
Ha visto tan cerca la posibilidad de dar el salto a la Liga ACB –el sueño que persigue como presidente desde hace cinco años– que cuando ya lo tocaba con las manos, se ha dado cuenta de que en las actuales condiciones es poco menos que imposible. Intuye que se pueden seguir haciendo milagros un peldaño más abajo pero que si verdaderamente el día de mañana se opta por el ascenso, el escenario sería el mismo que le acecha ahora. Sin pandemia, reflexiona en voz alta, el Carramimbre tampoco hubiera podido defender su derecho a ascender.
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«Entiendo la situación que hay y soy el primero en decir que las familias son lo primero, pero si algún día queremos ser ACB la ciudad tiene que dar un paso adelante. Las instituciones deben implicarse más», asegura el presidente del CBC Valladolid, especialmente molesto con el trato que recibe el club por parte de la Diputación. «Seguimos yendo cada pretemporada por todos los pueblos de la provincia y ¡no podemos seguir con los 12.000 euros que teníamos cuando estábamos en LEB Plata! No lo entiendo», apunta.
Por el subconsciente de Hansen pasan las cifras que reciben rivales directos y no tan directos. Ayudas como las que reciben históricamente los equipos vascos, y alguno más cercano como el Baloncesto Palencia, el próximo año Destino Palencia (160.000 entre Ayuntamiento y Diputación). «Y no me sirve el volumen de deporte que hay en cada ciudad porque allí son 50.000 habitantes y aquí somos 350.000. Si somos una ciudad de deporte, vamos a invertir en deporte –se lamenta–. Somos un club modélico que se implica en muchas causas benéficas y ha llegado la hora de sentir ese respaldo por parte de la ciudad».
mike hansen, presidente del cbc valladolid
En breve mantendrá una reunión con las instituciones para trasladar este malestar e intentar diseñar «una hoja de ruta conjunta con la ciudad», pero antes lanza un aviso. «Somos de los equipos de la liga que más dinero privado generamos, pero necesitamos ese mayor empuje institucional. Si no vemos un empuje no vamos a seguir por amor al arte», sostiene.
Hansen explota después de comprobar cómo se han movido el resto de equipos de la liga en el mercado a pesar de los teóricos problemas económicos que iba a generar la crisis. Rivales directos que se han reforzado mucho y bien en las últimas semanas, y que han dejado al CBC Valladolid a la cola en las apuestas. El cabeza visible del club solo quiere competir de igual a igual, con las mismas armas y en igualdad de condiciones.
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Tampoco ayuda a apaciguar los ánimos el ninguneo que ha sufrido el club por parte de la ACB. Precisamente la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) se reúne en la mañana de este jueves para intentar deshacer la madeja que se ha creado por su negativa a aceptar los ascensos del Carramimbre CBC Valladolid y Delteco Guipúzcoa, procedentes de la Liga LEBOro. Un escenario que se contempla en el acuerdo suscrito con la Federación Española (FEB) y que en esta ocasión se resiste a cumplir por la presión de sus socios a disputar una Liga de 20 equipos en la temporada 2020-21 al haber descartado descensos a consecuencia de la pandemia.
Resolver este enigma es prioritario en un orden del día que según las fuentes consultadas rechazará de pleno la candidatura de Valladolid y se centrará en la documentacion presentada por el club guipuzcoano. «Solo hemos querido que nos reconociesen el derecho a estar y no lo han hecho, algo que es peligroso para años venideros», asegura Hansen.
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Tampoco desean los socios de la Liga ACB una competición impar con 19 equipos, y es ahí donde radica el principal de sus problemas toda vez que desde San Sebastián se ha cumplido, punto por punto y escrupulosamente, con todos los requisitos exigidos para poder militar en la máxima categoría.
Cumplió con la auditoría que se le demandaba, algo a lo que se negó el CBC, y luego ha tramitado por cuarta vez el expediente de afiliación a la ACB necesario con la misma documentación que las tres anteriores. Además lo hizo en tiempo y regla, por lo que desde el club vasco se advertía en un comunicado esta misma semana que defenderá sus derechos donde haga falta. «La auditoría ratifica que no existen deudas con la ACB, FEB, clubes, jugadores ni entrenadores. Tampoco hay deudas tributarias ni con la Seguridad Social. El patrimonio neto es positivo y no está incursa la entidad en causa de disolución», reza dicho comunicado, que deja meridianamente claro que el Delteco acudirá «inmediatamente a solicitar amparo a las instituciones competentes en la materia y ejerceremos todas las acciones legales en defensa de nuestros derechos». Desde Guipúzcoa se recuerda que completó el proceso de afiliación a la ACB el pasado 15 de julio, «pese a que la asociación no comunicó los requisitos obligatorios hasta el 13 de junio». Queda pendiente por saber si la asamblea de hoy acepta finalmente al club guipuzcoano. En caso de no hacerlo, el conflicto que dirimen ACB y FEB se resolverá con la mediación del Consejo Superior de Deportes (CSD) o por la vía de los tribunales, lo que podría enquistar la situación y retardar la confección de calendarios en las dos competiciones afectadas.
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En este punto, no solo los clubes de la máxima competición están pendientes de esta resolución para diseñar sus planificaciones, comienzo de pretemporada, etcétera, sino también la federación y los equipos ya inscritos en la LEBO ro.
Ahora mismo son diecinueve los clubes inscritos pero el calendario no se puede confeccionar a la espera de saber en qué liga jugará Guipúzcoa. No estará Marín, ya que la FEB no ha admitido la solicitud de prórroga para entregar la documentación pertinente, y sí los tres clubes que se han ganado el derecho en el campo con su ascenso desde la LEB Plata (Tizona de Burgos, Real Murcia y Basquet Girona). También el Carramimbre CBC ha presentado la correspondiente documentación para jugar un año más en la LEB Oro.
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Solo en el momento en el que se conozca la resolución que se toma desde la ACB se podrá despejar la duda que planea sobre la segunda competición del baloncesto español acerca de dividir la competición en dos grupos. Se ha planteado desde la comisión gestora de la FEB y la idea es bien recibida por el CBC. «No lo veo mal, sería un alivio para reducir costes», asegura Hansen sobre un formato en el que teóricamente los cinco primeros de cada grupo se clasificarían para jugar por el título.
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