El adiós del espíritu con el que nació el Aula Cultural
Balonmano ·
Israel Maniega, fundador del club en 1976 en el barrio de Las Flores, se jubila de los banquillos entre las muestras de cariño de las jugadoras a las que entrenóSecciones
Servicios
Destacamos
Balonmano ·
Israel Maniega, fundador del club en 1976 en el barrio de Las Flores, se jubila de los banquillos entre las muestras de cariño de las jugadoras a las que entrenóHay personas que dejan una huella profunda a su paso. Este es el caso de Israel Maniega, técnico del Aula que hace unas fechas anunció que se jubilaba de los banquillos. Nada más hacerse público, las redes sociales se llenaron de muestras de cariño y respeto de jugadoras actuales del equipo femenino de División de Honor y de otras que militaron en el club y no quisieron dejar pasar la oportunidad de mostrar su reconocimiento a un buen técnico que, sobre todo, es una gran persona.
Maniega representa como nadie el espíritu primigenio del Aula Cultural. Tanto es así que lo fundó en 1976 junto a su mujer Charo, entonces su novia, en el barrio de Las Flores y junto al club juvenil del barrio. Era una de las aulas culturales puestas en marcha por el Ayuntamiento. Algunas chicas jugaban al balonmano en un colegio de monjas. Hablaron con Israel Maniega y, como reconoce él, «me liaron. De balonmano sabía entonces lo que había visto por la televisión. Yo jugaba al fútbol. Me hice con libros y comencé a empaparme de lo que es este deporte».
Recuerda que por entonces entrenaban en un patio de unos 12 metros de ancho por algo más de 30 de largo. «Las paredes eran las líneas. Todo un peligro para entrenar. La portería era la pared», rememora.
La liga femenina de entonces la jugaban solo cinco equipos. Aquel Aula todavía en pañales crece y se añaden también equipos masculinos.
Sin embargo, el hecho clave en la historia del Aula Cultural tiene lugar en 1986. Se trata de una especie de refundación con el colegio Cristóbal Colón de Pajarillos como epicentro. En esta fase participa Maniega con personas como Alfonso Rodríguez o Juan Pinacho. Se aprueban los estatutos del nuevo club. Comenzaba una trayectoria creciente que ha finalizado esta temporada con las chicas del Aula estrenándose en una competición continental. Un viaje en el que Israel Maniega ha estado siempre ahí.
Sobre su titulación como técnico, nunca logró sacarse el nivel de entrenador nacional. Tuvo la oportunidad, pero no pudo aprovecharla. Tiene tanto el título de monitor como el de entrenador territorial. Precisamente en este último sacó la mejor nota y fue becado para, en septiembre de ese año, presentarse en Barcelona al de entrenador nacional. Israel pidió permiso en la fábrica donde trabajaba, Pegaso (hoy Iveco), pero no le fue concedido. «Me fastidió un montón. Perdí una gran oportunidad. Me quedé en el título de entrenador territorial. El de nacional lo fui dejando y ya no lo saqué», explica.
A Isra Maniega también le debemos el 'descubrimiento' de Miguel Ángel Peñas como entrenador. «A Miguel lo capté allá por 1982 o 1983. Iba al colegio a ver jugar a su hermana. En el Cristóbal Colón había tantos equipos que ya no podía. Necesitaba que alguien me echara una mano y se lo ofrecí. Conseguimos liarlo. Miguel Ángel Peñas fue mi segundo con el equipo de Primera. Se ha visto que es un tío muy válido y lo que tiene se lo ganado a pulso»,
Desde 2013, Maniega fue el segundo técnico de Peñas en el Aula, año en el que las chicas del conjunto vallisoletano dieron el salto a la máxima categoría del balonmano femenino. Le tocó también ocuparse del banquillo cuando el primer técnico fue objeto de un duro castigo por unas declaraciones. «No he entendido nunca aquella sanción. Estás ahí y tomas la responsabilidad con la confianza de Miguel Ángel Peñas y de la junta directiva. Entrenábamos juntos durante la semana y decidíamos en cada momento lo que había que hacer. Era muy sencillo que funcionara. Dejé al equipo tercero y con 25 puntos. Le dimos naturalidad a la cosa, intentando que no fuera un drama. Me exigí más y las chicas estuvieron perfectas. Ves que la cosa sale y te consideras más útil. Fue un marrón que acepté pues estaba para ello. Me encantó. Salió bien porque el factor humano era insuperable. Las jugadoras me lo pusieron muy fácil», indica.
Razona su marcha en que «ha llegado el momento adecuado. Llevaba tiempo rondándome por la cabeza. El equipo va bien y es hora de que me dedique más a la familia. Ellos no me han pedido que lo deje, pero puse todo en la balanza y vi que era el momento. Hay otras cosas en el mundo aparte del balonmano y por este deporte he tenido a la familia un poco abandonada».
«No he ganado un duro con el balonmano», prosigue. «Pero con el cariño de las jugadoras y la gente me basta. Me voy tranquilo».
En el comunicado en el que anunciaba su marcha, la entidad que preside Cayetano Cifuentes lo definía como un referente del espíritu Aula. «Es así. He intentado dotar al club de mi espíritu y mis valores. Soy así y me llena de satisfacción», asegura el alma máter del Aula, la persona que lo alumbró hace nada menos que 44 años.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José Antonio Guerrero | Madrid y Leticia Aróstegui (diseño)
Juan J. López | Valladolid y Francisco González
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.