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Borrón y cuenta nueva. Eso es lo que debió pensar la directiva del Melilla Baloncesto el pasado verano cuando se deshizo de toda la plantilla, con la única excepción de Dedovic, el único jugador que continua y es el actual capitán. Es difícil escribir sobre ... Melilla y que no se venga al pensamiento Alejandro Alcoba, su técnico en las últimas 9 temporadas. Fin de ciclo. En su puesto ha llegado desde Palencia el asturiano Arturo Álvarez tras una más que discreta temporada en tierras castellanas.
Han incrementado el presupuesto de forma considerable y han podido planificar una plantilla de 11 jugadores que permite diversas opciones de juego en pista y continuidad en el ritmo y la intensidad. El objetivo es clasificarse para los play offs por el ascenso con ventaja de campo, en una posición destacada. Su andadura hasta el momento es idéntica al UEMC Real Valladolid Baloncesto, con un balance igualado de 4-4.
Para el puesto de base la apuesta melillense es totalmente nacional, con Gaizka Maiza (11) y Adrián Chapela (88). Maiza es un polivalente organizador que llega desde Coruña, buen pasador y en crecimiento deportivo. Chapela pone la experiencia y llega desde Lérida, controlador del juego y de los tempos del partido, destacando por su capacidad anotadora en las penetraciones y su acierto en el tiro exterior.
Le ha costado a Melilla en verano cerrar la plantilla en los puestos exteriores. El primero en llegar desde Portugal fue DJ Fenner, anotador compulsivo en la competición lusa y referente ofensivo. Pegó la espantada y en su puesto ficharon a un viejo conocido en Valladolid, el montenegrino Niko Rakocevic (22), que regresa a la LEB Oro tras jugar la pasada temporada en Eslovaquia. Triplista demoledor y capacidad defensiva destacada. Jugador de rachas.
Rakocevic comparte puesto con el bosnio Nedim Dedovic (16), muchas semanas lesionado la pasada temporada y experto en la liga, en la que juega su novena temporada, duro en defensa, gran físico y aceptables porcentajes, JV Mukana (8), ruandés, que llega tras debutar en Europa en las filas del Aris Leeduwarden holandés, jugador de complexión atlética destacada, polivalente en pista y dotado de técnica y recursos para anotar de diversas formas. Han cortado la semana pasada al norteamericano Bobby Harris, que había llegado tras rendir a buen nivel en Almansa.
El juego interior de Melilla es poderoso, su aspecto más potente y determinante. Regresa a la LEB Oro el belga Thomas De Thaey (13), muy físico, tras su andadura por Breogán y señalado para ser importante en el equipo tras superar una importante lesión en el hombro. Alejandro Mazaira (34) es el responsable interior de abrir el ataque del equipo abriéndose al lanzamiento triple, joven, que llega desde el descendido Orense, con mejores porcentajes, curiosamente, desde el triple que en los tiros de dos.
Los dos interiores puros son muy grandes, Sergio Mendiola (5) y Roland Gorgemans (41). Aportan puntos, gran poderío reboteador, capacidad de intimidación y muchos minutos en pista. Mendiola es un hombre de buenos índices de acierto, con dificultad para defender a postes ágiles y móviles y más fuertes. El belga Gorgemans compartió la pasada temporada la liga belga y la segunda francesa. Tiene buenos movimientos en la pintura, capacidad taponadora y capaz de anotar cuando recibe cerca del aro. El senegalés Moha Barro (24) ha llegado tras superar dos importantes lesiones de rodilla con la intención de volver a sentirse jugador. Por ahora apenas aporta minutos y juego.
Encuentro trascendental para el UEMC Real Valladolid Baloncesto antes del parón internacional. Y en ello ha incidido Roberto González.«Como todos, es un partido importante y complicado. Tienen las mismas victorias que nosotros, vienen de ganar a Cáceres y nos lo van a poner muy difícil. Veremos cómo estamos de acierto y qué tal podemos competir Encajan pocos puntos y cierran bien le rebote defensivo, así que no conceden segundas opciones», explicó.
A pesar de la entidad del rival, el UEMC Real Valladolid Baloncesto llega en un buen momento, pero con cosas que corregir. «La falta de regularidad durante los partidos puede deberse a faltas de concentración o de comunicación puntuales, y que todavía no tenemos todo cogido como deberíamos. Y la ventaja es que aun así hemos tenido opciones de ganar los partidos, pero es importante que sigamos y mejoremos».
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