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Torres trata de penetrar en la defensa del San Pablo Burgos.

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Torres trata de penetrar en la defensa del San Pablo Burgos. J. C. Castillo
Baloncesto - LEB Oro

El UEMC Real Valladolid se lleva un derbi eléctrico con el San Pablo Burgos

Remonta en la segunda parte en una gran fiesta del baloncesto con las dos aficiones unidas

J. C. Cristóbal

Valladolid

Sábado, 30 de marzo 2024

El Tourmalet quedó atrás. El equipo blanquivioleta cruzó la pancarta con los brazos arriba, siete segundos por delante de un San Pablo Burgos con ambición de vestirse de amarillo en la Liga LEB Oro. La victoria del Real Valladolid llegó entre el delirio del Pisuerga, que no se vació hasta que los aficionados despidieron a los suyos con una gran ovación; también a Paco García, muy emocionado, que lanzaba su puño al aire a los cuatro puntos cardinales, parecía Jürgen Klopp, también a la zona que ocupaba la afición del Burgos, y es que el partido de baloncesto fue una fiesta, una ocasión de unir a dos ciudades. Si alguien pensaba que podría haber incidentes, se equivocó.

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La alegría de público y jugadores tenía sentido, mucho sentido, y es que el equipo tuvo que realizar un tremendo esfuerzo para superar a un rival de mayor potencial. San Pablo arrancó el primer cuarto con el viento a favor de Speight y Fischer, que empezaron a anotar, a marcar una primera distancia de puntos (9-14) y a exigir un impulso del Real Valladolid, que se sostuvo en esos minutos gracias al empuje de Ngowbo y Belemene; Lorenzo Encinas tiró de fondo de armario, minó la zona bajo los tableros y Ristic puso los puntos para que Burgos siempre fuera por delante. El Valladolid resistió, y ahí empezó a ganar el partido, aun sabiendo que tendría que apretar en defensa para que no se repitieran los 26 puntos en contra del primer cuarto. Schmidt tardó muchos minutos en anotar (ya con 31-34) y enlazó una serie que impidió que la desventaja se fuera más allá de los seis puntos (36-42), sus compañeros empezaron a morder atrás, los tiros de San Pablo dejaron de ser cómodos, e incluso Jaime Fernández disfrutó de un tiro para voltear el marcador. Falló y el equipo se fue a vestuarios con 43-48. Vivo.

UEMC

Torres (12), Schmidt (15), Belemene (9), De la Fuente (0), N'Guessan (11) -quinteto inicial-; Zigmantavicius (8), García-Abril (0), Puidet (1), Kabasele (0), Kovacevic (9), Jaime Fernández (8) y Nwogbo (18).

91

-

84

San Pablo

Speight (11), Corbalán (14), Barrera (0), Vene (0), Fischer (7) -quinteto inicial-; Atic (4), Kasibabu (0), Ristic (18), Rosa (0), Jiménez (7), Lapornik (17) y Rogic (6).

  • Árbitros: Lerma Parga, Olivares Bernabéu e Ibáñez García. Sin eliminados.

  • Parciales: 23-26, 20-22 (43-48); 14-16 (67-64), 24-20 (91-84)

  • Incidencias: Liga LEB Oro. Jornada 27ª. Paco García recibió un obsequio al cumplir 200 partidos en el club. Los dos equipos portaron una pancarta con el lema 'Unidos contra la violencia'.

El comienzo del tercer cuarto fue brutal. Kovacevic encadenó cinco puntos consecutivos y Ngowbo adelantó por fin al Real Valladolid (50-48) tras una gran asistencia del capitán De la Fuente. Los de casa ya no cedieron. Encinas tuvo que pedir un tiempo muerto antes de dos minutos, San Pablo tardó más de tres minutos en anotar, el juego se encendió en el mejor sentido del término, cada rebote era una pelea por el único mendrugo de pan de la mesa y se llegó al final del tercer cuarto con la parroquia de pie tras un taponazo de N'Guessan y un triplazo de Schmidt sobre la bocina. El Real Valladolid había dejado en 16 puntos a San Pablo.

Paco García: «Contadlo, contad el partidazo que se ha visto y el derroche de fuerzas de los dos equipos»

Paco García estaba emocionado. Y feliz. Por muchos motivos. «Quiero felicitar al baloncesto, ha sido un espectáculo, un partidazo, de intensidad y de acierto, entre dos grandes equipos y dos grandes aficiones, a las que quiero felicitar con mayúsculas, la del San Pablo, he querido aplaudirles porque su comportamiento ha sido ejemplar, como siempre. Los bobos que buscan violencia e insultos, que se queden en su casa, hoy aquí lo hemos pasado fenomenal». También nos pedía una mayor atención a los medios de comunicación. «Hay que hablar del fútbol y los últimos cinco minutos hay que hablar del resto. Contadlo, contad el partidazo que se ha visto, el derroche de fuerza de dos equipos». Y ha querido ser agradecido con el club. «No me esperaba lo del cuadro, es una cifra muy bonita, 200 en este club, más los dirigos al Forum Filatélico, al Grupo Capitol, nunca en mi vida pensé que iba a ser el entrenador con más partidos. Me he acordado mucho de Moncho Monsalve, de Pedro Zorrozúa, en Vicente Sanjuán, por supuesto en Mario Pesquera y Gustavo Aranzana, y el niño Paquito García que se colaba en el Huerta del Rey a ver los entrenamientos les da las gracias».

«Hemos hecho un esfuerzo muy grande en la primera parte para dar respuesta al acierto de Burgos, que nos metió demasiados puntos. En la segunda parte tuvimos un punto más de intensidad defensiva y conseguimos bajar sus números. Ha costado porque cada error nuestro Burgos lo ha castigado, Corbalán es un animal y casi lo da la vuelta».

«No perder el mando ha sido emocionalmente muy importante para el jugador. Ha sido un triunfo muy de equipo, para los que hablan de dependencia de Schmidt, De la Fuente se va con cero y ha hecho un trabajo sensacional, le ha dejado a Vene con un tiro».

El último parcial repitió el guion, con un parcial de 5-0 y los de Burgos desesperándose porque no les entraban ni los tiros libres y tardó de nuevo más de tres minutos en mover su casillero. Todo parecía rodado hasta que Corbalán levantó la voz, tiró de coraje y empató el partido (72-72). Un momento delicado del que el Real Valladolid se sobrepuso porque jugó con alma (fueron inevitables las comparaciones con lo que se vivió horas antes en el Zorrilla), Jaime Fernández enchufó un triple que devolvió la ventaja a las de casa, y tampoco fue suficiente, la pérdida de dos balones y el acierto de Corbalán (con ese apellido hay que ser un jugón) y Lapornik devolvió las tablas (82-82 y 84-84); la cumbre del Tourmalet estaba a la vista y Schmidt se puso al frente del pelotón, acertó sus tiros libres y el Real Valladolid supo defender el intento triple para alcanzar la tercera igualada y Jaime Fernández puso la guinda para cerrar la tarde con la mayor diferencia de la tarde. Ahora le espera al Real Valladolid el Alpe d'Huez en Lleida.

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