El UEMC da síntomas de agotamiento en su tercera semana de pretemporada

Le pesan las piernas a este UEMC, que ante un rival teóricamente inferior sobre el papel como es el Ourense Baloncesto acusó la carga física propia de tres semanas de pretemporada hasta el punto de ir varios pasos por detrás de su rival. No encontró nunca un ritmo de juego acorde a sus posibilidades y eso le hizo ir a remolque hasta encajar la tercera derrota en los cuatro partidos de preparación que acumula.

Tiene puntos de sobra en sus manos este equipo como para no bajar de 70 ante ningún rival, y la carga física le dejó desnudo en ataque, con porcentajes impropios de su calidad. Sin el concurso de Nwogbo, perdió además un recurso imprescindible en un partido en el que ninguno de los otros pívots aportaron el mínimo exigido.

Con poco más de dos semanas por delante antes de estrenar campeonato, el cuarto amistoso dejó más preocupaciones que certezas, continuidad de lo vivido días antes ante el Tizona. Una puesta en escena caótica arrastró a un equipo a la deriva y a remolque de un rival mucho más intenso atrás y reconocible en ataque. Un Ourense, con más gregarios que nombres de relumbrón, que demostró tener las ideas mucho más claras a estas alturas de pretemporada (pese al pescozón recibido días atrás en cancha del Breogán, 80-36). Con un juego mucho más colectivo y, sobre todo, ordenado, se echó el partido a la espalda y dominó en ritmo, sensaciones y también en el marcador, con ventajas que alcanzaron los diez puntos en el segundo acto (14-24, minuto 16), y hasta quince en el tercero (43-58).

Paco García rotó y rotó en busca de un quinteto que encontrara soluciones al caos escenificado en pista -diez jugadores en cancha en los primeros siete minutos-, y ni con Sergi Costa ni con Mike Torres cambió el panorama. Un parcial de 0-11 (6-13, minuto 8) provocó, incluso, el primer tiempo muerto de toda la preparación. El técnico vallisoletano quiere que sean sus jugadores los que busquen salidas a las diferentes trampas que se vayan encontrando en el camino, y la respuesta ante Ourense no dejó satisfecho a nadie.

Sin una referencia interior de peso como Nwogbo y un acierto en el tiro por debajo del 30%, el ataque posicional acabó convertido en batallas individuales sin ningún sentido colectivo (0/4 en triples Royo al descanso).

Sin demasiadas alharacas, Ourense se fueron al descanso con más sensación de control de lo que demostraba el marcador (22-32). El equipo de Félix Alonso ha pescado este verano en Melilla (Javi López, Samu Rodríguez y el cedido por Bilbao, Sergio Llorente), y ha reclutado para la causa a Jawara (Estudiantes) y Kacinas (San Pablo) para conformar un buen plantel, escaso probablemente en el juego interior, pero llamado a nopasar apuros en la categoría.

La empanada de la que hizo gala el UEMC en la primera parte no varió tras el descanso. El Real Valladolid Baloncesto quiso dar un paso adelante en defensa como punto de apoyo para acortar ventajas, pero las piernas no le dieron. El músculo que mantiene del último curso y el que se le presupone en este no apareció en ningún momento, y Ourense encontró soluciones demasiado fáciles para anotar sin oposición. Su pase extra generó tiros liberados en no pocas ocasiones que cuando encontraron oposición se convirtieron en puntos fáciles bajo canasta.

Aún así, el carrusel de rotaciones y posibilidades que tiene Paco García este año en el banquillo acabó por encontrar alguna solución que dejaron una puerta entreabierta a la reacción. Royo acabó aportando la solidez que no aportaron ni Sergio ni Jaime Fernández al '4' y esa mínima respuesta hizo albergar esperanzas con seis minutos por jugar (53-58). Pero ni por esas. Ourense volvió a pisar el acelerador para, con dos triples consecutivos de Samu Rodríguez (55-70, minuto 38), sentenciar el partido y firmar la tercera derrota en cuatro partidos del UEMC.

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