Manchón trata de entrar a canasta mientras se queja de una falta de Javier Nicolau. Óscar Araujo / Gipuzkoa Basket
Primera FEB

Adiós a los brotes verdes del UEMC Real Valladolid en San Sebastián

Encaja casi sesenta puntos en la primera parte ante un rival directo que fue muy superior a los blanquivioleta

Unai Eguiguren. ADG.

San Sebastián (Guipúzcoa)

Miércoles, 12 de marzo 2025, 23:00

En un partido de urgencias, con los dos contendientes en la zona baja de la clasificación, el UEMC Real Valladolid Baloncesto claudicó en el Amenábar Arena ante un Inveready Gipuzkoa más contundente.

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El partido comenzó mal para el equipo dirigido por Iñaki Martín, no en lo que respecta al marcador, que dominó durante los primeros compases gracias al acierto de Torres y Cele (5-9), sino porque este último cometió dos faltas personales en apenas 50 segundos y tuvo que irse al banquillo en el minuto inicial.

Gipuzkoa Basket

Johnson (18), Zubizarreta (5), Ansorregui (7), Vrankic (11) y N´Guessan (14) -quinteto inicial-, Smith (17), Ander Martínez (6), Mokran (7), Nicolau (2) y Díaz (3).

90

-

69

Mike Torres (5), Cele (12), Kovacevic (12), Wilson (5) y Mballa (13) -quinteto inicial-, Vucetic (8), Demers, Puidet, Sans (5), De la Fuente (2), Manchón (7) y García-Abril.

  • Árbitros: Morales Ruiz (Colegio andaluz), Caamaño Muñoz y Gómez Hernández (Colegio vasco). Sin eliminados.

  • Parciales: 30-20, 29-15 (59-35), 20-23 (79-58), 11-11 (90-69)

  • Incidencias: Amenábar Arena. 500 espectadores.

La ausencia del escolta sudafricano mermó considerablemente el poder defensivo del equipo pucelano en su línea exterior, lo que aprovechó al máximo Johnson para comenzar su particular exhibición ofensiva. Once puntos casi consecutivos del base local voltearon el marcador (16-11).

Los tiradores del cuadro guipuzcoano camparon a sus anchas en un primer cuarto en el que consiguieron cinco triples de siete intentos. Cuando Johnson se sentó en el banquillo fue Smith el que asumió la responsabilidad ofensiva, acompañado por Ander Martínez y Kravic. Solamente Mballa, con algunos destellos, y Vucetic pusieron algo de luz al juego del cuadro vallisoletano.

Con un 30-20, que demostró a las claras la facilidad para anotar del equipo donostiarra, concluyó el primer cuarto.

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El comienzo del segundo fue la tumba del UEMC. Un parcial de 13-0 dejó noqueado al equipo vallisoletano. El Gipuzkoa llevaba un escandaloso 7 de 9 en lanzamientos de tres puntos y sus jugadores parecían enfrentarse a un equipo de una categoría inferior.

Iñaki Martín ordenó defender en zona 2:3 y los lanzadores de la escuadra anfitriona comenzaron a perder efectividad. Sin embargo, aparecieron los hombres altos para seguir martilleando el aro mal protegido por Mballa y Vucetic.

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La presencia de Cele dio algo de aire en ataque a su equipo, pero el problema defensivo era más que preocupante. Mokran y Vrankic anotaban con suma facilidad y el marcador se disparó (53-29). A Vucetic se le atragantaron los tiros libres -dos de seis en el segundo cuarto- y únicamente Kovacevic mantuvo el tipo para evitar un roto mayor a su equipo.

Al descanso se llegó con el duelo prácticamente sentenciado, con el 59-35 que campeaba en el marcador. Había recibido 30 puntos en el primer cuarto y 29 en el segundo el UEMC Real Valladolid, que tenía que buscar soluciones en el vestuario.

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El comienzo del tercer acto estuvo marcado por las imprecisiones en ambos conjuntos. Pérdidas de balón, pasos e infracción de pie. Ambas escuadras rivalizaron en errores en unos primeros tres minutos en los que solamente se vieron dos canastas (62-37).

Era evidente que todo favorecía al equipo dirigido por Mikel Odriozola, que veía pasar los minutos sin que se redujese su ventaja. Es más, la diferencia incluso fue creciendo en unos buenos minutos de N´Guessan (69-39).

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Manchón, Sans y Vucetic intentaron tirar del equipo pucelano con acciones de mérito, aunque únicamente un cataclismo podía evitar un triunfo del conjunto donostiarra, que llegó al final del cuarto con 21 puntos de renta (79-58), después de unos últimos minutos de relajación en los que perdió hasta nueve puntos de su ventaja.

El último acto comenzó con una sequía anotadora monumental de ambos equipos en ataque. En cuatro minutos y medio tan solo fueron capaces de anotar una canasta cada uno (81-60).

Las defensas se impusieron a unos ataques deslavazados y demasiado individualistas. Los errores en el tiro se sucedieron en ambas canastas y los minutos fueron pasando sin ninguna emoción y con poco espectáculo sobre la cancha (88-62).

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En siete minutos y medio el UEMC Real Valladolid apenas anotó dos canastas y en todo el cuarto unos pírricos once puntos, insuficientes para maquillar un concluyente 90-69.

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