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Probablemente no juegue el 'play-off' de ascenso, pero difícilmente podrá olvidar -mucho menos repetir- los dos meses que le ha regalado a su afición ... en este esprint final de temporada. Los números de este Pucela Basket desde la llegada de Paco García al banquillo son para enmarcar, y con perspectiva también para darse algún que otro cabezazo contra la pared por lo que esta plantilla podría haber alcanzado, y disfrutado en 'play-off', y con casi total seguridad no hará por una sola victoria. Una canasta, quizás.
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Ante Cáceres volvió a demostrar que es el equipo en mejor forma de la competición, y sumó con extrema solvencia -y hasta suficiencia- su octava victoria en nueve encuentros desde que tiene nuevo inquilino en el banquillo. Esta vez fue Gilbert quien se apuntó una auténtica exhibición para mantener a raya al conjunto extremeño y llevar en volandas a su equipo hasta la orilla del 'play-off'. Con una visita pendiente a Palma, ya descendido, en la última jornada, el equipo de Paco García necesita ganar y que no lo haga TAU Castellón en su pista frente a un Guipúzcoa sin nada en juego. La derrota (poco probable) de Cáceres ante un Covirán Granada ya ascendido Liga Endesa también le daría billete al Real Valladolid Baloncesto, debido al 'average' ganado a los extremeños (86-80 en el partido de ida).
Pucela Basket
Wintering (12), Geks (3), Gilbert (27), Kuiper (9) y Pippen (14) -quinteto inicial-, Sergio de la Fuente (6), Puidet (3), Pantzar (10), Berg (6) y Raffington (2).
92
-
75
CB Cáceres
Jorge Sanz (-), Schmidt (23), MBala (16), Dukan (2) y Belemene (5) -quinteto inicial-, Mateo Diaz (4), Manu Rodríguez (4), Olaizola (-), Lobo (16), y Toledo (5).
Parciales: 27-15, 23-19 (50-34, descanso); 19-22 (69-56) y 23-19 (92-75, final)
Árbitros: Francisco Bravo Loroño, Mª Ángeles García y Fernando Ibáñez. Eliminados Sergio de la Fuente y Kuiper por los locales, y Lobo por los visitantes. Desgraciadamente se ha hecho habitual un mal arbitraje en Pisuerga.
Incidencias: Penúltima jornada de la fase regular, disputada en el polideportivo Pisuerga.
Probablemente se quede a milímetros de esa novena plaza, y la culpa será de aquel equipo blando y sin espíritu que vagó sin alma durante buena parte del campeonato y ahora ha demostrado que todo su talento quedó desperdiciado por el camino. El de hoy es otro muy diferente.
Un equipo en mayúsculas que ha convertido en mandamientos de obligado cumplimiento detalles que otros equipos desdeñan, y que para el espectador resultan imperceptibles. Este Pucela basket limita al máximo los errores propios, no concede puntos fáciles al rival, niega bandejas, y a partir de ahí construye un ataque sencillo, sin ambages ni sistemas que compliquen la vida al jugador que estimulan el talento individual.
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Así de fácil dibujarlo en la pizarra y así de complicado plasmarlo en la pista, donde los hombres de Paco se toman casi como algo personal ganar cada uno de los cuartos en juego. Si me voy doce arriba en los primeros diez minutos (27-15), el reto se dobla en el segundo cuarto (23-19). Pero siempre con un espíritu colectivo que ayuda a escapar del peor escenario posible. Lo hizo en Almansa jugando mal, y con Cáceres enfrente no necesitó de la mejor versión de Wintering, su mejor punto de apoyo, para que el partido durmiera en sus manos.
Esta vez fueron Pippen -su plena adaptación le ha convertido en uno de los mejores 'cincos' de la competición- y un admirable Gilbert -dominador del juego cerca del aro y ahora también en el perímetro- los encargados de abrir camino. Con un 5/5 del americano y mucho del repertorio que ha ido incluyendo el croata con el paso de las semanas, el Pucela Basket puso rápido tierra de por medio (26-13) ante un rival cuyo juego no conoce dobleces. Tampoco sorpresas. Muere o mata desde el acierto de sus tiradores, sin importarle si el marcador le sonríe o no.
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El de Pisuerga fue un buen ejemplo. Desacertado de salida (sus postes forman parte del decorado), Cáceres estuvo a merced del juego coral de los locales hasta irse a vestuarios con una máxima desventaja de dieciséis puntos (56-40).
Solo cuando asomaron sus mejores pistoleros, Schmidt y Lobo, el equipo de Roberto Blanco supuso una amenaza real, llegando a inquietar mínimamente el guion impuesto por los vallisoletanos (64-54, minuto 28). Fue solo un espejismo para un equipo anárquico sin un patrón defensivo que sortea los balones en función del quinteto que figur en cancha. Su apuesta en el último cuarto por una defensa zonal tampoco le sacó de pobre.
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Enfrente, y lejos de ponerser nervioso, el Pucela Basket siguió a lo suyo leyendo mejor el juego y explotando el espectacular momento de Gilbert -su fichaje, otro tanto a la cuenta de Pepe Catalina-. Llegado cuando agonizaba febrero, el versátil jugador croata (27 puntos y 7 rebotes para 33 de valoración) va a ser quien más lamente no poder jugar el 'play-off' en caso de que no consumarse el milagro.
Un milagro que podría quedarse a la orilla por una mala decisión arbitral o un tiro facilón fallado de Pippen en aquel final de partido ante el TAU Castellón.
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