El Pucela Basket, obligado a ganar y a esperar resultados

Paco García, técnico del Real Valladolid Baloncesto, lo tiene claro. Le preocupa que el equipo, que lleva seis triunfos consecutivos -ocho de nueve desde que se hizo cargo del banquillo blanquivioleta-, se despiste en aspectos externos y no se centre tanto en la necesidad imperiosa de ganar a un buen equipo como el balear. «Puede sonar extraño, pero para mí es el encuentro más complicado de todos los que hemos jugado, ya que el entorno no es todo lo correcto que a mí me gustaría. Se habla de que Palma ya ha descendido, de que se le ha ido ya un jugador importante. Se habla de lo que puede hacer Cáceres con Granada y de lo que pueda hacer Castelló con Gipuzkoa... Pero yo tengo claro que lo más importante es que nosotros ganemos», señaló.

«Me disgustaría mucho que nos distrajésemos con cosas que van paralelas a nuestra victoria», subrayó. «Si nuestro triunfo no se da, no hay ninguna cuenta que hacer. No me gustaría que en el último partido nos dispersásemos un poquito en ese aspecto. Tenemos por delante un encuentro en el que, desde que lleguemos al pabellón, debemos mostrar que venimos a ganar».

El entrenador vallisoletano alabó el nivel de la plantilla mallorquina. Resaltó que cuenta «con un magnífico base como es Pol Figueras, para mí uno de los tres o cuatro mejores de la competición. Tiene al mejor anotador de la liga como es Van Beck y a un pívot dominante como Pavelka, que en Palma ha encontrado su mejor versión y está dominando los aros. El último día capturó nada menos que 17 rebotes. Todo esto rodeado de gente interesante como pueden ser Kostadinov o Cosialls. Es verdad que han descendido, pero hay buenos efectivos, jugadores y entrenadores profesionales que van a querer despedirse de la mejor manera posible, con una victoria».

«Me disgustaría pensar que todo lo que va paralelo a nosotros nos haga dispersarnos de lo único verdaderamente importante: ganar el partido», repitió. Volvió a subrayar que el halago debilita y recordó que de momento el equipo no ha llegado a ningún sitio, salvo salvar la categoría. Además, una victoria en tierras mallorquinas supondría acabar en el casillero con más victorias que derrotas y alargar la racha hasta las siete victorias consecutivas, una forma espléndida para despedir un año de luces y sombras que ha acabado tremendamente soleado.