Cambios insuficientes en Pisuerga

En esta ocasión, hubo brotes verdes en su equipo, y sí, como el técnico auguraba en la previa, estos llegaron de los nuevos y de los reaparecidos, como en el caso de Shemar Wilson, que con 23 puntos, pero con presencia en ambas zonas, se convirtió en el mejor auspicio de un equipo que brillaba por su ausencia en el juego interior.

Sin embargo, no fue suficiente. Ni tampoco con la llegada de Josh Mballa, otro soplo de aire fresco, ni con la mejor versión defensiva de Jaan Puidet, que llegó a convertirse en la sombra de Aanen Moody, cuando este ya parecía Stephen Curry en la pista. Ni siquiera valió que Agustí Sans –muy discutido en la grada– completara su mejor partido desde que viste la camiseta blanquivioleta.

El Aircargobooking Ourense fue mejor en dos de los cuatro cuartos, y le bastó con gestionar mejor un final apretado para llevarse la victoria del polideportivo vallisoletano y confirmarse como el equipo revelación de la Liga. El conjunto gallego sí es una de esas plantillas de la Liga del UEMC, de ahí del dolor de la derrota, máxime cuando los visitantes gestionaron el final del choque sin entrenador, por la doble técnica que vio Moncho López en la recta final del tercer cuarto. Más doloroso todavía, sin saber aún qué quiso hacer el equipo local en una última jugada en la que con 87-89 en el electrónico y con 27 segundos para el final, la pelota se hizo eterna en las manos de Demers. Ni triple, ni aclarado, ni intención de forzar una falta... Un tiro por debajo del aro a lo globo que terminó con la pelota para Ourense, que ni siquiera recibió la falta inmediata para llevarle a la línea de tiros libres... Todo mal, y ahí no es una cuestión de nombres. Hubo tiempo muerto previo, pero no sirvió de nada con el consiguiente cabreo en la grada, que está harta de ver perder a su equipo.

Los brotes verdes no se vieron en el inicio, pero sí fueron apareciendo y sería injusto decir que el encuentro fue un calco de los anteriores. Y eso que el arranque fue parecido, solo que en esta ocasión, el francotirador que amenazaba con dejar a Pisuerga sin partido a las primeras de cambio era el mismo al que había señalado Encinas en la previa, el estadounidense Aanen Moody.

El exterior norteamericano cerró el primer cuarto con la friolera de... ¡19 puntos! y quién más y quién menos veía los mismos fantasmas con los que se finalizó el año 2024, sin que el cambio de dígito hubiese significado nada. 24-30 en los primeros diez minutos con las defensas más de roscón que de Reyes –una vez más–. Parecía que de nuevo el partido se convertiría en ese duelo al amanecer en el que el pistolero más rápido desde más allá de la línea de 6,75 metros se llevaría el gato al agua, y en esa primera parte Moody era el que más desenfundaba, eso sí, con buenos minutos de Eric Demers, que mantuvo al UEMC en el marcador al convertir sus tres primeros triples y terminar con un tres de cuatro. Peor fueron sus números en la recta final donde el estadounidense estuvo mal, y quizá las bolas calientes deberían haber ido más a un Kovacevic de nuevo imperial de tres.

La aportación de los nuevos se dejó notar en la reanudación de la Liga en Pisuerga. Demers fue el primero en demostrarlo y en hacer olvidar el paso efímero de Nathan Hoover, ya de vuelta en Estados Unidos.

No fue el único, porque Josh Mballa también cayó de pie en Pisuerga. Que tuvo fallos, como los demás, casi todos propiciados por el exceso de ganas, de contundencia, de excitación... Que hasta hacía falta en un equipo que necesitaba un desfribilador o dos... El ex del Palencia aportó músculo debajo del aro. Intimidó en la pintura y terminó el choque como el máximo reboteador ofensivo junto a Wilson. Esa fue la mejor lectura del partido. Por primera vez esta temporada, el equipo finalizó el choque con más presencia ofensiva en la pintura que el rival, pero no dio para ganar. Tampoco sirvió que el equipo logrará un 50% de efectividad en tiros de tres, mejorando a los gallegos... En un partido de difícil lectura, quizá los blanquivioleta echaron en falta a Mike Torres, lastrado por las faltas y sin su presencia en la última jugada que pudo ser clave para, por lo menos forzar la prórroga. Cambios en el guión, pero insuficientes en Pisuerga.