Manuel García Solano-adg
La Coruña
Sábado, 11 de marzo 2023, 00:11
No pudo llegar la cuarta victoria a domicilio del UEMC Real Valladolid. La empresa no era sencilla ante un rival en racha, con un ataque poderoso e intratable en casa en los últimos tres meses. Pero la debacle fue más sonora de lo que cabía ... esperar. El equipo de Paco García fue incapaz de ganar ninguno de los dos partidos que se jugaron. Descarriló en ambos. Ni el que se detuvo con 53-31 al inicio del tercer cuarto, después de que Ngowbo hiciera estallar un tablero, ni el que se disputó a continuación, tras un parón de prácticamente una hora que no hizo perder la concentración al Leyma Coruña, que tenía el encuentro en su mano cuando se detuvo el choque y no lo dejó escapar. En una velada para olvidar, el conjunto pucelano también vio cómo se le esfumaba la diferencia particular de nueve puntos que había atesorado en el triunfo de la primera vuelta.
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La canasta del eterno De la Fuente que estrenó el encuentro y los dos tiros libres anotados por Mike Torres para situar el 3-4 resultaron un espejismo en el rendimiento de un UEMC superado al poco de comenzar por el torrente anotador del conjunto naranja. Los pupilos de Diego Epifanio, que comenzaron el partido anotando tres triples seguidos, apretaron desde el inicio en defensa y exhibieron talento anotador para abrir rápido una brecha que, tras un triple de Font, Paco García quiso taponar (16-4, min. 7). Pero de nuevo la muñeca de Font y un 2+1 de Javi Vega dispararon la máxima ventaja a quince puntos (21-6). Cinco tantos de Pantzar ayudaron a maquillar un resultado que ya se presentaba preocupante para el conjunto pucelano al final del primer cuarto (27-12).
Leyma
Filipovic (10), Lundqvist (7), Barrueta (18), Galán (5) y Nwogbo (17) -quinteto inicial-, Javi Vega (13), Font (11), Jakovics (8), Simeunovic (2), Diagné (8), Álex Hernández y Pau Isern (3).
102
-
71
UEMC Pucela Basket
Mike Torres (13), Kovacevic, Belemene, De la Fuente (5) y N'Guessan (3) -quinteto inicial-, Pantzar (20), Gantt (8), Allen (7), Puidet (5), Mazaira (5) y Kuiper (5).
Parciales: 27-12, 21-16 (48-28, descanso), 30-18 (78-46), 24-25 (102-71, final).
Árbitros: López Herrada (Colegio andaluz), Esteve Malmierca (Colegio castellano y leonés) y Palanca Page (Colegio madrileño).
Incidencias: Palacio de los Deportes. 2.200 espectadores. El partido estuvo detenido más de una hora por la rotura de un tablero.
Un triple de Pantzar y un mate de Allen en minuto y medio del segundo cuarto invitaron a Epi a detener el partido. Los pupilos de Paco García defendían ya con otra intensidad y Allen trataba de imponer su ley bajo ambos tableros (27-19). El mejor antídoto para frenar los buenos movimientos del pívot estadounidense del Real Valladolid fue Ngowbo, que volvió a la cancha para anotar cinco puntos -y dar una asistencia- que dejaron al equipo vallisoletano más lejos que nunca hasta ese momento (42-26). Al UEMC, blando en defensa y fallón en el lanzamiento, le lastraban las pérdidas -once- y el no ver aro desde más allá de la línea de 6,75 metros -sólo dos encestes de once intentos hasta el intermedio-. Ngowbo, con un mate poco antes del descanso, volvió a generar la máxima diferencia (48-28).
Barrueta, otro de los destacados en el conjunto herculino, abrió las hostilidades tras el tiempo de asueto con una canasta de tres puntos. De la Fuente, con otro triple, respondió. Ngowbo anotó dos tiros libres antes de cargarse con un mate frustrado el cristal del tablero. Con 53-31, casi una hora estuvo detenido el juego en el Palacio de los Deportes. La música, la kiss cam y la dance cam se encargaron de amenizar la larga espera para el cambio del tablero, que se hizo eterna.
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El parón, con todo perdido, solo podía beneficiar al conjunto pucelano. Pero la reanudación fue tan desalentadora para el UEMC como el rendimiento en la primera parte. Un 11-0 de salida, con los siete primeros puntos anotados por Lundqvist en el partido, supusieron un bajonazo para los jugadores de un cariacontecido Paco García, incrédulo cuando miraba el marcador y veía a su equipo más que doblado (64-31). Ya había pedido un tiempo muerto que apenas sirvió para evitar la deriva del Pucela, que se resignó a que no era su día. Todo estaba decidido y aún quedaba un mundo.
Mike Torres fue el más entonado a la hora de tratar de maquillar el desastre. Nueve puntos suyos en el resto del tercer cuarto compensaron el festival ofensivo coral del conjunto de Epi, que dominaba sin miramientos antes de entrar en los intrascendentes diez minutos finales (78-46). En el último cuarto Mazaira y N'Guessan estrenaron sus casilleros de puntuación y Puidet y Gantt anotaron, aunque fueran escasos, más tantos que en los tres parciales anteriores.
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