Un duelo de ACB en la zona

De Lamont Barnes, el pívot norteamericano del Quesos Cerrato, dice el técnico del Força Lleida, Joaquín Prado, que es «un crimen que esté en la LEB». De Edu Hernández-Sonseca podrá decirse entonces que es asesinato en primer grado, visto el currículum del pívot madrileño, formado en la cantera del Real Madrid, internacional con la selección junior y absoluta y que participó en la preparación para el Mundial de Baloncesto de 2006 en Saitama (Japón). Barnes y Sonseca, Sonseca y Barnes, tanto montan los dos pívots más dominantes de la LEB Oro, jugadores de quilates cuyo duelo se presume apasionante en la final de la Copa Princesa.

«Es un premio para el equipo por la primera vuelta de campeonato que ha hecho, vamos a disfrutar y a intentar ganar para seguir con la gran temporada que estamos haciendo. El partido será difícil, el Melilla es un equipo sólido, con mucho talento en todas las posiciones. Perdimos con ellos en Liga regular y, si ganamos ahora, va a ser un poco más dulce, porque nos llevamos el trofeo», hace hincapié el center de Kentucky, exjugador de Murcia, Estudiantes, Fuenlabrada, Blancos de Rueda, León o Alicante, amén de trotamundos por Sudamérica y Europa.

«De la nariz estoy bien ya, voy a jugar sin máscara», señala Lamont al preguntársele por la protección con la que ha disputado los últimos encuentros. Sobre el Melilla, hace hincapié en su agresividad, su ataque, su rebote, sus tiradores... «Todos los jugadores son importantes, todos anotan, se trata de un equipo completo», incide el pívot ante de centrarse en su rival en la pintura en la final de Copa.

«Con Hernández-Sonseca me he enfrentado en muchas ocasiones, es un gran jugador, es diferente a mí, él tira más de tres y a mí me gusta jugar más dentro, debajo del aro. Va a ser un duro rival, él tiene más peso que yo, sus huesos son más grandes que los míos», señala Barnes, para quien será su primera final por un título en España. «En León jugamos la Copa pero no llegamos a la final, así que tengo ganas de ganar algo en España», concluye Barnes.

También será la primera final de Copa Princesa para Sonseca, aunque su palmarés es de aúpa: campeón y subcampeón de ACB, campeón de la Copa del Rey y subcampeón, dos Copas ULEB y un subcampeonato de ULEB. «Es un partido que a todo el mundo le gusta ganar y que, de cara a los play off, da mucho valor. Tengo mil batallas en otras competiciones, pero ahora mismo los que tienen la sabiduría en este tipo de trofeos son Asier Zengotita, Marcos Suka... gente que lleva más tiempo que yo en esta Liga», comenta Edu Sonseca, para quien el favorito es el Quesos Cerrato.

«Va primero en la tabla y juega en casa, todo el mundo pensaba que con la marcha de Fisac le iba a costar un poco, pero está demostrando que funciona muy bien y es favorito para el ascenso directo», apunta el pívot madrileño, ex de equipos como el Real Madrid, Joventut, Valladolid o Gran Canaria. «Pero en el partido que jugamos en Palencia en la Liga dimos un golpe encima de la mesa para dar la sensación de que somos capaces de afrontar esta final con valentía. Es una pista complicada pero se puede ganar, el equipo está concienciado pero también vamos con el respeto de que ese partido casi lo perdemos», apunta Hernández-Sonseca antes de centrarse en los puntos débiles de su equipo.

«Nuestro lastre son las pérdidas de balón, nos pesan mucho, pero tenemos muy buen equipo en rebote y tenemos la capacidad de correr para anotar en bandeja o hacer tiros de tres, es una cosa a nuestro favor y somos un equipo que no da un balón perdido», subraya Sonseca que ve igualado el juego interior de ambos equipos.

«Ellos tienen un juego interior importante con Lamont y Urko, dos jugadores muy veteranos y que van a asumir mucha responsabilidad. Nosotros tenemos un poco más de variedad con dos cuatros diferentes, uno más exterior y otro más físico, y conmigo por dentro, que soy más parecido a Lamont, intentando dominar en las penetraciones y el rebote defensivo. Mi duelo con él será uno de los atractivos de la final, es un pívot dominante, de brazos muy largos y tiene la mano tanto para el gancho como para el tiro. Es muy completo y domina un partido en el rango de 4-5 metros», concluye.