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Ignasi Gual-ADG
Lleida
Viernes, 5 de abril 2024, 23:32
El UEMC se quedó en las rampas iniciales del segundo de los cinco puertos que conforman el perfil de la etapa reina de este final de curso liguero. De nada sirvieron las advertencias de Paco García sobre el excelente nivel de un ICG Força Lleida que se presentó a la cita espadas en alto clamando venganza después de la afrenta sufrida en su fortín en el play off del año pasado. Las excelentes sensaciones que dejó el triunfo ante el San Pablo Burgos quedaron en la caseta en un choque en el que la escuadra pucelana perdió por incomparecencia. Y es que, sin quitar mérito a conjunto ilerdense al que le salió todo a pedir de boca, el equipo vallisoletano tuvo una noche de lo más desafortunada.
Desde el salto inicial el quinteto anfitrión provocó un vendaval sobre el parqué del Barris Nord que los discípulos de Paco García no encontraron forma alguna de frenar. Ya en los primeros compases Villar se encargó de dirigir una coral que sonó afinada en ataque y asfixiante en defensa.
Força Lleida
Villar (8), Hasbrouck (6), Matulionis, Simeunovic (10) y Krutwig (13) -quinteto inicial-, Diogo Brito (3), Kuath (9), Cuéllar (4), Javi Vega (3), Lobo (17) y Arroyo (8).
81
-
56
UEMC
Jaime Fernández, Mike Torres, Kovacevic (15), Nwogbo (11) y Belemene (2) -quinteto inicial-, Zigmantavicius (13), De la Fuente (2), García-Abril (5), N'Guessan (3) y Puidet (5).
Parciales: 28-11, 20-9 (48-20), 14-18 (62-38), 19-18 (81-56)
Árbitros: De Lucas De Lucas (Colegio castellano manchego) y Palanca Page (Colegio madrileño) y Fanes Marginet (Colegio catalán). Sin jugadores eliminados.
Incidencias: Barris Nord. 3.900 espectadores
Con Lobo y Krutwig convertidos en instrumentos de percusión, más las constantes permutas realizadas por Gerard Encuentra para mantener un ritmo de juego endemoniado, el Lleida se colocó con un 15-6 que inundó de oxígeno y confianza la moral del cuadro anfitrión y de su afición. Siempre encontraron los jugadores de la formación ilerdense el pase extra que sirvió para un lanzamiento cómodo en posiciones abiertas libres de marca o una canasta en el poste bajo.
El Real Valladolid, por su parte, bastante tuvo con tratar de no ahogarse en un barco con boquetes por doquier. Ni la versatilidad de Nwogbo, el pundonor de De la Fuente o el talento de Kovacevic fueron argumentos suficientes para plantar cara ante un adversario desatado y que incrementó su patrimonio de puntos sin pausa, hasta colocar un desalentador 28-11 al finalizar el primer cuarto. Diez minutos de sufrimiento en los que el cansino deambular del UEMC convirtió el choque en una pugna sin historia ni suspense alguno.
La hemorragia pronto llegó a los veinticuatro puntos de un lanzamiento de tres logrado por Lobo gracias a un bloqueo (37-13, min. 14). Un tanteador que no sorprendió a nadie habida cuenta del dominio de ICG que cazó hasta cuatro rebotes ofensivos en la misma jugada ante la pasividad de la formación blanquivioleta. Una de esas acciones que pesan en la mente de unos protagonistas cuyo lenguaje corporal delató la incomodidad con la que vivieron una pesadilla sin despertador. Siempre a remolque, el elenco de Paco García no logró meter una marcha más ni siquiera con una segunda unidad dispuesta a elevar la intensidad de sus compañeros.
El regreso del descanso sirvió para ver una versión más sólida de un Real Valladolid que, por momentos, pudo confrontar con su rival. Aprovechó Gerard Encuentra para dosificar a sus efectivos, repartiendo premios y minutos en un ICG Força Lleida mucho más relajado. Prueba de ello fue el parcial 4-13 logrado en el tramo final del tercer cuarto, en los que, quizás fueron los únicos minutos en los que se sintió a gusto el equipo dirigido por Paco García. Una mejoría obtenida con una propuesta de juego ofensivo más ordenado en el ataque estático y aprovechando Kovacevic los esfuerzos de Belemene y De la Fuente por rescatar los restos del naufragio
También sirvió para que algunos jugadores tratasen de maquillar una hoja de servicios con muchos tachones. Una empresa en la que Nwogbo, Zigmantavicius y Kovacevic corrieron mejor suerte que otros jugadores del UEMC, muy alejados de sus prestaciones habituales. En todo caso, la dura derrota no debe desalentar a un equipo que debe olvidar lo sufrido ayer para recuperar con urgencia las buenas sensaciones anteriores en mitad de la recta decisiva de la temporada.
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