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Valladolid ejerció de trampolín en su carrera (2018-20), y Valladolid le vuelve a abrir la puerta para recuperar el protagonismo y el rol en el campo que no ha disfrutado desde su marcha. Mike Torres Cuevas (Barcelona, 1994), catalán de padres dominicanos, se muestra ... feliz de volver a la que considera su casa y al equipo que le catapultó a la Liga ACB (Betis) para vivir una experiencia que, deportivamente, acabó resultando frustrante.
El nuevo jugador del Real Valladolid Baloncesto, llamado a poner la primera piedra del proyecto desde la dirección de juego que compaginará con Pantzar -en su día lo hizo con Leimanis-, ha jugado en apenas dos años para los Indios de Macorís en República Dominicana, el Mons belga y los Capitanes de Ciudad de México, además del Betis, sin llegar a consolidarse y echar raíces en ninguna de las competiciones. Ahora regresa, mucho más hecho como jugador -también en lo físico-, con el objetivo de volver a sentirse importante de la mano de Paco García. «Lo conozco bien, sacó mucho de mi en aquella temporada, y es motivo principal casi de mi regreso», asegura Mike, satisfecho con la decisión tomada. «Este año se ha dado el momento perfecto y las circunstancias para que volviese. Todo es positivo y el club, aunque muy diferente, no deja de tener la parte familiar que ha tenido siempre», apunta.
El base catalán se considera un jugador más completo que el que se marchó, madurado con los golpes y el aprendizaje que le ha brindado sus experiencia en Liga ACB y torneos lejos de España. «Lo veo un paso adelante porque se trata de aprender, no soy el mismo que el que se fue y he aprendido mucho en todo este tiempo. El juego es el mismo, quizás soy un jugador más hecho físicamente, más fuerte, aunque en el fondo sigo siendo el mismo Mike», resume.
En su último año en Valladolid logró con creces los objetivos marcados por el club -ascenso interruptus por la llegada de la pandemia-, y ahora confía en luchar por volver a estar en lo más alto sin marcarse metas más allá del trabajo diario. «Son plantillas distintas, sí es verdad que ésta es muy física pero hay que trabajar cada día y ver como se plantea cada partido. Veo una tontería plantearse objetivos ahora, hay que ir día a día», señala Mike Torres, que en aquella temporada 19-20 acreditó 9,4 puntos y 2,7 asistencias en los 19 minutos que promedió por partido en fase regular, con unos buenos porcentajes de tiro (42/91 y 46% en tiros de 2; y 26&67 y 39% en triples).
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