La derrota en Menorca ha escocido en el seno del vestuario del UEMC Real Valladolid. «Ha sido una cornada de doble trayectoria», admite el preparador blanquivioleta, Paco García, «preocupado» por el borrón que su equipo realizó en el último encuentro.
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«Fue un partido horroroso, y si salimos este sábado ante Orense como en Menorca, no ganamos ni un partido», advierte García que considera que se trata de un problema «de personalidad». «Cuando todo va rodado, perfecto, pero en cuanto tenemos un problema, el equipo en vez de dar un paso adelante, lo da para atrás. Nos sucedió con la lesión de Torres, y el otro día con la baja de Devin –por Schmidt–».
Precisamente, el estado del buque insignia del equipo es una de las dudas para el choque ante los gallegos en el Polideportivo Pisuerga. «Está mejor. Ayer quiso completar todo el entrenamiento, y quiere jugar, y más viendo cómo reaccionó el equipo sin su presencia», subraya Paco García, que entiende que, en caso de estar en perfectas condiciones, «se tomarán riesgos contralables» con el jugador.
El técnico vallisoletano, muy crítico, asegura que el equipo deberá tener más ambición de aquí a final de temporada si se quieren cumplir los objetivos. «Hablo de Menorca, pero Orense nos metió 35 puntos en diez minutos en el partido de ida... Como salgamos como el otro día, nos va a pasar lo mismo», analiza. «A los jugadores les he dicho esta semana que si hubiésemos ganado los partidos que tenemos con los equipos que están por debajo de nosotros... Seríamos líderes», agrega para insistir que, pese a que el equipo tiene 15 victorias, situaciones como la del último partido pueden tirar todo el trabajo por la borda. «Se te queda cara de gilipollas».
El Club Ourense Baloncesto llega este sábado a Pisuerga (17:00 horas, LaLiga+) situado noveno en la tabla, con once victorias y trece derrotas, y justo por detrás del UEMC Real Valladolid Baloncesto.
En el último encuentro, los gallegos derrotaron al Castellón (78-81), y lograron la permanencia virtual en la LEB Oro. En equipo orensano destacan jugadores como Justin Turner y Kacinas. Precisamente, ambos se convirtieron en los verdugos de los blanquivioleta en la ida, con 53 puntos. «Tienen un buen perímetro, y es un equipo que acredita 72 puntos de media por partido. Nos metieron 35 en diez minutos en la ida», recalca el entrenador blanquivioleta.
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Sin embargo, en el vestuario pucelano, más que el rival, esta semana preocupa la reacción del equipo tras el varapalo menorquín del pasado martes (76-57), donde el UEMC se quedó en un 38% de tiros de dos o que se saldó con nueve tiros libres fallados. «Son números para no ganar ni un partido», concluye García.
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