Frenar la hemorragia, objetivo del UEMC en cancha del Real Betis

El efecto globo se ha apoderado de la actualidad del Real Valladolid Baloncesto, cuya estampa -aparentemente sólida y consolidada- empezó a desinflarse tras una victoria sonada ante San Pablo Burgos y desde entonces no hace más que perder aire por cada uno de sus poros. Desde entonces, 30 de marzo, el equipo de Paco García vive en una lágrima constante, más pendiente de su parte de lesiones que de progresar en su juego.

En las horas previas a su viaje a Sevilla para enfrentarse al Real Betis (viernes, desde las 20:30 horas), el UEMC mantiene las bajas de Mike Torres, Ziggy, Íñigo Royo y Devin Schmidt (cumple su último partido de sanción), y además suma los problemas de Jaan Puidet, condicionado por un proceso vírico. Un cuadro que podría firmar el mismísimo Kandinsky que vuelve a poner al conjunto vallisoletano a los pies de los caballos como víctima propiciatoria en su viaje a tierras andaluzas. La pelea del Betis, además, por pescar la última plaza de 'play-off' -ahora mismo es décimo con las mismas victorias (14) que Fuenlabrada- complica aún más su partido en Sevilla.

El contexto para la plantilla, que viaja este viernes por carretera desde las 13:30h), se agrava con los cuatro últimos resultados (-25 en Lleida, -15 ante Estudiantes, -14 en La Coruña y -31 frente al Tizona). «Si me enfrentara al Betis sin Faggiano, Joaquín Rodríguez ni Eddy Polanco iría tranquilo, que será lo que pensarán ellos. Confiemos en que ese parte de guerra se minimice porque estamos yendo con tirachinas. Me preocupa que tu mejor jugador haya estado un mes fuera, cómo pueda volver Mike Torres, y que Ziggy pueda recuperarse después de tres semanas», apunta en la previa Paco García, que califica de «esperpéntico» lo que está viviendo su equipo en las últimas fechas. «Roza ya lo esperpéntico, porque si Royo es baja, Schmidt también y Torres y Ziggy siguen su proceso de rehabilitación, ayer, que es hasta cómico, Lambás tenía clase por la mañana y examen por la tarde, Puidet atraviesa por un proceso vírico, y el júnior que subimos para entrenar (Íñigo Hansen) tuvo problemas de calambres y tuvimos que parar el entrenamiento porque nos quedábamos sin efectivos».

Con ese panorama, el técnico vallisoletano ve poco margen para mejorar en el juego antes de llegar al 'play-off'. «Al margen de las excusas, hay que mirar un poco más allá. Cuando yo entrenaba en la República Centroafricana me miraban y me decían 'coach no podemos mirar más allá de mañana'. Pues así estamos aquí, porque si te encuentras todos los días un problema a mayores.... Evidentemente aspectos como los tiros libres sí lo estamos entrenando. ¿Las pérdidas? Quizás sea lo más asumible que yo tengo jugando como jugamos sin dirección. No tanto el tema del rebote, donde hay jugadores y de perímetro que tienen que rebotear más. Necesitamos ese rebote largo que no estamos cogiendo», asegura Paco García, consciente de las limitaciones actuales. «El otro día la gasolina da para lo que da, ellos huelen sangre y el último parcial es de 11-26. Si hubiéramos estado acertado en los tiros libres, el equipo se va arriba al descanso», apunta, recordando que desde la última victoria (ante San Pablo Burgos) las bajas han mermado notablemente las estadísticas. «Hacíamos 80 puntos de media por partido, y desde entonces en los siguientes partidos hemos promediado 64,5, (15,5 puntos menos), además de encajar siete puntos más».

En la ida, 72-66 para el Real Valladolid Baloncesto, que puede convertirse en juez y parte en ese pulso por sacar el último de los billetes para jugar el 'play-off' de ascenso.

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