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El Hereda San Pablo Burgos puso hoy fin a la mejor temporada de su historia con una despedida agridulce, cayendo derrotado frente al Lenovo Tenerife tras firmar la peor segunda parte de toda la temporada. A pesar del buen arranque del partido de los hombres de Peñarroya, la superioridad tinerfeña tras el descanso fue incontestable, y el cuadro burgalés acabó vendiendo la derrota a precio de saldo, despidiéndose así de los Playoffs de la Liga Endesa. Eso sí, todo lo conseguido hasta el día de hoy queda como recuerdo del temporadón de los azulones. Y eso no se lo puede quitar nadie.
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Hereda San Pablo
Kravic (20), Benite (7), Rivero (5), Rabaseda (3), Renfroe (9) -quinteto inicial-; Cook (12), McFadden (10), Salash (3), Salvó (9), Barrera (-), Sakho (2) y Kareem Queeley (-) .
68
-
92
Lenovo Tenerife
Huertas (20), Salin (3) Doornekamp (18), Cavanaugh (6) y Shermadini (11) –quinteto inicial–; Fitipaldo (13), Sergio Rodríguez (-), Yusta (-), Jenkins (8), Guerra (5), Sulejmanovic (6) y Álex López (2).
Cuartos: 26-23, 15-12 (descanso); 11-31, 16-26 (fin del partido).
Árbitros: Miguel Ángel Pérez, Jordi Aliaga y Vicente Martínez.
Incidencias: Segundo partido de los cuartos de final de los Playoffs de la Liga Endesa disputado en el Coliseum ante 879 de espectadores. El público regresó al feudo burgalés después de 15 meses sin poder entrar por culpa de la pandemia. Antes del encuentro, el club ofreció a la afición los tres torneos internacionales conseguidos en los últimos meses.
El choque se planteaba como una auténtica final para el San Pablo, que tras caer derrotado en el primer partido de la serie estaba obligado a ganar para, al menos, forzar el tercer encuentro y pelear por una plaza en la semifinal de los Playoffs de la Liga Endesa.
Y además, estaba obligado a hacerlo sin Ken Horton, que el pasado martes tuvo que retirarse lesionado de la pista del Santiago Martín. Finalmente, las pruebas médicas confirmaron los peores pronósticos, determinando que el ala-pivot norteamericano sufre una rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha.
La buena noticia para el cuadro burgalés, sin embargo, fue el regreso de Jasiel Rivero después de su recién estrenada paternidad. Bueno, eso y que por fin, después de 15 meses sin público en las gradas, los hombres de Peñarroya contaron con el apoyo de casi un millar de aficionados en el Coliseum.
Ya sea por el calor del público o porque el San Pablo venía de Tenerife con la lección aprendida, lo cierto es que el equipo saltó al parqué con una imagen muy diferente a la mostrada el pasado martes, con un juego mucho más fluido, tanto en la pintura como en el perímetro, y un mayor acierto en el lanzamiento. Prueba de ello fue el 4-0 con el que arrancó el encuentro el San Pablo, que, esta vez sí, contó con la mejor versión de Benite y McFadden, al menos durante la primera parte.
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El propio escolta norteamericano volvió a sonreír en la pista, y eso siempre es una buena noticia para el San Pablo. Tres triples consecutivos del propio McFadden lanzaron al cuadro burgalés siete arriba (25-18) en los últimos compases del primer cuarto, y sólo el buen hacer de Fitipaldo y Huertas, que se echaron a su equipo a la espalda, permitió al Tenerife mantenerse en partido (26-23).
Tras el tiempo de asueto, el San Pablo continuó percutiendo, encontrando, no sólo a McFadden y Benite, sino también a Salvó y Kravic, espléndido en la pelea en el rebote y en el juego en la pintura.
El Lenovo Tenerife, sin embargo, mejoró sensiblemente su rendimiento defensivo y durante varios minutos anuló la capacidad anotadora del cuadro burgalés, que no encontraba lanzamientos liberados desde el perímetro. Sendos triples de Fitipaldo y Jenkins permitían a los hombres de Vidorreta recortar diferencias (37-32) mediado el segundo cuarto. Peñarroya llamaba a capítulo a los suyos, movía el banquillo y Kravic volvía a tirar del carro para que el San Pablo enfilara el túnel de vestuarios seis arriba (41-35).
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El cuadro burgalés estaba consiguiendo anular parte del potencial del Lenovo Tenerife, cortando todas las líneas de pase a Shermadini y vigilando en corto a Huertas. No obstante, Vidorreta cuenta con recursos suficientes en su plantilla como para buscar alternativas. Y no tardó en demostrarlo. Vaya si lo demostró.
Y es que, tras el descanso, el Lenovo Tenerife se comió al San Pablo. Nada más regresar a pista, cinco triples consecutivos del conjunto canario cambiaron radicalmente el guión del choque (52-56), que a partir de ese momento tuvo un único dueño.
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El San Pablo ofrecía demasiadas facilidades defensivas, no terminada de dar fluidez a las transiciones y comenzaba a dar muestras de nerviosismo. El enfado de Peñarroya era monumental, y así se lo hizo saber a sus jugadores. Pero ni con esas. De hecho, el cuadro burgalés acumuló casi cinco minutos sin anotar, precipitándose en las decisiones y desperdiciando todos y cada uno de los ataques de los que dispuso, mientras el Lenovo Tenerife rozaba una efectividad del cien por cien en el lanzamiento.
Las estadísticas al final de cuarto eran demoledoras. 31 puntos para el cuadro tinerfeño y apenas 11 para el burgalés, que permitieron que el Lenovo Tenerife encarara el último cuarto con una ventaja más que cómoda (52-66).
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El San Pablo debía reaccionar de manera inmediata -y fulgurante- si quería tener opciones de forzar el tercer partido. Pero, lejos de ello, los hombres de Peñarroya profundizaron en sus errores mientras el Lenovo Tenerife seguía a lo suyo, con un Doornekamp en modo all star desde el perímetro (52-77). Aquello fue la puntilla.
Esos minutos, junto con los últimos del tercer cuarto, fueron sin duda los peores del San Pablo en toda la temporada. De nuevo, las estadísticas fueron demoledoras. Un parcial de 27-0 y casi ocho minutos sin anotar son más que suficientes como para que un equipo hinque la rodilla, por mucho que cuente con el calor de su gente.
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El desenlace, a falta de seis minutos, estaba perfectamente definido. El San Pablo ya se había despedido de los Playoffs de la Liga y los minutos finales se convirtieron en una losa. El cuadro burgalés terminó por entregar el partido en un poco intercambio de puntos que no hizo sino maquillar su cuenta anotadora.
Al final, un contundente 68-92 que impide al San Pablo seguir soñando con otro hito esta temporada. Será el Lenovo Tenerife quien pase a la semifinal. Lo mejor de la tarde, sin duda, fue volver a ver el color azul en las gradas del Coliseum.
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