El UEMC resulta un chollo a domicilio

El 5-0 inicial sólo fue el preludio de lo que sería el partido. Manjgafic ofreció unos minutos de recital anotador sin oposición defensiva. El control del rebote en ambos aros también era claro para el conjunto de Félix Alonso, que también anotaba con claridad y facilidad desde la línea de triples, con Pilepic como principal estilete. Pantzar y Allen eran los que impedían que el partido comenzase a moverse en diferencias casi insalvables, pero ya estaban en los 10 puntos (27-17), aunque Kuiper ofreció sus únicos minutos de inspiración en ataque de todo el partido.

El segundo cuarto fue el mejor en espíritu competitivo e intensidad defensiva del conjunto de Paco García. Consiguió controlar el partido desde la defensa, bajando la anotación fluida, hasta ese momento, del conjunto ourensano. Kovacevic sacó su calidad a relucir para aportar anotación y la apuesta de jugar con dos bases y alternar defensas zonales llevaron al cuadro pucelano a estar metido en el partido y con mejores sensaciones cuando se alcanzó el descanso (37-32).

Esa reacción se extendió hasta los dos primeros minutos del tercer cuarto, momento en el que se produjo un claro y definitivo punto de inflexión. El 39-37 supuso de nuevo un paso atrás para el equipo pucelano, que pudo voltear el marcador de no ser por otros momentos de inspiración en ataque de Manjgafic.

A partir de este momento, de nuevo se volvió al control del tiempo de partido del Club Ourense Baloncesto y todo ello desde la defensa, abortando todas las opciones de ataque de un UEMC que recurrió a Allen y Pantzar de nuevo para mantenerse en el partido. A cinco minutos para el final del tercer cuarto, en la lucha por un rebote, un golpe fortuito en la cara recibido por Allen le llevó al banquillo hasta el final del partido y desde ese momento solo hubo un equipo sobre la pista: el COB.

Ni en ataque ni en defensa ofreció una buena imagen un Valladolid que se diluyó minuto a minuto y recibió un parcial demoledor, 16-2, que sentenció el choque en los últimos cinco minutos del tercer cuarto y el primero del último. Buena parte de la responsabilidad fue de la racha de triples de Gjuroski y Pilepic, que permitieron al equipo ourensano disparar la ventaja hasta los 17 puntos (63-46).

Ese último cuarto fue un mero trámite, salvo para Pantzar, que siguió salvando los muebles en ataque de un Valladolid desarbolado y sin capacidad para competir ni en defensa ni en ataque. Solo en los minutos finales apareció Kovacevic para volver a ofrecer minutos de anotación para maquillar una derrota final clara y merecida que complica un poco más el doble objetivo del equipo en el final de temporada: la clasificación matemática para el 'play-off' y el hacerlo en posiciones que dan derecho a disponer de ventaja de campo en el primer cruce.

La derrota supone un nuevo aviso para un final de temporada en el que además de seguir siendo consistente en casa, el conjunto pucelano debe resolver la asignatura pendiente que reclamó su técnico Paco García de ganar como visitante y competir mejor a domicilio.