El UEMC, ante un nuevo martirio: viaje a Almansa

Tal es el grado de confusión que ha generado dos versiones tan diferentes de un mismo grupo, que hasta se han modificado hábitos con la esperanza de voltear la tendencia. «El último día fuimos a Ourense derechos a jugar imitando lo que habíamos hecho en los partidos de Juaristi y Oviedo, que son dos de los tres partidos que hemos ganado fuera de casa. Ahora vamos a Almansa y nos vamos a alojar en Albacete, que es otra de las canchas donde hemos ganado», desvela Paco García en su análisis previo del partido ante Almansa (sábado, 18:00 horas, 77-75 en la ida).

El técnico, que calca el mismo discurso de la última visita a Ourense, se ha mostrado comprensivo con sus jugadores 48 horas antes de pasar por el potro de tortura que para su equipo está siendo jugar lejos de Pisuerga. «Nos sigue costando. Estábamos 13-5 después de ganar a Palencia, y la jornada siguiente se lesiona Kabasele y ya no ha vuelto a jugar. Mi sensación es que todos son mejores equipos que cuando empezaron y que nosotros somos peores. Eso hace que nos cueste ganar porque vamos a canchas donde los rivales se han reforzado mucho. Ourense, sin ir más lejos, nos gana porque es mejor que nosotros. También es verdad que si ganáramos fuera estaríamos segundos o primeros, y hay que pensar que nos quedan partidos fuera donde es difícil sumar», comenta el técnico vallisoletano, que también ha probado con quintetos iniciales distintos en espera de respuestas diferentes. «Ni siquiera estoy enfadado con los jugadores porque a ellos también les fastidia. Intento ponerme en su piel. ¡Igual es que no damos más!... Y nos hemos creído más de lo que somos».

También se ha alterado la programación semanal y la estructura de los entrenamientos en busca de un cambio, según admite Paco García. «Las supersticiones hace tiempo que las dejé de lado, lo hago por ver lo que nos ha ido bien. También es verdad que entrenando he visto al equipo un poco cansado (acumula 200 entrenamientos de pista), y todavía nos quedan tres meses de competición. Vamos a intentar estar todo lo bien que podamos», señala, consciente de que si su equipo no está mentalmente bien, cualquier rival puede cuestionar una teórica superioridad. «Almansa no es una cancha fácil para jugar. Tienen una buena pareja de bases con Costa y Mateo Diaz, diferentes pero que se complementan bien, luego un buen tiro exterior que, si no estamos finos, nos puede hacer daño,... Y también cuentan con un buen juego interior, a veces pienso que el nuestro se va quedando atrás con el resto», valora el entrenador vallisoletano, que en sus últimas apariciones ha deslizado la posibilidad de dar un paso a un lado.

«Igual hay que cambiar de entrenador para ganar fuera de casa. Quiero hacerlo pero entiendo que si no lo hacemos,... Tengo claro que vine aquí para intentar ayudar en una situación crítica, y tan mal no lo hemos hecho cuando hemos pasado de estar una por encima del descenso a estar matemáticamente salvados hace dos semanas. Tengo claro que igual que hay mejores jugadores, también hay mejores entrenadores. Tengo un método de trabajo que me ha funcionado, pero también quiero dejar claro que no soy vitalicio. Si alguien no está contento con lo que hago, hablamos y a otra cosa», ha explicado.

A 24 horas de que se cierre la ventana de fichajes, el club da por zanjada esta posibilidad. Se han escrutado, rastreado y contemplado una serie de opciones, pero ahora mismo pensar en refuerzos es una utopía... si no media una ayuda de los patrocinadores o si bien el club de fútbol no deja de mirar hacia otro lado y se implica más de lo que lo hace.

«No fichar no es algo que nos frustre, es la realidad. Lo que tenemos que tener claro es que si queremos luchar por el ascenso, aquí hay que inyectar entre 150 y 200.000 euros más. Así no podemos ascender, sí podemos luchar por ell», apunta Paco García, tajante en este sentido. «Nosotros nos ceñimos al dinero que tenemos. No hay más dinero y tenemos que cuadrar las cuentas. No podemos cerrar el ejercicio con péerdidas porque eso sí sería un fracaso», sostiene, al mismo tiempo que transmite una idea muy concreta: «Valoremos lo que tenemos y disfrutemos de las cosas buenas que tenemos, pero con los pies en el suelo».