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El baloncesto quiere ser marca de garantía. Es el reto del equipo que debutará el domingo en Primera Nacional bajo la denominación de El Cochinillo Segoviano y los cimientos del Spordeporte, fundado en 2014 gracias a la Escuela de Baloncesto de Cantalejo y con estructura en Carbonero El Mayor, Trescasas o Segovia. Su presidenta, María Martín, afronta el desafío: «Posicionar el baloncesto femenino de Segovia donde debería estar. Porque hay muy buenas jugadoras y potencial».
El proyecto se remonta a finales de 2019 y principios de 2020, meses después de que el Unami renunciara a inscribir a su equipo en Primera Nacional. «Queríamos que los equipos femeninos de Segovia se volviesen. Y como llevábamos 10 años con la cantera, queríamos dar esa salida», subraya Martín. La idea contó con las facilidades de Ayuntamiento y Diputación, pero llegó la pandemia. «Tuvimos que paralizarlo, no sabíamos lo que iba a pasar. Es una liga en la que necesitas bastante apoyo económico, no podemos vender humo. Ahora es el momento; las chicas necesitaban esa oportunidad y el apoyo que hemos tenido de las empresas ha sido brutal».
El Cochinillo Segoviano es el nombre del principal patrocinador, pero el equipo cuenta con el apoyo de unas 70 empresas. «Y estamos en busca de más», promete Martín. La idea es lograr un concepto de pertenencia con las empresas que ya apoyaban a su cantera y las que se han sumado este verano. «Queremos que todo el mundo se sienta partícipe. Mejor muchos pocos que un mucho».
El abanico es muy amplio: sectores como la gastronomía, el automóvil, tapicerías, embutidos, tiendas de alimentación o administraciones públicas. La presidenta esgrime las aportaciones «de todos esos pequeños pueblos» que dan al equipo una identidad provincial. A ello hay que añadir aportaciones en especie como agua, carteles o jamones, un producto con el que prometen innovar, ya sea a través de concursos o eventos.
El Unami buscó la pasada década las dos fórmulas: talento foráneo y pertenencia. Rozó el ascenso a Liga Femenina 2 con un nutrido grupo de jugadoras de fuera, pero se quedó a las puertas en dos 'final four'. Después, cambió el enfoque para fomentar la cantera, pero ya fue demasiado tarde y se quedó sin efectivos. Spordeporte busca ese equilibrio. «El ascenso no es algo en lo que estemos pensando porque todo ascenso es económico y ahora mismo bastante tenemos con que esto coja forma. Somos partidarios de que los minutos no se regalan, se ganan. Habrá partidos para todas, pero buscamos el equilibrio. La profesionalidad que pueda dar gente de fuera viene muy bien para las que están aprendiendo. Y las ganas que tienen las chicas de 17 años suma a la veteranía de las otras».
Se trata de dar una oportunidad a las jóvenes. «Si hay chicas que tienen el nivel para jugar más arriba de una liga sénior provincial, si no hay equipo no podrán jugar», subraya el gerente, Mauro Martín. Habla de calidad y de compromiso. Y de alimentar la filosofía de Segovia como ciudad universitaria. «Hay gente que no viene a estudiar aquí porque no hay equipo de baloncesto».
El grueso de la plantilla la integran jugadoras de Segovia o que estudian aquí, procedentes de un variado abanico de clubes: CD Base, Valverde o del propio Spordeporte de Cantalejo. El gran nombre es Elisa Martínez, que acumula 10 años de experiencia y ha jugado en Liga Femenina 2 con Ponce o León. El perfil del equipo es más rápido que alto: faltan centímetros, pero sobra picardía. «Estamos intentando generar los recursos para traer alguien grande», subraya el gerente. Ninguna jugadora llega al 1,80. El grueso tiene entre 17 y 20 años.
La más veterana es la propia María Martín, de 33 años, que se vestirá de corto además de presidir la entidad. «Mi idea no era jugar, pero me lío sola. Tienes una responsabilidad mayor. Estando detrás del banquillo quieres esa unión, que el proyecto salga adelante. Pero en cancha son compañeras, no quiero ningún trato de favor. Como presidenta tendré que hacer otras labores, pero seré una más».
La Federación Asturiana de Baloncesto organiza este año una competición que incluye a Galicia, Cantabria y Castilla y León. El grupo tiene proyectos de todo tipo. Equipos como Ponce, una de las mejores canteras de España, que visita el domingo el Emperador Teodosio en el estreno, a las 18:00 horas. El club ha aceptado las peticiones de los visitantes para las dos primeras jornadas como local, pero su horario habitual será el sábado a las seis.
Hay equipos como el Némesis, de Santander, que cuenta con las mejores jugadoras locales de Cantabria. Hay equipos que son cantera de otro que militan en categoría superior. Esos son los fuertes. En la línea de El Cochinillo Segoviano hay proyectos como Villamuriel o Soria. El Universidad de Salamanca tiene una gran base de estudiantes. Y el Venta de Baños parte de cero con un presupuesto alto. El club cuenta con 14 jugadoras en plantilla, más el apoyo de Provincial, una liga en la que la entidad va a sacar a dos equipos. «Tenemos una estructura de chicas en edad sénior que es de lo más interesante».
Esther representa a sus 17 años a la próxima generación. Es la más alta del equipo (1,76 metros) y va a cursar segundo de Bachillerato. Empezó con 10 años en el Spordeporte de Cantalejo, hasta que las chicas del equipo, mayores que ella, se fueron a la universidad y buscó sitio en Trescasas. Fue su amiga Susana, también en el equipo, quien puso el balón en sus manos. Ahora sus madres se turnan para llevarlas a entrenar a Segovia.
Pese a su corta edad, acumula experiencia «Mi principal objetivo es estudiar una carrera, pero quiero tener el baloncesto presente en mi vida durante muchos años más. Lo que no sé es hasta qué nivel voy a llegar, por eso quiero aprovechar este año al máximo, porque no sé si se va a volver a presentar una oportunidad así en mi vida». Aunque la estatura sugiere que juegue en la pintura en un equipo en el que no sobran centímetros, se muestra flexible. «Yo juego de lo que me pongan». Esa es la actitud.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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