Al UEMC Real Valladolid le falta mucho para ser ese equipo competitivo del «y si ojo nos dejan...» que llegó a señalar Lolo Encinas durante la pretemporada, cuando en el conjunto blanquivioleta –ayer de rosa– todo eran brotes verdes. Sin embargo, aquello ya parece otra ... vida en un deporte donde casi lo de la pasada semana ya se ha olvidado y todo se sirve en la bandeja de la actualidad.
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UEMC Real Valladolid
Puidet (2), Hoover (16), Agustí Sans (7), Egekeze (3) y Rozitis (12) –cinco inicial–, De la Fuente (6), Atencia (19), Kovacevic, Dani Manchón (10), Gert Suvi (4) y Juan García (6).
85
-
86
Caja Rural CB Zamora
Hearst (13), Jordan Anthony (9), Saintel (7), Paukste (2) y Naspler (7) –cinco inicial–, Powell (11), Buckingham (15), Nikic (4), Hanzlik (15), Kabir Lo (3).
Árbitros: Laura Piñeiro, Fernando Ibáñez y Eduard Montiel. Eliminado Juan García (min. 34), por el UEMC.
Parciales: 24-21, 48-40 (descanso), 74-63 y 85-86.
Incidencias: Cuarta jornada de la Copa de España FEB, disputada en Pisuerga ante 1.750 espectadores. Homenaje al capitán del UEMC, Sergio de la Fuente por sus 300 partidos oficiales.
Tocaba la Copa de España en el Polideportivo Pisuerga, una competición que se juega a regañadientes, pero que no deja de ser un trofeo de esos que si vas pasando rondas puede llegar a ser ilusionante para un equipo y un club que no tiene muchas opciones de levantar trofeos.
Además de esa posible motivación, a Valladolid también llegaba el Caja Rural Zamora, que hace apenas dos semanas apalizó a los de Encinas en el Ángel Nieto, y que en este arranque liguero en la Primera Federación se ha olvidado de que es un recién ascendido. En Pisuerga, anoche, más de lo mismo, aunque en esta ocasión, los zamoranos se llevaron el partido más por deméritos de los locales que por los aciertos de los Hearst, Powell o el triplista Hanzlik, que durante muchos minutos ostentó el 100% de tiros de tres encestados, con un cuatro de cuatro, que manteía a su equipo vivo. De hecho, antes del apagón blanquivioleta, con mucho más análisis que el mero: la pelota no entra o no encuentro una posición cómoda para lanzar, el equipo de Lolo Encinas estaba completando un buen encuentro.
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Arrancó con las mejores sensaciones de la temporada. Con un nivel defensivo mucho más alto que en los últimos choques –véase el partido del pasado viernes en Burgos–, y con un enchufado Hoover, que fue el francotirador que quiere Encinas. Sin ataduras y con confianza para lanzar, el exterior estadounidense anotó nueve puntos por la vía rápida para llevar a los locales hasta el 14-6.
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Al margen del acierto del norteamericano, que ahí se quedó, la mejor noticia para el UEMC está en la llegada de David Rozitis. Papá Rozitis –si se me permite–, porque el letón apenas acaba de aterrizar en Valladolid, y ya manda, coloca, y ejerce de líder (¡Menos mal que se iba a jubilar!). Que Juan García hace dos faltas infantiles en menos de un minuto, allí que va Rozitis; que Hooveer lleva casi 15 minutos sin anotar, David le marca la jugada hasta dos veces para que entre por la puerta de atrás y saque un dos más uno. No es de extrañar que con casi 18 minutos jugados en la primera parte, Encinas le diera descanso en el tercer cuarto para tenerle fresco para el final.
Aún así, los locales se apagaron cuando todo parecía encarrilado para sellar el pase a la siguiente fase de la Copa. 80-67, a falta de siete minutos, y ahí se detuvo el electrónico para los pucelanos, que solo anotaron cinco puntos en el tiempo restante para servir en bandeja la victoria zamorana y pasar a depender de que Palencia gane a Ponferrada en la última jornada copera.
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