Esther Bengoechea
Sábado, 25 de febrero 2017, 00:11
Volvía Porfi Fisac al Marta Domínguez y llegaba con su equipo, el Gipuzkoa Basket, en primera posición de la tabla y con una victoria por encima del Palencia Baloncesto. Pero estos no estaban dispuestos a dejarlos dormir una noche más en primera posición, ya que los palentinos querían soñar con los angelitos como líderes, sin pesadillas de derrotas ni ventajas dilapidadas. Por este motivo trabajaron y trabajaron, dando un golpe sobre la mesa o sobre la cancha en el tercer cuarto, donde doblegaron al rival, lograron una gran ventaja que les dio la victoria y el liderato, pero que no les evitó sufrir en los minutos finales.
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Ya lo había advertido Sergio García días antes del choque y lo habían estado ensayando durante la semana hasta la saciedad. La defensa cerrada del Gipuzkoa iba a dar y dio problemas al equipo palentino a la hora de atacar, por lo que era necesario encestar desde fuera y eso buscaron los morados durante todo el encuentro.
Los primeros minutos del partido fueron de tanteo entre ambos equipos. Inauguró el marcador Pino, para acto seguido empatarlo Blanch con dos tiros libres. El técnico del Palencia Baloncesto paraba el partido con un tiempo muerto al ver que los vascos tomaban ventaja, ventaja que reducía el club colegial con dos triples consecutivos de Romà y Samb. Pasados los primeros diez minutos, el marcador señalaba un igualado 22-19.
Una pancarta blanca animaba al técnico morado con el lema Sergio eres el mejor, puede que porque cumplió años hace un par de días o puede que fuera para apoyarle ante la vuelta de Fisac, ahora en el equipo contrario, con quien estuvo en el banquillo del Palencia Baloncesto los primeros meses de la temporada pasada.
La igualdad seguía reinando en el marcador en el segundo periodo, donde ninguno de los dos equipos lograba distanciarse. Eso sí, el Palencia Baloncesto siempre estaba por delante. En los últimos minutos, los locales apretaron los dientes para lograr el 38-31, con el que se llegó al descanso.
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Pero llegó el tercer cuarto y el Palencia Baloncesto despegó. Al poco de comenzar, lograba hacer un parcial de 11-0 que volvía loco al pabellón, que a la vez cantaba, aplaudía y agitaba las bufandas. La fiesta la dirigió Urko Otegui, pero contó con la colaboración de Dani Rodríguez, que tampoco quería perdérsela. El tiempo muerto de Fisac no logró parar la vorágine anotadora de los morados, que estaban disfrutando y haciendo disfrutar con un gran baloncesto. A falta de dos minutos y medio para llegar al último cuarto, la ventaja era de 21 puntos (61-40). Así llegaban los últimos diez minutos del partido con el Palencia con una ventaja de 19 puntos. Era el momento de alejar los fantasmas y no dilapidar esta ventaja.
El Gipuzkoa Basket no estaba dispuesto a bajarse de la primera plaza y puso contra las cuerdas a los locales, que vieron cómo se reducía su cómoda ventaja hasta los ocho puntos. Pero los palentinos no pensaban perder este partido y afrontaron los minutos malos, donde los balones no entran, las canastas parecen imposibles y los contrarios se crecen, con la cabeza fría e intentando sumar en cada jugada. Así, con los dos tiros libres anotados por Urko y con un gran Barnes, que apareció cuando más se le necesitaba, cuando todo podía desmoronarse o venirse arriba. Así, el Palencia Baloncesto volvió a estar cómodo en la pista y en la grada, donde se oía Este es el líder, Porfirio, este es el líder.... Y sí, ese era, el que lograba vencer al Gipuzkoa Basket por 92-83, y se ponía en lo más alto de la tabla. Sin duda, el Palencia Baloncesto, sí que sí, era el líder.
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