El UEMC Real Valladolid, accidentado en Burgos

En la segunda mitad la fortuna en el tiro siguió sin sonreír al conjunto vallisoletano, que vio como el conjunto burgalés iba ampliando, a base de buenos porcentajes, una renta que acabó siendo de casi 20 puntos.

Le costó inaugurar el marcador al conjunto de Paco García en un encuentro marcado desde el primer minuto por un ambiente en las gradas favorable al conjunto local. La primera canasta fue un triple de Puidet, Acto seguido fue Kuiper quien, con cinco puntos consecutivos, neutralizó el parcial inicial de 4-0 logrado por San Pablo. El partido se convirtió entonces en un intercambio de golpes entre ambos conjuntos, con dos defensas muy bien planteadas. Un triple de Mahalbasic sobre la bocina privó al UEMC de cerrar el primer cuarto con ventaja (18-17). Al conjunto blanquivioleta le costó casi siete minutos anotar en el segundo cuarto. Sin embargo, la buena labor del equipo de Paco García defendiendo su aro evitó un excesivo castigo por parte del Hereda (28-17). Seis puntos consecutivos de Pantzar, los únicos del equipo pucelano en el segundo cuarto, pese a armar buenos ataques, aunque sin tino en el lanzamiento, rompieron la sequía y redujeron la diferencia a cinco puntos.

Mahalbasic respondió para cortar el parcial del cuadro pucelano. Casi en el ecuador del encuentro el pabellón se quedaba helado ante la dolorosa lesión de Kabasele, quien se vio obligado a abandonar el parqué en camilla tras un golpe en el pecho. Corbalán, después de un rebote ofensivo, ampliaba de nuevo la brecha y obligaba a una reacción del UEMC en la segunda mitad.

En el tercer cuarto, la escuadra vallisoletana siguió viéndose lastrada por unos erráticos porcentajes de acierto ante un conjunto local que esta vez sí lograba castigar el aro con relativa facilidad. La conexión entre Corbalán y Van Zegeren hizo que, en pleno desconcierto de las huestes de Paco García, el UEMC se viera doblado en el marcador (48-24). Salió de su letargo con un parcial de 0 a 7 bajo la batuta de Mike Torres.

Pero los hombres de Curro Segura se sentían cómodos y solo sentían la amenaza de un entonado Pantzar, que aportó seis puntos más para su equipo. Pese a ellos, el cuadro pucelano alcanzó el último cuarto aún muy lejos de su rival (57-37), pero presto a plantar batalla. Muestra de ello fue el rápido parcial firmado por Kuiper (0-4), que forzaba el tiempo muerto del técnico local (57-41). Sin embargo, las esperanzas de remontada se esfumaron pronto.

El San Pablo recuperó su mejor versión atrás y neutralizó la reacción del UEMC dejando el encuentro visto para sentencia con un 2+1 de Mahalbasic (70-46). El buen hacer de Mazaira en el tramo final maquilló el resultado, aunque no evitó una contundente derrota en la que incluso el equipo de Paco García perdió la diferencia particular (+14), lograda en el partido de ida, tras caer por 19 puntos (77-58).