Después de 314 partidos internacionales a sus espaldas y doce medallas conseguidas, la catalana Laia Palau ya es leyenda de la selección española, de la que ha decidido retirarse a los 42 años. Tres oros en el Europeo, una plata olímpica y otra en el Mundial son sus mayores alegrías, a las que se añade otra plata europea, dos bronces mundiales y cuatro más en el Eurobasket. Un palmarés extraordinario y una capacidad de entrega de la capitana que sirven de ejemplo para las jóvenes llamadas a liderar un cambio generacional.
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Para escenificar su adiós, eligió un modesto pero emotivo escenario con todos sus trofeos, la camiseta con el número '9' en el centro, una imagen suya, rodeada de sus compañeras y de sus familiares y una frase. «Vamos a hacerlo oficial rápido. Por si alguno no se lo esperaba después de ver todo esto, sí, me retiro de la selección». Con estas palabras se despidió Laia Palau de su «familia».
Más que un adiós supone un hasta luego, porque la catalana dejó abierta la puerta para volver el próximo verano a ayudar en lo que sea. «Ya no voy a vestir más esta camiseta, pero quiero estar cerca. El proyecto me apasiona y sé que voy a seguir cerca. No sé aún cómo, pero lo estaré», explicaba, muy emocionada pero sin lloriqueos.
A la hora de las gratitudes, un breve repaso. Primero a su familia, «mi red del trapecista», y luego a sus compañeras y la federación. Todos responsables de una carrera brillante de veinte años. «Gracias por haberme dado tanto. No podía imaginarme esto. Gracias a todos y a la vida».
Un gran aplauso cerró su discurso. Resistió para seguir entera. «No voy a llorar, así que no sigáis», bromeaba la jugadora del Uni Girona, donde seguirá jugando al menos hasta el final de la temporada. Entonces, tendrá que decidir si continuar en las canchas o cambiar de escenario. Como confirmó el presidente Jorge Garbajosa, la federación le espera. «Para Laia siempre habrá un sitio en esta casa. Ella es baloncesto y sabemos que cerca de la cancha es donde más a gusto se siente, pero encontraremos un lugar para que pueda ayudar a sus compañeras y a todo el baloncesto español», apuntó el alto dirigente.
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Se marcha después de un verano triste, sin premio ni en el Europeo de Valencia ni en los Juegos de Tokio. «Yo ya sabía que me iba a retirar después de los Juegos y la pandemia me obligó a alargar todo un año más. Me encanta esto y me lo paso muy bien con la selección, pero es algo natural. El espacio que una ocupa hace que no cambien las cosas y hay veces que hay que hacerlas de otra manera», explicaba Palau, que ahora tendrá más tiempo para liberar su mente con 'Calixta', la furgoneta de sus escapadas. «No borraría nada», cerró la catalana en un adiós a su altura. Carisma eterno.
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