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Desde que cerrara la puerta del pabellón Pisuerga hace ahora veinte años ha probado un sinfin de 'baloncestos' y ninguno sabía igual al anterior. Mamó el de la escuela americana en Pennsylvania, bajó al barro en Cádiz para vivir los siete primeros años de expansión ... de la LEB (Los Barrios), completó un Máster en dos actos junto a Pablo Laso en los banquillos de Guipuzcoa y Real Madrid, intentó doctorarse en Fuenlabrada antes de marcharse a Canadá, y la de Angola ha sido su experiencia más exótica antes de firmar como seleccionador sueco. De ese gazpacho sale ahora un técnico con una paleta de colores lo suficientemente amplia como para hacer un buen lienzo.
Casi siempre a la sombra como ayudante, la del Carramimbre será su segunda experiencia como primer entrenador tras la etapa frustrada en Fuenlabrada en 2015.
–¿Tanta mezcla da para un estilo concreto o es de los entrenadores que se adapta al escenario y recursos que encuentra en cada plaza?
–Es una mezcla. Cuando entrenas en sitios tan diferentes con un abanico tan dispar en cuanto a calidad y perfil de jugadores, la adaptación del entrenador acaba siendo fundamental para el éxito. Y precisamente la adaptación ha sido uno de los grandes factores que me han ayudado a que mis equipos funcionaran bien.
–¿Tiene ya en mente el sello que quiere imprimir al Carramimbre?
–Creo que tenemos que ser muy sólidos defensivamente, estar muy bien armados para no recibir muchos puntos y luego, eso sí, quiero que el equipo juegue con mucho ritmo. Un juego con muchas posesiones para explotar las virtudes de los jugadores. Y dar un puntito de alegría al equipo con la velocidad al contraataque.
–Poco se parecerá la LEB'Oro a su última experiencia en la liga de Angola.
–La LEB'Oro está creciendo año a año. No es la misma competición que yo dejé en 2009 donde más del 50 por ciento de los jugadores están jugando hoy en ACB pero creo que es una liga que vuelve a estar en ebullición y que se ha hecho muy táctica. Quizás los equipos tengan menos ritmo pero hay muchas fases defensivas y tienes que estar muy preparado para cambiar el plan de partido en cualquier momento.
–¿Es una ventaja a la hora de competir que solo haya dos equipos inaccesibles y el resto estén en tu mismo escalón?
–Posiblemente haya cuatro o cinco equipos con presupuestos más elevados que el resto, Breogán y Guipuzcoa serán los Bilbao y Betis de este año, pero es cierto que hay un grupo medio donde siendo realistas Valladolid estará de mitad hacia abajo. Por eso vamos a tener la idea en la cabeza de cumplir un primer objetivo, que es salvarnos, y después ir creciendo durante la liga.
–¿Le preocupa la falta de recursos del club o es algo asumido que obliga a ser más listos que los demás para llegar antes a determinados mercados?
–Lógicamente no puedes ir al mercado con las mismas armas a nivel económico, pero puedes ir de otra manera. Ofreciendo un producto donde todos los jugadores que pasan por aquí han crecido y han tenido visibilidad con el equipo en la parte alta. Paco (García) ha hecho un excelente trabajo en este sentido, y si sumamos los contactos que tenemos en otras ligas podemos pescar en algún mercado más desconocido.
–Su bagaje le otorga una etiqueta de 'segundo' difícil de revertir. Además, su experiencia como primer técnico en Fuenlabrada no salió bien, ¿qué ha cambiado de aquel entrenador a éste?
–He sido entrenador ayudante durante catorce años y es un trabajo que me encanta. Para llegar a ser primer entrenador hay que quemar diferentes etapas y cuando llegas a un máximo nivel, entrenando al Real Madrid en Euroliga no te sientes ayudante. Por la confianza que me dio Pablo Laso me he sentido muy cercano a él. Es cierto que Fuenlabrada ha sido la primera y única experiencia en España como entrenador, a mitad de temporada y con el equipo ya hecho, sin tener ningún impacto en la plantilla con una situación delicada al coger al equipo penúltimo clasificado, y creo que todo entrenador va aprendiendo de todas las situaciones. Luego ya he sido capaz de empezar la temporada en otros clubes y configurar las plantillas como a mi me gusta, y ha ido francamente bien.
–Pues hablemos de la configuración de la plantilla. ¿Es partidario de equipos cortos y guardarse una bala para diciembre-enero o de contar con un fondo de armario amplio?
–En principio creo que hay que hacer una plantilla lo más competitiva posible. Soy entrenador de utilizar muchos jugadores, de hecho llamó mucho la atención que en mi debut con Suecia hubieran jugado ya todos en el minuto doce. Ya he dicho que me gusta jugar con mucho ritmo y para eso necesitamos mantener una intensidad alta de juego, así que todo aquel que esté preparado va a tener opciones.
–Eso significa una plantilla de once.
–Sí.
–¿Contempla la posibilidad de que pueda llegar un jugador en enero para reforzar la plantilla?
–Ya se verá. Es demasiado temprano porque luego igual no hace falta. A día de hoy tenemos que pensar en los mejores posibles para lo que queremos y si luego llega la ocasión deportiva y económica, la afrontaremos.
–Viendo la mala experiencia de este año con Bradley Hayes, ¿qué importancia concede a acertar con el americano?
–Creo que el pasaporte no tiene ninguna importancia. O es relativa. El ejemplo es Sergio de la Fuente, que es español y hace un trabajo excepcional. De hecho podría ser el americano en muchas plantillas de la liga. Lo relevante es hacer un buen equipo con los cupos obligados de nacionales.
–¿Cómo convenció a Sergio de la Fuente para que siguiera?
–Me senté con él, hablamos en una situación en la que casi tenía tomada la decisión y creo que las conversaciones surtieron efecto. Creo que mantenerlo es francamente importante para nosotros.
–¿Da cierta ventaja su conocimiento de los distintos mercados con respecto a los demás equipos de la categoría?
–Cuando manejas un abanico grande de conocimiento de jugadores tienes más ventaja que si tu conocimiento es más corto. Entonces vamos a jugar con todo, con 'rookies' americanos, con europeos, africanos, asiáticos,... Todo lo que esté en nuestra mano y creamos que puede ser bueno para el equipo, ya no solo desde el conocimiento deportivo sino también personal para que se adapte sin problemas al equipo, lo vamos a hacer.
–¿Por qué perfil de jugador se decanta? ¿Le concede importancia a que conozca la competición?
–No podemos ir al mercado con dinero porque jugadores con bagaje y experiencia en la liga se nos escapan y no vamos a poder competir, con lo cual vamos a intentar encontrar ese tipo de jugador que se pueda adaptar bien.
–¿Puede venir algún sueco?
–Ya digo que manejamos muchas nacionalidades. He visto ya jugadores suecos, daneses, franceses, italianos,... Todos los mercados europeos son muy emergentes.
–¿En qué influye que siga siendo seleccionador sueco?
–No es ningún hándicap. Tengo ahora una semana del 5 al 11 con la selección para sentar unas bases más estructuradas y así cuando me vea con el equipo en noviembre, simplemente iremos más al plan de partidos.
–¿Es Valladolid una plaza especialmente dura para un vallisoletano?
–No te lo puedo decir todavía. No supone presión. Al revés, estoy sintiendo mucho cariño de la gente. El mensaje que más recibo es '¡qué bien verte de nuevo de vuelta a España!'. Presión ninguna porque es algo con lo que vive el entrenador independientemente de donde esté, y sí mucha ilusión de entrenar al equipo de casa después de haber salido de ella hace veinte años.
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