Cuando en 1964 Pepe Moratinos conoció el Minibásket siendo maestro de escuela de San Miguel del Arroyo, una cosa le pasaba por la cabeza: introducir el deporte formativo entre sus alumnos. «Por entonces se le llamaba predeporte y pude observar el extraordinario valor educativo que ... tenía. Entre sus normas estaba que nadie podía jugar el partido entero y el niño o niña que menos jugaba, el gordito o el de gafitas, lo haría al menos en un periodo». Así que de aquella exhibición (ya por entonces inclusiva) en forma de primer torneo que se disputó en los campos de tierra de la División Azul con doce equipos, Moratinos se documentó a la perfección de lo que sucedía por entonces en la capital. Porque capital era también esta promoción que, a través de la Federación Española de Baloncesto, del Club Hesperia y la Operación Cien Mil, llegó a niños y niñas de entre 9 y 12 años y les mostró las bases de esta especialidad. Por si fuera poco, la empresa Coca Cola se encargó de suministrar material como canastas, camisetas, pantalones y balones, así que todo eso se lo llevó también Moratinos para San Miguel del Arroyo. Así lo cuenta él: «Rellené la documentación necesaria y pusimos en el patio de las escuelas de 'la Unitaria' ese material adquirido con el 75% de descuento. El resto pagó el ayuntamiento».
De «muy importante y significativa», señala, se puede considerar la labor de difusión de los tres periódicos que existían entonces: El Norte de Castilla, Diario Regional y Libertad, que daban la información del deporte base con respecto a esta nueva especialidad surgida. El siguiente paso fue formar equipos y organizar las competiciones. En aquella época, era Francisco del Palacio el que figuraba al frente de la federación vallisoletana y fue el que puso en marcha «con un frío infernal el primer torneo con dos equipos masculinos y dos femeninos».
El 1 de abril se presentaba precisamente en el paseo central del Campo Grande de forma oficiosa el primer torneo de Minibásket con motivo de la celebración de los XXV años de Paz. Luego de manera oficial se jugaría finalmente el I Día del Minibásket el 8 de diciembre de 1964 en la ya desaparecida Piscina Deportiva. Los equipos que conformaron este encuentro fueron San Fernando, Hogar Cuatro de Marzo, La Salle y filial nº3 del Instituto Zorrilla. En realidad no habían pasado tantos años desde que en 1950, Jay Archer concebía en Soranton (Pensilvania) este juego llamado al principio Biddy Basket, pero que llegaba a España en 1963 y a Valladolid un año después ya con el apelativo actual. Como señala Moratinos, «hasta 1964 las únicas canastas que existían eran las grandes, con lo cual, bajando su altura y reduciendo las dimensiones, cambiaron las bases de este deporte en categorías menores». Arrancaba.
Mientras el Día del Mini seguía su curso en las siguientes ediciones en el Campo Grande, colegio la Salle, o la cuarta en el poblado de Endesa con presencia del arzobispo, según la propia labor investigadora del propio Moratinos, la tarea educativa de este maestro de escuela nacional se extendía por Palencia (con un grupo de enseñanza especial cuyos componentes también jugaron al Mini), Burgos o Sevilla siempre unido ya de alguna forma al baloncesto. «En 1968 organicé mi primer día del Minibásket en Burgos cuando era presidente del club Hesperia de Burgos y también dirigía a un equipo no federado», indica.
Aunque el Día del Mini continuó en muchas provincias, con el paso del tiempo las cosas se fueron diluyendo y en alguna fue decayendo. Solo Valladolid continuó, además de hace seis años ahora Salamanca que lo ha retomado.
En 1972 Pepe Moratinos regresa a Valladolid donde entrena al colegio Leopoldo Cano, que también le daría muchas alegrías. En esa fecha ya aparece como miembro del comité de competición y disciplina deportiva. Sin embargo, es a partir de 1975 cuando comienza a estar vinculado de alguna forma al Día del Mini en Valladolid hasta cumplir las 46 ediciones en 2021, más otras dos en Burgos, pese a que no es hasta 1988 cuando se convierte en Delegado provincial de la federación vallisoletana de baloncesto. Luego sería también vicepresidente de la regional (1992-2016). Precisamente es en 1975 cuando ejerce de presidente del comité provincial de baloncesto infantil y Minibásket de Valladolid y director de las escuelas Carmelo Cabrera. El Minibásket se convertía en su principal dedicación.
¿Qué aportó Moratinos al Minibásket en Valladolid y en la región? En este juego en el que en su inicial concepción no había vencedores ni vencidos, ni siquiera marcador, para él supuso «un complemento y una reafirmación que yo podía dar a los niños en relación con su formación. Hoy en día hay más afán competitivo, pero detrás siempre está el que todos podían jugar», incide.
En estos 48º 'Día del Minibásket', Pepe no ha hecho recuento de la cantidad de niños y niñas que han podido participar. Si bien comenzó con cuatro equipos, dos masculinos y dos femeninos, en 1983 la cita se celebró en la Plaza Mayor, donde se habilitaron cuatro campos y eso que el tráfico y los autobuses todavía transitaban por allí. Pronto fueron más campos, nueve horas de baloncesto hasta llegar a montar once terrenos de juego y más de 1.400 participantes en el actual emplazamiento del Campo Grande y en la fiesta del baloncesto de los más pequeños.
Una festividad que ni los cuatro hijos de Pepe Moratinos se han perdido, ni ahora sus nietas, que también siguen la estela de lo que en su momento posicionó y cohesionó su abuelo, con la diferencia de que si antes los regalos y medallas las aportaban muchos de los jugadores del antiguo Fórum Filatélico como Silvano Bustos, Quino Salvo, Sabonis o el míster Paco García, ahora lo hace la FMD y El Corte Inglés.
'Yo jugué el Mini y dentro de poco espero venir con mi nieto'. 'Hoy se ha levantado a las cuatro de la mañana pendiente de jugar el Día del Mini'. Estas son solo algunas de las frases que durante toda esta andadura han recogido los oídos de un Pepe Moratinos que aun no se retira del todo. Claro que no. Actualmente y por indicación del nuevo presidente de la federación de baloncesto regional, Óscar Castañeda, Pepe sigue siendo miembro de la junta directiva y se encarga de que la historia de la propia federación no se olvide. No es poco.