El UEMC cifra la permanencia en 12 victorias a falta de ocho jornadas

No han dejado de pintar bastos en todo el curso, y ahora que el calendario se vuelve amable, la dinámica en la que se ha sumido el Real Valladolid Baloncesto multiplica el pelotón de los pesimistas. Con ocho jornadas todavía por delante para enmendar la plana y salvar la temporada, las tres próximas se han subrayado en rojo para sacar la cabeza y recuperar la autoestima perdida tras la derrota ante el colista Morón.

En ese contexto, las calculadoras ya empiezan a echar humo y arrojan conclusiones para todos los gustos. Los optimistas más irredentos han puesto el aspa a los tres próximos partidos (Alicante, Castellón y Cantabria). Los pesimistas apuntan a un agujero mucho mayor tras la presumible derrota este sábado ante un Alicante que ahora sí tiene la flecha hacia arriba –tres victorias consecutivas, la última por 96-68 ante Menorca–. Y en un término medio, entre los realistas se hace harto complicado pensar en ganar los tres próximos partidos (Alicante, Castellón y Cantabria) cuando has sumado siete en todo el año y solo en una ocasión has encadenado dos victorias.

A esas cuentas también se apunta el club, donde se cifra en doce –aunque once podrían ser suficientes con 'averages' ganados– las victorias necesarias para asegurar la permanencia. Bajo ese cálculo, al UEMC le bastaría con hacerse fuerte en Pisuerga –¡dos partidos de doce ha ganado hasta la fecha!– para lograr el objetivo. En vista de los precedentes, se antoja utópico agarrarse solo al calendario como local cuando en esa carrera por la salvación jugarán otros condicionantes como los 'averages' particulares con rivales directos, caso de Cantabria, Castellón,... ¡y Menorca en la última jornada!

El conjunto balear ha caído en picado en las últimas semanas –arrastra cinco derrotas consecutivas–, y ha pasado de pensar en 'play-off' a mirar con inquietud la zona baja de la clasificación. En esa línea, este fin de semana hay un Menorca-Cantabria que aportará oxígeno a uno de los dos, pendiente como está el equipo de Lolo Encinas de disputar el partido aplazado en su momento ante Obradoiro –solo se jugó el primer cuarto, con marcador de 19-22–, y que el club gallego jugará el 2 de abril sin los dos jugadores incorporados a última hora (Alex Barcello y Lucas Faggiano).

Pese a que el calendario es ahora mucho más favorable, la respuesta de la plantilla en sus últimas tres comparecencias ha disparado la preocupación. Tras la victoria de mérito cosechada ante Palencia, el equipo se le ha caído a Iñaki Martín, aflorando de nuevo los problemas que viene acusando desde principio de temporada de falta de dureza e intensidad defensiva. En este contexto, da igual que el calendario sea favorable si el rival de turno, independientemente de su posición en la tabla, aprovecha partidos abiertos para alcanzar los 90 puntos –diez veces ha encajado 90 o más esta temporada el UEMC, cuatro en las seis últimas jornadas–.

Esa falta de hábito en esfuerzo defensivo se heredó de la etapa de Lolo Encinas, y sigue en el debe del actual técnico, que desde su llegada encaja 87,4 puntos de media en contra.

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