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Daniel Gordo en un de los parajes de Kyndil.
«Me costó decidirme, pero me alegro de haber venido a las Islas Feroe»

«Me costó decidirme, pero me alegro de haber venido a las Islas Feroe»

El vallisoletano Daniel Gordo emprende una aventura, como coordinador técnico del Kyndil, en el archipiélago del Atlántico Norte

césar r. cabrillo

Domingo, 11 de septiembre 2016, 17:47

El entrenador vallisoletano Daniel Gordo, que dirigió al Ademar León durante dos temporadas (2013-2015) se ha convertido en coordinador de los equipos, masculino y femenino, del Kyndil, club de las Islas Feroe, destino al que hasta ahora no había llegado ningún técnico ni jugador español.

Gordo, que llegó a dirigir al conjunto leonés en competición europea, ha decidido vivir esta nueva aventura como una experiencia «cargada de aprendizaje en muchos sentidos». El técnico espera perfeccionar los idiomas y aprender mucho en el tema balonmanístico, pues allí este deporte tiene fuertes raíces del juego de Dinamarca e Islandia, referentes mundiales del balonmano actual. Desde la distancia, el técnico augura que las temporadas del Atlético Valladolid y el Aula Cultural volverán a ser tan buenas como el curso anterior. Los atléticos, por equipo y las chicas del Aula, por el juego que despliegan, que tiene enganchado al público de Huerta del Rey.

¿Qué espera de su nueva experiencia?

Creo que será una temporada cargada de aprendizaje en un muchos sentidos. A nivel personal, sin duda, será una etapa que recordaré el resto de mi vida. Me servirá para perfeccionar idiomas y, sobre todo, será una evolución a nivel profesional. Aquí la mayoría de entrenadores están formados en Dinamarca y esta fue una de las cosas que mas me animó a dar el paso; aprender estilos diversos de juego y formas de trabajar tan diferentes a la española.

¿Cómo le llego esta oferta?

En mi etapa como entrenador del Ademar de León, hice muchos contactos en búsqueda de jugadores jóvenes, con talento y que fueran accesibles para la maltrecha economía del club por aquel entonces. Uno de estos contactos me habló de esta posibilidad. En abril vine a conocerlo y me gustó lo que vi, sobre todo el conjunto de la oportunidad: las islas, increíbles por su belleza natural, el club el más longevo del país (en horas bajas y con mucho animo de recuperar su hegemonía) y, de primeras, el trato que me dispensó la gente, que fue espectacular.

¿Costó mucho decidirse?

La verdad es que sí. Es hacer lo que he hecho toda la vida, pero en un sitio remoto del planeta y a dos horas en avión de cualquier otro lugar, con un clima bastante diferente al que estoy acostumbrado y bastante menos población. Pero lo que primó en mi decisión, fue la gran oportunidad de crecimiento personal que se me presentaba. Y, ahora que estoy aquí, me alegro enormemente de haberme decidido por Kyndil.

¿Qué le hizo aceptarla?

Después de nueve temporadas en León decidí tomarme un tiempo de barbecho, de hacer otras cosas, pasar a limpio toda esa experiencia, dejar reposar aprendizajes, pensamientos y reflexiones sobre pasos dados. Quería que todo lo que allí viví me sirviera en un futuro. Iñaki Aniz, exentrenador del Helvetia Anaitasuna, me comentó que la vuelta a los banquillos, en determinadas ocasiones, no depende solo de querer volver, sino también de la ilusión y empeño que ponga la otra parte en que participes en su proyecto. Y así ha sido. Kyndil, mi nuevo club, ha puesto todo de su lado para que yo esté ahora liderando su proyecto deportivo.

¿Cuáles serán sus funciones dentro del nuevo club?

Lo que aquí llaman Head Coach. Mis funciones serán las de elaborar un trabajo para la diferentes categorías, darle el toque personal al modelo de juego del club y, sobre todo, españolizar un poco un balonmano que está inmensamente influido por el juego danés e islandés. Luego, con diferentes colaboradores, seré el responsable de los equipos sénior del club, donde lucharemos por conseguir el campeonato nacional, tanto masculinos como femeninos.

¿Cómo han sido los primeros días?

Trato de adaptarme lo más rápido posible a mi nueva vida aquí, con mucha ayuda de toda la gente de mi club. Todas las tardes las tengo ocupadas con el balonmano, y por las mañanas procuro estar atareado el mayor tiempo posible. Cuando tengo un rato libre, gracias a las nuevas tecnologías, estoy en contacto con familia, amigos, con España en general. Aprovecho el tiempo libre para saber y estar pendiente de los míos.

Ahora desde la distancia..., ¿cómo ve al Atlético Valladolid?

Creo que se está haciendo una gran labor en todas las parcelas por trabajar de una forma que permite ir creciendo al club de una manera sostenible. En cuanto al primer equipo, sigue con la misma base del exitoso ascenso y además se ha reforzado muy bien. Liderados por Fernando y Diego Camino creo que estarán en la zona noble de la tabla y esta temporada darán otro paso en búsqueda de objetivos más ambiciosos. Por otro lado, tanto Dani Dujshebaev como Miguel Camino están llamados a ser dos de las revelaciones de la Liga Asobal. Además, auguro que este último conectará con la grada de Huerta del Rey. En cuanto al trabajo con la cantera, seguimos sin encontrar la difícil fórmula para que la base de Valladolid pueda competir en los diferentes campeonatos territoriales y nacionales con cierta autoridad.

¿Y al Aula Cultural?

El año pasado fui asiduo a los partidos en Huerta de Rey y me di cuenta de que a la gente le gusta como juegan, disfrutan viendo a las niñas que en su día jugaban en Pajarillos contra las mejores jugadoras de la Liga española. Creo que ese objetivo es muy difícil de lograr. Enganchar a una afición con el juego es muy complejo. No me cabe la menor duda de que el gurú de Miguel Peñas y sus chicas lo conseguirán otra vez más, a pesar de los impedimentos económicos. Siempre parece que no van a poder mantener el nivel y ya he perdido la cuenta de las veces que lo han hecho de nuevo.

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