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No hay secretos nuevos por contar cuando se habla de los éxitos de la selección española de baloncesto, básicamente porque todos confluyen en un mismo embudo del que caen términos comunes como responsabilidad, compromiso, solidaridad... la familia y los valores que ello conlleva.
No hay ... más dobleces. Se puede hablar del talento de la generación del 80, de aquellos que saltaron al otro lado del charco, de la magia de Scariolo, del brillo que torneo tras torneo le dan a la lámpara los preparadores físicos,... Se puede hablar de muchos y variados aspectos pero todos acaban en el mismo andén. El de los valores. Y eso que no se vende en los supermercados se ha ido transmitiendo de generación en generación en los últimos 25 años.
De ese cuarto de siglo en las entrañas de la selección de basket disertaron ayer Nacho Coque y Javi Bello, en un acto solidario en favor del banco de Alimentos que recaudó 2.100 litros de leche (2.000 donados por Gaza) y 2.000 euros (1.000 del bolsillo de Juancho Hernangómez, que se unió al evento desde Toronto por videoconferencia).
Con una medalla de oro en Mundiales por barba y otras cuatro en Europeos, los que son pasado y presente de la preparación física en el combinado nacional repasaron sus trayectorias, salpicando su exposición de anécdotas y de lo que consideran claves en esos 'Valores del camino al oro' –lema de la conferencia–. «Lo que nos han transmitido es esa capacidad de creer que nadie es inferior y que puedes competir con cualquiera. Cuando yo llego es un ave de alta velocidad que va perdiendo vagones y en el que lo normal es que no vaya tan rápido, cuando la realidad es que, aunque cambien los vagones, esa capacidad de esfuerzo permanece. Esa capacidad competitiva es lo que se va transmitiendo como hemos visto en este último Europeo en el que ya solo quedaba un vagón», señaló Bello.
«La alta competición devora a las personas porque demanda resultados, se genera mucha tensión aunque las fotos luego sean muy bonitas», apuntó Coque, que destacó a aquellos que nacen con un gen ganador, «porque son los que mejor gestionan situaciones límite», antes de retornar a modo de ejemplo al primer título mundial obtenido en Saitama, año 2006. «En Japón se lesiona Pau (Gasol) y después de ganar a Argentina en semifinales aquello era un drama con gente llorando porque nuestro líder se había roto el pie. Al día siguiente Pau aparece en silla de ruedas y es él el que empieza a animar al grupo. Total, que los demás se empiezan a venir arriba y se van a negociar las primas con el presidente. Cuando bajaron eufóricos porque habían sacado tanto, alguien les preguntó '¿Y la plata?'. No, no, por la plata nada», relató Coque. «Pues aquel es uno de los partidos más alucinantes que he vivido. ¡En el primer tiempo parecía que jugábamos con diez jugadores!».
Ambos coincidieron en destacar a Scariolo como «el número uno como gestor de grupos», y en la dificultad de encauzar egos. «Los egos nunca son fáciles de gestionar pero eso pasa en tu trabajo, en el colegio y en cualquier empresa», señalaron, apuntando también que «nada estimula más que el éxito».
Y de éxito algo sabe la selección española de baloncesto.
Tanto Javi Bello como Nacho Coque hablaron de sus comienzos con la rojigualda. «Me encuentro un equipo con mucho poso. Me llama el director deportivo de la federación y yo iba camino del instituto cuando me pregunta si quiere dejar la junior para ir a la absoluta. A día de hoy todavía me emociona. Bueno pues en 2004 empieza la Olimpiada de Atenas y nos cruzamos con Estados Unidos, que era cuarto, y nos vamos. El entrenador tiene un enfrentamiento con el preparador físico y propone un cambio de preparador físico, así que entro en 2005», recordó Coque.
«En la foto de 2005-20006 los técnicos eran muy pocos pero a medida que pasaron los años entró mas gente y ahora es una banda municipal completa. ¿Qué ha cambiado desde entonces? El cuidado del jugador. Yo antes no vivía. Ahora hay tres preparadores físicos y trabajan lo mismo o más que yo. Ahora saben que tienen que alargar su carrera profesional y nos necesitan», señaló, apuntado por Bello, a su lado.
«Lo más complicado es igualar los estados físicos de todos Cada uno tiene su preparador físico personal y tras hablar con ellos empiezas a configurar cargas después de hablar con Scariolo, que controla, escucha mucho,... pero cada vez llegan mejor. Básicamente lo que tenemos que hacer es no estropearlo», matizó Javi Hernández Bello.
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