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marco alonso
Jueves, 7 de abril 2016, 13:57
No son pocos los que piensan que la situación actual del Quesos Cerrato responde a un milagro, a una intervención divina que ha tocado al equipo con la varita del éxito. Lo cierto es que en esta temporada hay dos nombres que han sido cruciales en el Pabellón Marta Domínguez, pero no son el de Dios o el de San Pedro, sino el de Porfi Fisac y el de Sergio García, los dos entrenadores que han llevado este proyecto al instante en el que se encuentra: a horas de jugarse el título de Liga en casa ante el Ourense.
Porfi Fisac fue el encargado de fichar a los jugadores que conforman la plantilla. El Quesos Cerrato puede recoger la siembra que el segoviano llevó a cabo a principios de temporada, pero el técnico se muestra humilde y asegura que el artífice del milagro no es otro que Sergio García, que se ha encargado de regar cada día esa semilla que él sembró el pasado verano. «Los equipos evolucionan a lo largo del año y, desde que empiezas a trabajar con ellos, aportas tu granito de arena, pero el éxito grande es de Sergio, de los jugadores y de una directiva que ha sabido ir armando los equipos y creciendo como club y como entidad», explicó ayer un Porfi Fisac que sigue trabajando para sacar a su equipo, el Gipuzkoa Basket, de la última plaza de la clasificación de la Liga Endesa.
Tal vez, la afición acabe recordando a Porfi como aquel entrenador que dejó al club en la estacada cuando más falta hacía su concurso, pero el entrenador piensa que dejó al equipo en las mejores manos: en las de Sergio García, un entrenador que ha sabido aportar su toque personal a un bloque que surgió de la cabeza de Porfi Fisac. «He visto mucha coherencia en Sergio. A pesar del momento que han tenido, con la lesión de Blanch, ha seguido todas las pautas con muy buen criterio. No ha habido nerviosismo porque han sabido ganar la Copa y deseo al 100% que todo salga bien en la final contra el Ourense», explica.
Porfi Fisac se decantó por abandonar una cabeza de ratón para pasar a ser cola de león, y asegura que no se arrepiente de aquella decisión, a pesar de que su equipo sigue siendo el peor de la ACB y que el que abandonó se pueda convertir mañana en campeón de la Liga LEB Oro. «Me necesitaban mucho más los jugadores que tengo ahora que los que dejé en Palencia. No tengo ninguna envidia cuando comparo cómo van las cosas en Palencia y cómo estamos funcionando en el Gipuzkoa», afirma Fisac, que asegura que guardará por siempre un buen recuerdo del Quesos Cerrato. «Solo tengo agradecimiento al club porque me dio la oportunidad de afrontar ese proyecto tan bonito e ilusionante que ahora encabeza tan bien Sergio García», señaló.
No. Porfi Fisac no es Dios y no está obrando el milagro en Gipuzkoa, pero Sergio García tampoco es San Pedro, por mucho que toque con la punta de los dedos las llaves del paraíso de la ACB. A ver qué se cuenta alguno de los apóstoles:
Luis Pinela, el primer entrenador
Luis Pinela ahora es profesor del Colegio Maristas Castilla y entrena a niños de entre 10 y 11 años de edad, pero en el año 2000 arrancó un proyecto que hoy está a punto de tocar techo: el equipo senior del Palencia Baloncesto. «Estuvimos varios años en los que teníamos equipos en la liga autonómica y pensamos que una forma de revitalizar el proyecto era con un equipo en la EBA», recuerda Pinela, que fue el primer entrenador del equipo palentino senior durante sus dos primeras temporadas y que, al año siguiente, fue director deportivo.
Ilusión. Ese fue el motor que impulsó esta idea, que al principio a alguno le pudo parecer de locos, pero que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un equipo que hace disfrutar a miles de personas cada viernes. «¿Quién iba decir que aquello se iba a convertir en esto? Éramos solo un grupo de amigos que disfrutaba del baloncesto y que decidió intentar una locura con mucha ilusión», rememora Luis, que destaca la implicación de los palentinos con el equipo desde el primer instante. «Nos encontramos con dificultades, éramos novatos, pero la respuesta de la ciudad fue muy buena desde el principio», afirma.
Pablo Alonso, el técnico de la consolidación
Pablo Alonso es uno de los entrenadores que más ha hecho por el crecimiento deportivo del Palencia Baloncesto. El técnico lideraba el banquillo en la temporada 2004-2005, esa en la que los morados emergieron de la EBA para irrumpir en la LEB 2. El técnico apuntaló al equipo en la antesala de la LEBOro y recuerda aquella época como la de la consolidación de un proyecto en una realidad. «Hubo que hacer muchas cosas porque empezamos a montar una estructura profesional. Entonces, no había sala de fisios ni una oficina para los técnicos en el pabellón. Pero, poco a poco, se fue creando una realidad que ahora tiene un nivel mucho mayor», recuerda el entrenador, que ahora es un trabajador más de la empresa fabricante de café soluble Seda.
Pablo Alonso ya no ejerce como entrenador. Tras 20 años como profesional del baloncesto, se ha visto apartado del mundanal ruido del deporte y ahora sigue los pasos del Quesos Cerrato como un aficionado más. «Lo que ha pasado este año es algo enorme la historia del club y corresponde con la evolución natural que hace justicia con la entidad. Nacho Lezcano dejó un legado muy bueno, se acertó con el fichaje de Porfi y luego Porfi acertó con los fichajes de los jugadores. Los entrenadores decimos que si quieres ganar la Liga tienes que tener dos buenos bases y dos buenos pívots y el Quesos Cerrato los tiene», afirma.
Nacho Lezcano, toda una institución
Si ha habido un entrenador que ha marcado un antes y un después en el Quesos Cerrato ese es Nacho Lezcano. El técnico vasco llegó a Palencia el 28 de diciembre de 2007 para sustituir a Quino Salvo en LEB Plata y dirigió al equipo hasta la temporada pasada, un tiempo en el que logró el ascenso a la LEB Oro y llevó al club a lograr su primera Copa Príncipe.
Despacito y buena letra. Ese puede ser el titular que englobe la labor del Palencia Baloncesto en su andadura por el baloncesto senior y Nacho Lezcano opina que ese ha sido el secreto del éxito de este club colegial. «Todo ha ido sin prisa, pero sin dar un solo paso atrás. Con cabeza, ilusión, ambición y los pies en el suelo. Mientras otros clubes se han ido perdiendo por el camino, esta entidad ha ido dando pasos, poco a poco, hasta llegar hasta lo que es hoy en día», afirma Nacho Lezcano.
El técnico vasco estuvo hasta final de año entrenando al Toros de Venezuela y ahora está formándose con el objetivo de entrenar de nuevo el próximo año. Lezcano ha sido desde siempre un estudioso del baloncesto y asegura que esperaba que este equipo lograse la enorme cota que ha alcanzado este año. «Visto lo que pasó este verano no me sorprende. Ha habido equipos que se han debilitado, el Burgos ha desaparecido, el Ourense ha hecho una temporada de transición y el Quesos Cerrato estaba llamado a estar ahí. Ha sido el más regular y el único que le hecho sombra es el Melilla», señala.
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