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Melwin Pantzar anota un mate ante el Cáceres. Rodrigo Jiménez

Final de infarto con sonrisa para el Real Valladolid Baloncesto

El polideportivo Pisuerga llevó en volandas a la prórroga a los suyos para confirmar que sigue siendo un fortín

Paula Ortiz

Valladolid

Sábado, 21 de enero 2023, 22:50

El Real Valladolid Baloncesto sufrió en el partido ante el Cáceres, pero logró salir airoso del encuentro (90-86) gracias a los últimos segundos de Jaan Puidet, quien intentó tirar de la histórica metiendo un triple sobre la bocina que daba la victoria a los ... local, aunque el colegiado decretó que estaba fue de tiempo y dio paso a la prórroga. Los blanquivioletas dominaron el juego durante los últimos compases de la primera parte, pero se desinflaron en la segunda y vieron como los extremeños les remontaban el partido.

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Real Valladolid

Mike Torres (2), Herve Kabasele (8), Maj Kovecevic (5), Sergio de la Fuente (1), Romaric Belemene (2) -quinteto inicial-, Melwin Pantzar (38, Greg Gantt (9), Jaan Puidet (15), Jordy Kuiper (7) y Alex Mazaira.

90

-

86

Cáceres Patrimonio de la Humanidad

Kevin Bercy (21), Vaidas Cepukaitis (9), Dani Rodríguez (7), Kenny Hasbrouck (14), Kostas Vasileiadis (13) -quinteto inicial-, Albert Lafuente, Pablo Sánchez (12), Carlos Toledo (1), Lysander Bracey (6) y Julen Olaizola (3).

  • Parciales 17-22, 25-13 (42-35), 8-19 (50-54), 26-22 (76-76), 14-10 (90-86).

  • Árbitros Mas Cagide (Comité catalán), Muñoz García (Comité andaluz) y Cortés Paya (Comité valenciano).

  • Incidencias Sin incidencias.

  • Jornada 17ª de la liga LEB Oro

El juego de ambos equipos estuvo trabado durante los primeros compases del encuentro. Tras los dos primeros triples, uno en cada canasta, tuvieron que pasar varios minutos para que el balón se volviese a colar. Defensas muy férreas de ambos cuadros, que se hacían con la totalidad de los rebotes y no daban opciones a segundas jugadas, propiciados por la consecución de errores en tiros lejanos.

El Real Valladolid se mantuvo durante todo el primer cuarto y parte del segundo por debajo en el marcador, ya que los intentos de tiros de tres eran escupidos bien por el aro o por la madera. Hasta que llegó el minuto 8 del segundo cuarto y los pupilos de Paco García se pusieron por delante en el marcador por primera vez en lo que iba de encuentro (25-22). Tras esta remontada a escasos 7 minutos del final de la primera parte, los blanquivioletas consiguieron ir aumentando la renta exponencialmente hasta pasar por los vestuarios en el descanso con una diferencia de 13 puntos.

El nombre propio de la primera mitad sin duda fue Melwin Pantzar, el base de los de García controló el juego del equipo durante los minutos previos al descanso y supo gestionar el batacazo de tanto tiempo con un marcador desfavorable. Se echó el equipo a la espalda y entre triples y tiros libres -21 puntos solo en los dos primeros cuartos, es decir, la mitad del total del equipo- se llevó las ovaciones del Pisuerga.

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Y si la primera mitad tuvo nombre pucelano, la segunda y la prorroga fueron protagonizadas por Jaan Puidet. El escolta blanquivioleta quiso poner la guinda a un final de infarto, pero el árbitro decretó que el triple sobre la bocina había sido lanzado fuera del tiempo reglamentario. Aún así, Puidet consiguió transformar un triple con tiro libre incluidos a falta de tan solo 9 segundos, que firmaba el empate (76-76).

El atascado comienzo de partido con pocos puntos fue la oposición del último cuarto (26-22) y de la prórroga (14-10). El cuadro visitante quiso remar con un resultado favorable durante buena parte de la segunda parte, pero la fe de los vallisoletanos les desajustó el esquema. El juego de ambos fue muy vertical y con numerosos tiros de tres, al igual que durante los primeros minutos, pero la muñeca iba calentando, en especial la de Pantzar, y por fin subían los puntos al luminoso.

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El pucela enfiló la segunda mitad con 13 puntos de ventaja, pero a los visitantes necesitaron tan solo once minutos para igualar el marcador (46-46). A raíz de este empate, el Valladolid fue a remolque intentando que los rivales no se distanciasen en exceso en el marcador y procurando seguir metidos en el encuentro. El calor de la afición fue clave para que los de Paco García confiasen en sus últimas posibilidades y demostrasen que el Pisuerga no se atraca.

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