El presidente del San Pablo ordenó a los jugadores arrodillarse ante la afición tras el descenso

Todo ocurrió tras el sonido de la bocina que sellaba el fin de cinco años de ensueño del cuadro burgalés en la élite del baloncesto español. Ese sonido, que resonó como nunca en el Coliseum por su significado, fue el inicio de un carrusel de llantos y abatimiento de algunos jugadores que hace no mucho fueron campeones de Europa.

Con la afición visiblemente emocionada y cabreada y con la derrota asumida debido a la diferencia en el electrónico, la reacción de la afición burgalesa, una de las más admiradas por el resto de hinchadas de la liga, se expresó con una mezcla de pitos de rabia y aplausos de agradecimiento.

En esas, el mandatario del club bajó a la pista con un visible cabreo e indicó a los jugadores que debían hincar la rodilla en señal de perdón al más puro estilo medieval.

El gesto, que fue secundado por la plantilla para disculparse ante sus seguidores instantes después de la derrota ante el Fuenlabrada, no terminó de gustar entre los internautas que han tildado de humillación y de falta de educación la acción del presidente del conjunto castellano.

Algunos usuarios, sin justificar la actuación de Sancho, recordaron que esta práctica ya se ha llevado a cabo en otras ocasiones como al certificar la permanencia en ACB durante la primera temporada de regreso de la escuadra castellana.

Tal ha sido la repercusión que incluso profesionales dentro del propio baloncesto han expresado su opinión al respecto. Es el caso del técnico del Manresa, Pedro Martínez, que recriminó el gesto en las redes al máximo responsable del San Pablo.

«No se debe pedir perdón cuándo se pierde si has sido un buen profesional. Menos aun obligar a hacerlo por parte del que toma decisiones. Bien es verdad que tampoco se deben tomar decisiones si no se tiene ni idea», sentenció el técnico.