El UEMC afronta otro derbi en Burgos con la euforia como principal enemigo

Hay euforia en la grada, también en la calle y en los poblados círculos de baloncesto que anidan en la ciudad, y solo falta comprobar si ese desmesurado optimismo que se respira ha alcanzado también al vestuario. Principalmente si esa excitación que ha dejado la última victoria ante el líder Palencia se ha sabido canalizar o ha desbordado el Pisuerga hasta el punto de perder el norte en los próximos compromisos.

Con esa duda viaja este miércoles hasta Burgos el UEMC Real Valladolid para afrontar un nuevo derbi (Coliseum, a partir de las 20:30 horas) que servirá para despejar un puñado de dudas. Debe poner negro sobre blanco si un San Pablo venido a menos en la clasificación es capaz de recomponer la extraordinaria fragilidad en la que transita (tres derrotas en las cuatro últimas jornadas) para consolidar un puesto de 'play-off'. La llegada de Curro Segura al banquillo ha dado un giro al juego radical del conjunto burgalés, con un sello más reconocible, y sin embargo la respuesta de una plantilla repleta de talento arroja las mismas dudas (dos victorias en cinco encuentros sin Olmos).

«Es un equipo muy diferente. Corren mucho más, no esperan a Mahalbasic, juegan un baloncesto más rápido,... el talento ya lo tenían y ahora son un poco bastante más serios de lo que eran defensivamente. Se ve un equipo mejor colocado atrás con mejores unos contra uno y mejor en las rotaciones defensivas», apunta Paco García, que ha preparado un plan de partido muy distinto al de la primera vuelta. «Es diferente, aunque hay similitudes como coger más rebotes y perder menos balones que ellos. Son pequeños detalles que te hacen ganar o perder el partido en el minuto 40», sostiene el técnico del Pucela Basket, el primer sorprendido de que el San Pablo no ocupe plaza en el vagón cabecero de la competición. «Choca que con el desembolso que han hecho, la plantilla y la afición que tiene, no haya sido capaz de encadenar victorias para estar luchando arriba. Pero esto es baloncesto y esto es la LEB, y es una LEB distinta a la que jugó Burgos hace cinco temporadas», comenta el entrenador vallisoletano en la previa.

Otra de las dudas que suscita este derbi pasa por comprobar si el equipo de Paco García es capaz de mantener lejos de Pisuerga el pulso y la respuesta defensiva que ha ofrecido en este mes de enero (ha encajado una media de 69 puntos en los cuatro últimos partidos). «Ya les hemos ganado y es normal que tengan ganas de resarcirse. Son un equipo más serio en defensa con la llegada de Curro Segura y además promedia 83 puntos en casa, y en ese promedio no podemos ganar. El otro día dejamos a Palencia en 70 cuando venía con 85 de media. Es una constante en nosotros y es el primer paso para poder ganar. Si nos vamos a muchos puntos no vamos a poder ganar porque tienen mucho más talento que nosotros. Han encajado derrotas dolorosas para un club que esperaba estar mucho más arriba, pero yo apostaría a que van a estar ahí hasta el final», analiza el técnico del UEMC, consciente del plus que necesita su equipo para sacar partidos adelante: «Cuando no hemos estado bien hemos perdido».

Para el derbi en Burgos causa baja Lucas N'Guessan -al 90% también el domingo ante Juaristi-, mientras que Kevin Allen continúa su proceso de readaptación tras lesión. «Tenemos la ventaja de que aquí los once van a entrar a jugar y a tener su oportunidad, y si el que juega cinco minutos hace cosas buenas va a seguir jugando. Eso está haciendo que lleguemos muy bien a los finales de partido», reconoce Paco García, que responde sin preguntarle a la última duda que arroja el partido de este miércoles: saber si su equipo responde mentalmente a la exigencia de jugar en un gran escenario (ya perdió en Palencia, Madrid ante Estudiantes y Andorra).

«A todos nos gusta jugar con público y la de Burgos es una buena instalación. Estoy más preocupado por la sensación de que, tras ganar a Palencia, igual nos creemos mejores de lo que somos», ha señalado el técnico en la mañana de este martes, reconociendo haber parado el entrenamiento del lunes por la actitud de sus jugadores. «Les mandé para casa», admite.

Por último ha pasado de puntillas por la polémica -artificial- generada por un tuit del San Pablo en el que autoproclama a Burgos como capital del baloncesto. «No sé si Jaime sigue siendo el responsable, pero les tengo mucho respeto y sé que se lo curran mucho. Solo espero que la gente de Valladolid que vaya sean bien recibidos y que gane el mejor», ha afirmado.

• Temas
• Baloncesto
• Burgos
• Real Valladolid Baloncesto