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Los jugadores, con Berg y Wintering en primer término, devuelven los aplausos a la grada. R. Jiménez
Real Valladolid Baloncesto

El Pucela Basket se queda muy corto ante un Estudiantes serio y sin fisuras de principio a fin

Los de Paco García, muy justos de físico, agotaron sus opciones en el inicio del tercer cuarto (37-38, minuto 22) y acabaron claudicando a manos de un rival que, esta vez sí, hizo honor a su enorme potencial

Domingo, 5 de junio 2022, 16:45

A cualquiera de los fieles a Pisuerga le parecía hace dos meses una utopía jugar un 'play-off' que no fuera de descenso. Era una ... quimera pensar en ganar nueve de diez partidos y plantarse en una eliminatoria con los mejores de la competición. Un sueño tutear al equipo que lidera las apuestas más allá de este aperitivo previo a la Final a Cuatro. Una ilusión poder prolongar la serie más allá del 3-0 y disfrutar como hacía tiempo de un ambiente mágico en el pabellón.

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Pues bien, todo eso lo ha conseguido un equipo que este domingo, exhausto y sin fuerzas para estirar la temporada una semana más, acabó por claudicar ante un gran rival -porque la lógica es tan tozuda como un muro de hormigón- y también por dejar un guiño al futuro. Un guante por recoger

Después de firmar dos meses de un baloncesto extraordinario que ha devuelto la ilusión al aficionado, la pelota ahora queda encajada en el tejado del club, con poder de decisión para que la próxima temporada y las venideras no se inicien al albur de una utopía.

La derrota en el cuarto ante Estudiantes despide una temporada de sobresaltos que deja un sabor agridulce; agria por lo que pudo ser y no ha sido, y dulce por cómo pintaba y cómo ha acabado pintando.

La lógica en una eliminatoria al mejor de cinco -otro gallo hubiera cantado a tres- acabó por aflorar en favor de un conjunto estudiantil con recursos para dar y regalar en LEB Oro que, al contrario que el pasado viernes, sí supo explotar este domingo. Los de Epi se verán ahora las caras en semifinales con Palencia con un favoritismo -jugará en Madrid- que invita a pensar en una final por el ascenso con Girona.

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Pucela Basket

Wintering (-), Geks (10), Gilbert (8), Sergio de la Fuente (11), Raffington (-) -quinteto inicial-, Kuiper (-), Kavion Pippen (9). Pantzar (18), Puidet (-). Berg (3), Revilla (-) y Nacho García (-).

59

-

85

Estudiantes

Faggiano (8), Dee (15), Beirán (13), Djurisic (10) y Larsen (4) -quinteto inicial-, Varela (2), Nacho Martín (11), Urtasun (9), Sola (2), Dos Anjos (8), Domínguez (3) y Stoilov (-).

  • Parciales: 12-22, 17-15 (29-37 al descanso); 20-22 (49-59) y 10-26 (59-85, final).

  • Árbitros: Francisco Morales, Sandra Sánchez y Juan Carpallo. El arbitraje no quiso esperar al quinto para garantizar la presencia de Estudiantes en la Final a Cuatro y marcó la línea desde el primer cuarto.

  • Incidencias: Cuarto partido de la eliminatoria, disputado en el polideportivo Pisuerga.

Tal y como sucedió en el tercero, en el que Paco García buscó fórmulas para cambiar la tendencia dejada en los dos primeros partidos, esta vez fue Epi quien se trajo la lección bien aprendida del hotel. Repasó el vídeo del tercero y descubrió los problemas que escondía -y disimulaba- el Pucela Basket para defender el juego interior. De ese análisis salieron las seis primeras posesiones de partido, situaciones elaboradas que acabaron en balones doblados a los pívots bajo canasta.

Esa ventaja (con dos imponentes tándems como Djurisic-Larsen, primero, y Nacho-Dos Anjos después como relevo), unido a un nivel de intensidad mucho más agresivo atrás -permitido por el trío arbitral-, reportó las primeras ventajas a un Estudiantes mucho más serio y disciplinado en todo lo que planteó sobre la pista. Todo más pausado, medido al milímetro, con el ingente talento al servicio del colectivo y situaciones de final de posesión en las manos idóneas (10-20 minuto 10). El mensaje era nítido. Yo pongo el listón aquí y quien quiera que me siga.

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Eso generó un desgaste mucho mayor a la defensa local, tan justita de gasolina como para provocar continuas y rotaciones mucho más cortas que en otras ocasiones (todos habían saltado ya a pista a los nueve minutos). Tocaba trampear el partido y sacar el paraguas para evitar que la seriedad del rival se hiciera insalvable. Aguantar el temporal a la espera de minutos mejores...

Un ejercicio de paciencia que dio rédito a corto plazo (29-37) y que incluso llegó a tener continuidad en la puesta en escena de la segunda parte con un arreón que dejó dos triples consecutivos de Pantzar y Sergio (37-38, minuto 22). Un espejismo. Si en el primero de la serie fue Dee quien marcó diferencias y en el segundo Dos Anjos, esta vez fue Beirán el que se echó la eliminatoria a la espalda para marcar diferencias. Primero con un triple tras rebote ofensivo (39-46), en la siguiente posesión con un 3+1 (39-50) y acto seguido con un tercero que dejó muy tocados a los de Paco García (44-57, minuto 28). La cornada era ya de consideración... y el panorama desolador. Wintering, que ha jugado prácticamente cojo la eliminatoria -su secuencia en la serie es harto elocuente: 5 puntos en el primero, 6 en segundo, 2 y 0-, se acabó de romper y su marcha a vestuarios fue una metáfora de la desconexión que sufrió el Pucela Basket.

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Restaba todo un cuarto por delante y pese a que el marcador dejaba una puerta abierta (49-59), la realidad las había ido cerrando una por una durante el partido. Por si era poco el arsenal desplegado hasta entonces, Urtasun tomó el relevo para, con cinco puntos consecutivos, asestar una nueva cornada y poner el partido definitivamente en chino (51-64, minuto 33). El equipo vallisoletano mantenía un quinteto en pista pero hacía minutos que mentalmente estaba ya fuera. Desconectado.

Sin una sola gota ya en la reserva -con la excepción de un Pantzar explosivo en esta recta final de competición-, los minutos finales sirvieron a modo de despedida en la gran mayoría de los casos -significativo el cambio y ovación para Pantzar-, y también de recompensa para el trabajo silencioso en los entrenamientos de Fernando Revilla y Nacho García.

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La temporada se despide en la pista y prosigue en los despachos con una profunda reflexión pendiente que deberá despejar no pocos interrogantes que ayuden a trazar una hoja de ruta mucho más estable y consecuente con la trayectoria de crecimiento que vende el club.

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