Mike Torres / Real Valladolid Baloncesto

«Llegué a pensar que no volvería a caminar de forma normal»

A Mike Torres (Barcelona, 1994) se le había acabado la temporada y, casi sin darse cuenta, se veía abocado a un largo proceso de recuperación en el que las dudas llegaron a carcomer su optimismo. «Cuando estaba con la bota, llegué a pensar que no iba a poder volver a caminar de forma normal», recuerda.

Ocho meses después está ya en condiciones de saltar a la pista, y este sábado disputará sus primeros minutos en Cartagena.

–¿Cuáles son sus sensaciones?

–Me siento bien física y anímicamente. Sé que una lesión tan larga puede afectar a la cabeza, pero lo estoy llevando bien. Estoy preparado para ayudar en lo que pueda, ahora es importante coger ese 'feeling' de sentirme jugador y poco a poco me voy sintiendo más yo.

–Siendo su primera lesión de larga duración, ¿le habrá pasado de todo por la cabeza?

–Sí. Llegué a pensar que no volvería a caminar. Después de unos meses con la bota y empezar a caminar, notaba unas molestias que no sabía bien si eran normales y me hicieron dudar. Pero eran parte del proceso, con días mejores que otros y una mejoría que ha sido gradual con el paso del tiempo.

–No es una lesión habitual.

–Es una lesión rara. El ligamento que une el primer meta con el segundo meta no llegó a romperse pero estaba distendido, y no hacía su función. No es muy frecuente, por eso es algo que tiene que detectar un especialista. Al ser esguince, pensamos que con tiempo y reposo sanaría.

–Usted llegó a forzar para intentar jugar aquel 'play-off'.

–Sí. Y recuerdo que un día salí llorando del entrenamiento porque no podía. Daba un paso y el dolor era muy intenso.

–La recuperación habrá tenido también sus episodios de dolor.

–El doctor ya me dijo al operarme que no pensara que el pie iba a estar como antes. Y fíjate que ahora tengo mucha más fuerza en la musculatura del pie, la pantorrilla, el sóleo,... Con todo esto he aprendido mucho sobre mi cuerpo. Hay momentos, por ejemplo cuando le das un estímulo al pie que se resiente y en dos-tres días lo va a asimilando mejor. Eso mismo pasa con el basket, ahora hay cosas que hago en el entrenamiento que ya no molestan. La mejoría es constante, y seguro que en dos meses estaré mucho mejor que hoy.

–¡Vamos, que se ha convertido en todo un experto en huesos del pie!

–Completamente. Los pies, los dedos, los tendones, tibiales,... Ahora sé que el calentamiento de esas zonas es algo fundamental. Es una lesión de la que nunca había oído hablar, y ahora voy viendo más casos.

–Lógicamente, con lo que ha pasado en el plano personal, la situación del equipo es casi lo de menos. El escenario, desde luego, no es el ideal en su vuelta.

–Es verdad que quiero ayudar al equipo, pero he vuelto prácticamente hace cinco semanas. Y ahora necesito ritmo de competición.

–¿Hay un plazo para recuperar ese ritmo de competición?

–Físicamente ya estoy bien porque desde que puedo empezar a correr, que es finales de septiembre, ya me apunto a una pista de atletismo que hay detrás de mi casa en Barcelona, y el fisio me iba mandando lo que tenía que correr. Y cuando ya he venido, las dos primeras semanas me entrenaba como si fuera un atleta. ¿Basket? basket sí me falta, claro.

–Hay un dato que, sin ser concluyente, es significativo: desde aquel fatídico 5 de abril, el UEMC ha ganado 3 partidos y perdido 15. ¿Le genera ansiedad o algún tipo de presión?

–Soy muy perfeccionista y me gusta que todo salga bien, pero para mí ya es una victoria poder estar aquí y en condiciones de jugar. Después de lo que he pasado, ahora disfruto de cada momento. No hay presión. Que vuelva Mike no va a ser la tecla definitiva, va a ser una tecla. Esto es cosa de todos.

–¿Cómo analiza lo que está pasando el equipo esta temporada?

–Hay momentos buenos y malos, y sí que es verdad que venimos de dos años muy buenos, acostumbrados a luchar por jugar 'play-off' haciendo de Valladolid una pista muy complicada para los rivales,.. El problema ahora creo que es más anímico.

–El choque y cambio de estilos son muy drásticos, porque el equipo estaba muy hecho a un sello muy concreto como el que imprime Paco García.

–Es diferente, sí. Es algo que ya tuvimos con Hugo López, y salió bien. El estilo de Lolo es diferente, algo más moderno de lo que proponía Paco. Y luego Lolo es un diez como entrenador. Escucha al equipo y nos da lo que necesitamos. Simplemente necesitamos acoplarnos más y seguir creyendo. Al final con trabajo las cosas acabarán saliendo porque el equipo entrena bien y el día a día es bueno. Lolo se merece que las cosas salgan bien.

–La parte positiva es que estamos aún en diciembre.

–Es verdad que ahora toca un calendario chulo porque vienen partidos que gusta jugar, y aunque la dinámica no sea buena, queda mucho tiempo por delante. Estamos a tiempo de lograr cualquier objetivo. Si vemos el año pasado, Fuenlabrada y Betis estaban casi en descenso y estuvieron a punto de entrar en 'play-off'. Lo importante es como termines. Nadie se acordará de estos primeros meses si acabas bien.

–Que la presión sea para los presupuestos altos, ¿ayuda o perjudica?

–Aquí no existe esa presión, pero también estamos acostumbrados a estar arriba y lo mínimo es que compitamos de tú a tú con cualquiera. Lo primero ahora es quitarnos esa losa de ganar en casa. No puede venir cualquiera aquí a ganarnos.

–¿Considera que hay peor plantilla que la temporada pasada?

–Es diferente. Sí había gente más contrastada. Teníamos a Devin, a Lotanna, a N'Guessan, Jaime, que tiene mucho talento,... gente que conocía la liga. Pero los que han venido tienen mucho más talento para hacerlo mejor de lo que lo están haciendo. Falta ese 'click' para quitarse esa losa y que todo fluya.