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Óscar Schmidt supera un tumor cerebral

El exjugador del Fórum Valladolid había sido operado en 2013

Martes, 18 de octubre 2022, 18:40

La leyenda del baloncesto brasileño Óscar Schmidt acaba de hacer pública su total recuperación de un tumor cerebral. El que fuera jugador estrella del Fórum Filatélico de Valladolid -hoy con 64 años de edad- comunicaba la buena noticia a través de redes sociales, momento ... que aprovechaba también para enmendar algunas informaciones o rumores sobre el abandono del tratamiento. Explicaba que en ningún momento él ha hecho algo ni parecido a eso. Explicaba que la medicación le fue retirada por su médico tras superar la enfermedad y ser dado de alta por el facultativo.

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Feliz, sonriente en el vídeo, transmitía su recuperación y también agradecía el apoyo y los ánimos recibidos por parte de los muchos seguidores y fans que tiene, a los que animaba a seguir ahí, apoyándole.

Admirado en las canchas y fuera de ellas, Oscar Schmidt (Oscar Daniel Bezerra Schmidt), entraba en el quirófano en el año 2013 para ser operado de un tumor en el cerebro. La crónica de El Norte de Castilla -del 28 de de mayo de 2013- sobre este hecho decía lo siguiente: «El exjugador Oscar Schmidt se enfrenta a un tumor por el que fue operado el pasado 30 de abril en en el Hospital Albert Einstein, en Sao Paulo, según ha anunciado su familia. 'o Mao Santa' (La mano santa) sigue un tratamiento de quimioterapia, «está bien y puede conversar», según sus portavoces. El brasileño ya fue operado en 2011, cuando se le retiró un tumor benigno del cerebro después de que sintiera mal durante un viaje a Estados Unidos. El alero destacó en varios equipos italianos y en el Fórum de Valladolid a finales de los ochenta y durante los noventa con una extensa carrera en la que sumó más de 40.000 puntos. Participó en cinco Juegos Olímpicos y participó en el primer partido en que una selección anotó más de 100 puntos contra Estados Unidos en un Mundial». Además, Brasil marcó un hito pues fue la primera selección nacional que consiguió ganar, en la historia, al combinado nacional estadounidense.

Las estadísticas del brasileño en la ACB

El 27 de junio de 2013 este periódico recogía otra información sobre el mítico alero que titulaba de la siguiente forma: «Oscar Schmidt, el alero de referencia». El subtítulo, entrando en materia, especificaba que «El primer protagonista de la campaña de apoyo al CB Valladolid llegó a Valladolid en 1992, cuando ya era una estrella mundial». La información se abría exponiendo que «Óscar Schimdt Becerra llegó en 1992 a Valladolid. El Fórum se había hecho con sus servicios de una manera sorprendente. Desde la llegada de Sabonis, el equipo pucelano no había contado con un jugador de su talla», rematándose el texto de la siguiente manera: «Las palabras difícilmente describen lo que era el brasileño. Un fanático de la pesca que disfrutó de Valladolid en todos los aspectos. Pucela fue el final de su carrera europea, pero en el polideportivo Pisuerga dejó muestras de su clase y de su prodigiosa muñeca».

Nueve años después, ya en la actualidad, muy atrás aquella segunda intervención quirúrgica y de tratamiento, el brasileño ha confirmado su recuperación.

Podríamos tirar de tópicos y hacer un relato heroico de cómo un mito del baloncesto saltó a la cancha para jugar el partido de su vida, el partido por su vida; un partido que no habría querido jugar nunca. Un choque a cara de perro del que ha salido vencedor. Pero esto no va por ahí, ni debe. Como se reitera, cada vez más -por los propios pacientes, médicos y asociaciones-, esto no va de luchas o combates, de pruebas de vida o de fe, de vencedores y vencidos cuando alguien es diagnosticado de cáncer y se somete a tratamiento. Esa retórica épica de la que hasta ahora se ha revestido la narrativa con la que motivar a las personas que viven esta circunstancia no las ayuda precisamente, más bien al contrario, las somete a una presión extra. Apoyo, todo el del mundo; confianza en la medicina, tanto de lo mismo.

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El equipo en el que depositar toda la confianza ha de ser el médico y el apoyo y aliento que procede de la grada lo insufla la familia y personas cercanas. En el caso del alero brasileño, como él mismo ha expuesto, y al tratase de un personalidad del deporte, ese aliento también le ha llegado de miles de voces de todo el mundo que le admiran.

La épica, el relato heroico del alero brasileño, sí se adapta y se puede adoptar para hablar y reflejar sus gestas deportivas. Algo que curiosamente no se escribe con letras, sino con números, los que recogen las estadísticas que rubricó partido tras partido. Un expediente deportivo estratosférico del que los vallisoletanos tuvimos la gran suerte de disfrutar durante dos temporadas, la de 1993/1994 y la de 1994/1995.

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En el equipo de Pucela llegó a jugar 71 partidos, con una media de 28,3 puntos, alcanzando una cifra total de 2.009 puntos. Esto le convirtió en el máximo anotador de la ACB durante esas dos temporadas. Fue el mayor realizador de triples de la liga en su estancia vallisoletana, 292 tiros de tres convertidos. En esta especialidad marcó un récord que no se batió hasta el año 2014. Lo consiguió en un partido contra el CB Murcia consiguiendo 11 triples de 19 intentos. Por algo lo apodan `Mao Santa´, Mano Santa. Su prodigiosa muñeca diestra parecía venir de serie con una varita mágica que convertía en puntos cada balón que lanzaba a canasta.

Colgó zapatillas y camiseta en 2003 -con 45 años de edad- con otro récord, al que también contribuyó su paso por Valladolid y los 2.000 puntos que subió al marcador del Fórum. Superó al mítico Kareem-Abdul-Jabbar en anotación a lo largo de su carrera, la cual discurrió entre Brasil, Italia y España, en el equipo vallisoletano, en la cancha central del pabellón Pisuerga donde su `santa mano´ fue lo más parecido a las del Rey Midas, pues balón que tocaba lo convertía en oro en el electrónico.

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