Profundo malestar en el Real Valladolid Baloncesto con el trato de la Fundación Municipal de Deportes

No son nuevas las tiranteces que provoca la relación que mantiene el club de baloncesto con el propietario y gestor de la instalación, en este caso la Fundación Municipal de Deportes (FMD). En otras ocasiones se repetían los horarios o el uso del gimnasio como punto de fricción, pero esta vez el desencuentro va un poco más allá. El retraso de las obras de la pista central en la que habitualmente entrena el Real Valladolid Baloncesto -la entrega estaba fijada para el día 11- y la aparición de una gotera en el vestuario del primer equipo han elevado el enfado en las oficinas del club, donde en las últimas fechas han tenido que lidiar con el enfado de no pocos abonados por el cambio de ubicación generado tras el cambio de gradas (las dos tribunas principales han perdido una fila).

Sobre este último extremo ya se manifestó David Espinar la semana pasada, lamentando que desde el consistorio no se dirigieran al club para consultarles antes de las obras. Un argumento que carece de peso en palabras del concejal del ramo, Alberto Bustos. «Hace meses que se sabe que se pierde la primera fila. Además, hay unos estudios técnicos en los que se indica el modelo nuevo de grada, una grada que por otro lado tenía 35 años y contaba con un tipo de estructura que ya no hay», se apunta desde el ayuntamiento.

Sobre el retraso de las obras, el concejal reconoce que «sufren unos pequeños retrasos, como en cualquier obra, y habrá que ver a qué se deben», advirtiendo que «solo» faltan unos ligeros remates.

Precisamente ese cambio de gradas ha generado muchos problemas al club por los movimientos que se ha visto obligado a hacer para reubicar a determinados abonados. Al respecto se ha manifestado su presidente Alejandro García Pellitero, recién aterrizado de Estados Unidos. «Estamos intentando solventar todos esos problemas de la mejor manera posible. Buscamos la mejor solución porque nos lo hemos encontrado con la grada instalada. Desde la fila 2 sí que se ve, porque es un poco más alta que la fila 1 antigua. Somos un inquilino, un usuario, y no hemos participado en ese diseño. Sí que hemos transmitido nuestro malestar. Entendemos a los aficionados, pero también hay que entender que nosotros estamos en el medio», ha comentado.

En el club hay otra serie de quejas que tienen que ver con el día a día y el uso de la instalación (gimnasio, etc), aspectos puntuales que desconoce Alberto Bustos, tal y como asegura. «No se me ha transmitido nada, excepto lo de la gotera del vestuario y en cuanto lo conocimos se acercaron tanto Borja Lara como Alfredo Roldán (responsable de instalaciones)», apunta el concejal de Deportes, que no solo defiende su buena relación con el club, «hay un diálogo cordial con el presidente», sino también la mejora del pabellón. «Cuando se hacen inversiones siempre surgen dificultades, pero puedo asegurar que va a quedar muy bien. En cuanto se cambie la instalación eléctrica a la de luces LED, la inversión ascenderá a un millón de euros en total. La inversión deportiva más grande que se ha realizado en este y otros muchos años», subraya Bustos, que insta a los rectores del club a mantener una reunión para que se le transmitan todos los problemas.

• Temas
• Polideportivo Pisuerga
• Alberto Bustos
• Real Valladolid Baloncesto