Dos puntos más para el Atlético

Dos puntos de oro para el Atlético Valladolid, que impuso su saber estar sobre la cancha, su experiencia en los momentos decisivos y el coraje de una buena defensa, portería incluida, para frenar a los impetuosos jugadores del Alcobendas. Después del desgaste del pasado miércoles en la Copa, los hombres de Nacho González ofrecieron un gran partido, trabajado, laborioso en muchas fases del encuentro, sin excesivos errores y demostrando que la edad no es un handicap si se funciona como equipo. Los dos puntos logrados ante el Alcobendas vendrán de perlas ante un calendario que se pone cuesta arriba para los de Pucela. Ahora deberá rendir visita al Palma del Río y después recibir al Teucro, dos de los gallitos de la categoría.

El Atlético Valladolid se encontró con un regalo en el inicio del partido. Su rival, el Alcobendas, salió con una defensa 5-1 que quedó en evidencia. De la Rubia, Roberto y Fernando hicieron estragos en la zaga madrileña y jugaron a placer. Además, en defensa el conjunto vallisoletano se mostró impenetrable en esos primeros minutos que llevaron el marcador a un 7-1. Y es que los del Alcobendas acertaron a marcar su primer gol a los siete minutos y medio de partido, cuando el Atlético jugaba en inferioridad por la rigurosa descalificación de Grossi. Precisamente esta circunstancia de perder a un jugador para todo el encuentro, y además uno de los zurdos, a la vez que el cambio de defensa madrileño a un 6-0 menos permeable, propició que el marcador se ralentizase para los locales. Tampoco los colegiados, con sus dispares criterios colaboraron a poner orden. Así, el Alcobendas reaccionó y recortó diferencias en los siete minutos que los vallisoletanos estuvieron sin marcar (8-5, min. 20).

Viscovich apareció para dar un poco de aire fresco a De la Rubia en el juego y el Atlético mantuvo el tipo sin excesivos problemas hasta el descanso (15-10).

Volvió el Alcobendas en la segunda mitad con el brazo armado de Beret, un auténtico cañonero que marcó nada menos que siete goles en esta segunda parte. En el Atlético las ideas comenzaban a escasear y Roberto se empeñaba una y otra vez en choques con una defensa madrileña que le tenía cogida la medida. Ante las escasas opciones por el centro, Lacasa sostuvo el marcador por la derecha, mientras los cambios de posición de De la Rubia le permitían entrar como Pedro por su casa por la izquierda. La veteranía del exjugador del Alcobendas, unida a la experiencia de Fernando, las paradas oportunas de Rey y la contundencia defensiva, fueron suficientes para evitar sustos de última hora y sumar una trabajada victoria.