El UEMC somete al colista y afianza su candidatura para jugar la Copa

El UEMC Real Valladolid no falló en su visita a un colista en horas bajas y que necesitaba la victoria tras un periplo previo de siete derrotas. El equipo de Paco García, con una defensa consistente y las buenas rachas anotadoras de jugadores como Costa, Jaime Fernández, Kovacevic o Ngowbo, solventó un encuentro en el que ni siquiera necesitó a Schmidt, un lastre en Logroño y que finalizó el encuentro con un -8 en los créditos de valoración. Suma y sigue el conjunto pucelano, que afianza su candidatura a jugar la Copa al encadenar su séptima victoria en el partido en el que se veían las caras los hermanos Torres, Kevin y Mike, que tuvo que retirarse lesionado en el tercer cuarto.

El buen arranque del conjunto pucelano, con De la Fuente mostrando fundamentos y apoyándose en tablero, y con Belemene colgándose del aro, quedó ensombrecido por la reacción del Rioverde Clavijo, con un Moreno eléctrico. Un parcial de 12-1 y la tercera falta de Schmidt no fueron motivo suficiente para que Paco García parara el encuentro. Ni siquiera cuando Ngowbo dio muestras de no haber empezado el partido muy centrado, ni cuando Moreno situó, con un nuevo triple, la máxima renta local (16-7). Esos nueve puntos de colchón del equipo de Jenaro Díaz se mantuvieron hasta la recta final del primer cuarto. Un triple sobre la bocina de Jaime Fernández, que completó un gran encuentro, dejó la desventaja del UEMC en seis tantos (23-17).

Pese a que Nicolau siguió castigando en la pintura, el cuadro vallisoletano supo leer mejor los cambios defensivos del rival y fue equilibrando el encuentro, con Costa en la dirección y anotando, y Puidet y N'Guessan aportando intensidad y energía. Un triple del canterano del Joventut situó el empate a 25, que duró un suspiro, ya que Jaime Fernández, con dos tiros libres, engordó el parcial a 0-7 y colocó un 25-27 en el tanteador. Kovacevic anotó tres tiros libres y devolvió al equipo pucelano los cuatro puntos de renta (31-35), que no gozaba desde el 0-4 con el que comenzó el partido. Dos triples seguidos del alero esloveno, que anotó doce puntos en el cuarto, abrieron una brecha interesante, que invitó a Jenaro Díaz a solicitar un tiempo muerto antes del minuto final (31-41). Aún amplió más la ventaja un gancho de De la Fuente. Un triple de Nicolau parecía hacer reaccionar al cuadro logroñés. El Real Valladolid no se inmutó y cerró el cuarto con un tiro libre de Kovacevic y doce puntos de renta (34-46) tras un parcial de 5-17 en la segunda mitad del cuarto.

Reclamó protagonismo tras el intermedio Ngowbo, que fue el único anotador del equipo de Paco García en los cuatro primeros minutos, en los que el partido se trabó, imperaron las defensas y hasta aparecieron los malos modos, con técnicas, faltas antideportivas y un parón eterno entre las decisiones arbitrales y los distintos lanzamientos de tiros libres. Un mate de Jaime Fernández, con asistencia de Mike Torres, que se lesionó en la acción, dio otra máxima renta a la formación pucelana (43-56, min. 26), que el propio jugador zaragozano, con dos triples, estiró a los 18 puntos para cerrar el cuarto (46-64).

Schmidt, que pasó muchos minutos en el banquillo, estrenó su casillero de puntos antes de volver a sentarse después de cometer la cuarta falta en un día para olvidar. Tamba y Knudsen mantuvieron con vida al cuadro de Díaz, aunque la eliminación de su mejor hombre hasta ese momento, Nicolau (19 puntos), y la salida momentánea de pista de Moreno, tras chocar con un panel publicitario, allanaron el camino al triunfo para el conjunto de Paco García, que reclamó concentración a sus jugadores para no tirar por la borda una victoria que tenía en su mano.

El UEMC, que siempre mantuvo la ventaja por encima de la barrera psicológica de los diez puntos, fue capaz de parar el ritmo del encuentro para impedir la rebelión local. Sin embargo, la vuelta a la cancha de Moreno, que anotó cuatro puntos seguidos, redujo el colchón a ocho puntos, con dos minutos aún por delante (65-73). Schmidt se jugó un triple bien cubierto y perdió un balón que pudo complicar la victoria. Tamba apretó el resultado (67-73), aunque los tiros libres de Puidet disiparon las embestidas finales de un Clavijo con más corazón que cabeza.

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