvo el Bera Bera– le había metido casi la veintena al Aula de Peñas en los dos últimos meses. Y, en circunstancias normales, los gritos del entrenador se hubiesen escuchado desde la misma posición donde ya descansa la camiseta de Teresa Álvarez... No fue así, pero el equipo tras el descanso reaccionó. Lo hizo merced a ese extra de motivación de Amaia de Garibay –vaya último mes que lleva–, que no quería que su «hermana» se despidiera con una derrota. Por el acierto de Elba Álvarez, que se marcha a San Sebastián y que fue letal desde los siete metros, y porque O'Mullony es O'Mullony. Y porque la historia tenía que terminar con un gol de la capitana. El de la victoria. El del epílogo soñado a un cuento de película. A un cuento muy de Valladolid.

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