Melwin Pantzar se topa con Aboubacar al dividir la zona. Rodrigo Jiménez
Real Valladolid Baloncesto

Pantzar saca al Pucela Basket del hastío para seguir invicto en Pisuerga

El base sueco se echa el partido a la espalda tras el descanso para rescatar a un equipo deprimido en la primera parte

Sábado, 26 de noviembre 2022, 22:28

Partido para olvidar, semana para olvidar y victoria para sumar a las cuatro que ya había cosechado como local para mantenerse invicto en Pisuerga, y no perder de vista la frontera del 'play-off' antes de sentarse en el diván y escrutar la minicrisis de identidad que ha asomado tras el último parón por las ventanas.

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El Pucela Basket hizo los deberes ante el recién ascendido Ourense, pero dejó sin cerrar la rendija de preocupación que se abrió en Melilla y que, especialmente en la primera parte, se ensanchó hasta devolver cierto runrún en la grada que recordó al del pasado mes de abril con Roberto González en la banda. Por momentos, el Real Valladolid Baloncesto dio síntomas de equipo deprimido, desprovisto del alma y espíritu suficientes para afrontar un partido de alta competición. Sin ritmo, sin chispa, sin intensidad,...

Como si el equipo de Paco García se hubiera desinflado tras pasar de 0 a 100 después de subir los puertos más exigentes de la competición, y estuviera en pleno descenso tras hacer cumbre ante Lleida. Ahora toca hacer un diagnóstico y buscar la fórmula idónea para volver a levantarse antes de que lleguen cimas más exigentes que la que proponen rivales tan frágiles como Ourense.

Mientras vuelve la versión de octubre, nada mejor que sumar victorias. Hacen más llevadera la espera y también el día a día de un grupo que ganará en tranquilidad esta semana gracias a la espectacular actuación de Melwin Pantzar tras el descanso. Hasta pasar por vestuarios, el sueco estaba tan desaparecido como su equipo (2 tiros libres y 2 puntos de valoración), y cuando se fue a la ducha sus números ya estaban a tono con el juego desplegado por los locales (19 puntos, con 5 asistencias, 8 faltas recibidas y 28 de valoración).

Brillaron también Sergio de la Fuente y Kevin Allen -el americano no sabe de depresiones y crece partido a partido-, pero ambos impulsados por la energía que transmite Pantzar cuando está enchufado, de lejos el mejor base de la categoría.

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Pucela Basket

Pantzar (19), Puidet (-), Belemene (2), Sergio de la Fuente (15) y Kevin Allen (15) -cinco inicial-, Gantt (10), Mike Torres (8), Kuiper (2), Kabasele (6), Mazaira (9 y Pablo Martín (-).

86

-

76

Ourense Baloncesto

Willett (14), Peciukevicius (5), Pilepic (17), Gjuroski (12), y Aboubacar (16) -cinco inicial-, Ventura (-), Cera (4), Paco del Águila (1), Tomás Chapero (2), y Nogués (5).

  • Parciales: 15-15, 18-20 (33-35 al descanso); 27-19 (60-54) y 26-22 (86-76).

  • Árbitros: Carlos García León, Javier Ávila y Joan Fanés. Eliminado Peciukevicius por 5 faltas.

  • Incidencias: Octava jornada de la Liga LEB Oro, disputada en el polideportivo Pisuerga.

Se planteaban no pocas dudas por resolver, y el inicio no hizo sino aumentarlas y por momentos hasta multiplicarlas. Había que responder todas las preguntas que dejó la derrota en Melilla... y una más que sumó la semana con la marcha de Dominic Gilbert. El vacío que se presuponía en el puesto de '3' no tardó en hacerse boquete, e incluso zanja a la vista de la puesta en escena de Belemene -el jugador teóricamente más beneficiado por la fuga del croata- en partido. Llamado a dar un paso adelante, el congoleño partió de inicio y firmó un deprimente 0/5 en tiros de campo antes de volver de regreso al banco (-5 en valoración). Respuesta muy deficiente.

La alternativa a la espera de que llegue un refuerzo -muy probablemente esta semana que entra- lleva el nombre de Mazaira, en la pizarra capaz de desempeñar funciones de alero alto por su polivalencia pero sobre el papel llamado a ser el quinto jugador interior. Pues bien, mejorando la de Belemene, esta respuesta resultó insuficiente en primera instancia para ganarle la mano a un limitado Ourense, todavía un recién ascendido mientras no demuestre lo contrario. Respuesta insuficiente, pero con asterisco (*).

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Había que seguir buscando soluciones y hasta que estas no se asomaron a la cancha, fue Paco García quien las propuso desde la banda. Sin señales de Pantzar antes del descanso se dispuso a mover fichas en busca de una mínima reacción. Al menos algo que hiciera saltar la chispa. Situó a Puidet como director de juego poco después de darle la última oportunidad a Belemene y la solución no pasó de un mero parche. Agua. Respuesta baldía.

Paco García busca una reacción en un tiempo muerto. Rodrigo Jiménez

Seguramente al técnico se le pasó por la cabeza probar con Pablo Martín al '3', pero antes de descartarla, optó por tirar de comodín. Con el partido en vestuarios y sin haber sido capaz de ganar ninguno de los dos primeros cuartos, faltaba por utilizar el as que el técnico vallisoletano siempre se guarda en la manga. La filípica. El discurso motivador que va directo a pinchar el orgullo de sus jugadores y acostumbra a surtir efecto.

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Y surtió, ¡vaya si surtió! No fue algo inmediato, pero sí lo suficientemente revelador como para recoger frutos a medio plazo. Como quien prende la mecha en el túnel de vestuarios, el técnico logró que los suyos se activaran atrás pero además tocó las dos teclas que son imprescindibles para que este equipo se ponga a funcionar. Una es Pantzar, suficiente por sí sola para hacer sonar la música, y la otra es Sergio de la Fuente, cuya energía -vahídos aparte- se antoja necesaria para que la letra acompañe.

Ya con un grado más de intensidad y agresividad sobre el campo, las soluciones propuestas desde la banda parecieron mucho mejores. Primero fueron tres pequeños compartiendo pista (Pantzar, Mike Torres y Gantt) y el juego fluyó mucho mejor. Después volvió a repetir con Mazaira como alero alto y ahora sí, ya con el control y un partido mucho más ordenado, el resultado empezó a sonreír. Respuesta esperada (tanto como que Belemene viera toda la segunda parte desde el banquillo).

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Fue entonces cuando quedó despejado el asterisco. El orensano se entonó y su segundo triple anticipó una brecha (60-52) que con el tercero se asomó mucho más. Con el panorama ya despejado, y en dinámica positiva, Pantzar se echó el partido a la espalda para dinamitarlo en apenas dos acciones. Dos triples, el segundo con tiro libre adicional, pusieron las cosas en su sitio (76-62, a 5 minutos del final) y dejaron sin opciones al conjunto dirigido por Guillermo Arenas. Respuesta lógica.

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