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España se lo empieza a creer

Los Hispanos se imponen a Suecia y pasan de ronda con cuatro puntos

Eloy de la Pisa

Miércoles, 20 de enero 2016, 21:55

En un Europeo, como en un mundial, hay dos factores que te condicionan la vida. El primero es la confianza; el segundo el tener tranquilidad. España llegaba con lo primero al Europeo, pero ante Eslovenia entró en un sembrado lleno de dudas. Ante Suecia, afortunadamente, deshizo lo segundo y apuntaló lo primero. Los chicos de Cadenas pasan de fase con dos victorias, y tienen las semifinales algoi más cerca. En relación directamente proporcional a la seguridad que hayan acumulado después del triunfo de ayer.

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Un triunfo trabajado, peleado, logrado con brillantez táctica desde el banquillo, con la soberbia dirección de Entrerríos en la pista y con el inconmensurable Pérez de Vargas entre los tres palos. El toledano frenó a los cañoneros nórdicos en los momentos decisivos, y con su trabajo apuntaló de manera definitiva el trabajo defensivo

España tuvo una primera parte complicada. Tanto por lo que tenía enfrente como por sus propias dudas a la hora de atacar o defender. Los cañoneros suecos, con sus trayectorias amplias, desestabilizaban una defensa a la que solo mantenía en pie la conexión entre Raúl Entrerríos y Aguinagalde. Central y pivote se las ingeniaban para encontrar los huecos porque los suecos también dudaban: o salían a los tiradores o se anclaban a seis metros.

Y entre ponte bien y estate quieto, cada selección iba consumiendo sus armas. Los hispanos dando profundidad al muro defensivo y controlando poco a poco al pivote sueco. Los suecos alternando 6-0 con 3-2-1 o 5-1 cuando estaban en superioridad. Cada escuadra gastaba su munición con prudencia, en previsión de una segunda mitad que se antojaba especialmente esforzada. Y en esa prudencia y dosificación de fuerzas España encontró antes la veta, y pudo irse de tres goles. Una renta que se antojaba interesante, pero que estropeó Antonio García forzando una innecesaria exclusión cuando la primera mitad agonizaba.

Afortunadamente el error no tuvo excesiva trascendencia. Y no la tuvo porque Cadenas terminó por convencer a sus pupilos que el partido no estaba en el área sueca, si no en la española. La coordinación defensiva logró, en esta segunda mitad, solventar los problemas que estaba planteando la estrategia nórdica de colocar el pivote muy abierto para facilitar los lanzamientos de sus cañoneros. Y como la defensa defendió, y Pérez de Vargas comenzó a tocar todos los balones que se le acercaban, los suecos entraron en modo confusión.

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España olió el triunfo. Sin un central que ordenara, Suecia se diluía, y España encontraba los huecos. Entrerríos ya no encontraba a Aguinagalde con facilidad, pero quién hallaba los caminos eran los laterales. Y pese a que el partido no se rompía, España caminó hacia la victoria sin mayores sobresaltos.

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