![Un mal segundo cuarto condena al UEMC a su tercera derrota consecutiva](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202203/15/media/cortadas/1445971809-kfuC-U1601328541965YpH-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Fermín Antuña. adg
Oviedo
Martes, 15 de marzo 2022, 23:25
Medio cuarto previo al descanso fue suficiente para echar por tierra el notable trabajo del UEMC Real Valladolid durante el resto de su visita al ... Unicaja Banco Oviedo. Los jugadores entrenados por Roberto González pagaron unos guarismos muy deficientes, especialmente desde el perímetro, y sufrieron su tercera derrota consecutiva al caer en tierras asturianas por 88-71.
Oviedo
Atencia (22), Jorgensen (15), Kamba (8), McDonell (11) y Arteaga (16) -cinco inicial-, Meana (2), Lundqvist (9), Bartolomé y Elechi (5).
88
-
71
UEMC
Wintering (15), Geks (3), De la Fuente (11), Pippen (9) y Gilbert (13) -cinco inicial-, Puidet (2), Pedersen, Pantzar (7), Raffington y Kuiper (11).
Parciales 19-20, 23-10 (42-30), 23-22 (65-52) y 23-19 (88-71).
Árbitros Albacete Chamón (Comité castellano-manchego), García Crespo (Comité andaluz) y Rodríguez Fernández (Comité madrileño). Sin eliminados.
Incidencias Pumarín. 800 espectadores
Se sintió cómodo el cuadro pucelano en un inicio vertiginoso, sin más patrón de juego que la llegada por la vía rápida a la canasta rival. Rozó la perfección el despliegue de Pippen, Wintering y De la Fuente en los tres primeros ataques (3-7). El papel del capitán fue de clase magistral, tanto en la faceta ofensiva como a la hora de recuperar y tirar rápidos contraataques. Sin embargo, el guión resultó tremendamente complicado de mantener, debido a la exigencia en física, así como a la dependencia de un alto nivel de acierto. No esquivó el equipo local ese intercambio de golpes rápidos, a veces con la sensación de asistir a un partido de tenis. Las ventajas eran efímeras, aunque casi siempre con dominio del UEMC Real Valladolid, que encontró a Hecks y a Gilbert para, con un triple y una acción personal de libro en la pintura, sellar una victoria parcial en el primer cuarto (19-20). Más allá del marcador y de las sensaciones, los datos revelaban que el Unicaja Banco Oviedo necesitaba mucho menos para mantenerse en el partido: 63 por ciento de acierto a tiros de campo frente al 45 de los pupilos de Roberto González, a los que esa rapidez en el juego jugó más de una mala pasada en lo que a la correcta selección de tiro se refiere.
Comenzó de forma semejante el segundo cuarto, hasta que el cuadro vallisoletano dejó de hacer la goma y no pudo seguir el ritmo. Empezó a romper el duelo Lundqvist, con una canasta y una recuperación con resultado de 2+1 que devolvió la ventaja al equipo ovetense. Los pasos eran inexorables hacia lo peor: pérdida de la ventaja, primera crisis con el triple de Elechi (31-26) y el hundimiento que llevó el tanteador parcial hasta un 16-2, y la máxima diferencia para el Unicaja Banca Oviedo (38-28). En más de cinco minutos de juego, el UEMC Real Valladolid solamente se sostuvo con dos canastas y con ataques cada vez más anárquicos en la resolución e inverosímiles en la construcción. McDonell, a falta de tres segundos para el descanso, palmeó para enviar el duelo a los vestuarios con la máxima diferencia hasta entonces (42-30). Para entonces, en las manos del bando pucelano estaba la explicación del desastre: un ocho por ciento de acierto en el lanzamiento exterior, en un partido planteado en forma de intercambio de canastas y con exigencia anotadora.
La torrija del UEMC Real Valladolid, lejos de quedarse en un mal trago del segundo cuarto, prosiguió en una reanudación que a punto estuvo de dejar el duelo finiquitado antes de tiempo. Un solo triple de Gilbert, en medio del 'bombardeo' ovetense, provocó que la brecha creciese hasta los 21 puntos de diferencia (54-33). Paró el duelo Roberto González, y el remedio pareció tener efecto inmediato. Se enchufó Kuiper, quien rompió por un momento la maldición exterior, y el parcial de 0-8 limó la diferencia hasta lo razonable (54-41). Sin embargo, en la ecuación necesaria para la remontada faltó un momento de verdadera flaqueza del Unicaja Banco Oviedo. Los jugadores locales mostraron su fortaleza en el rendimiento colectivo, y en no ser especialmente deficientes en ninguna de las facetas clave: la defensa, el ataque, la intensidad y el rebote. En el margen de diferencia razonable (65-52) se fue el duelo al cuarto decisivo, con muchos deberes pendientes para los pupilos de Roberto González.
Cuatro puntos consecutivos de Pantzar y un triple de Wintering (71-60) marcaron un ritmo correcto en busca de la remontada. Sin embargo, a cada paso al frente llegó un mazazo especialmente oportuno para los intereses del Unicaja Banco Oviedo. McDonell, MVP de la pasada jornada, apareció para devolver la distancia a los catorce puntos. Solamente a falta de algo más de tres minutos el marcador se situó dentro de la llamada barrera psicológica (80-70). Fue un espejismo, sin tiempo material para evitar una nueva derrota que acabó, quizás, de forma excesivamente contundente (88-71).
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