Diez deportistas que murieron demasiado jóvenes

El 3 de diciembre de 1989 el baloncesto español se tiñó de luto. El jugador del Real Madrid Fernando Martín, pionero del baloncesto nacional y europeo en Estados Unidos, se dejaba la vida en un accidente en la M-30 de Madrid. Aquel domingo trágico, a eso de las tres y veinte de la tarde, la mayor figura del baloncesto español de la época moría en la carretera. Tenía 27 años. Hoy, 27 años después, el deporte español sigue de luto.

Conocido como 'El genio de ¦ibenik', el jugador de baloncesto croata Dra¸en Petrovi fallecía el 7 de junio de 1993 a los 29 años en otro accidente de tráfico. El coche en el que viajaba el jugador de los New Jersey Nets de la NBA fue embestido en el estado alemán de Babiera por un camión que perdió el control al tratar de evitar una colisión con otro coche. Petrovi estaba dormido en el momento del impacto. Su novia, que conducía el automóvil, resultó herida.

Considerado uno de los mejores pilotos de Formula 1 de la historia, el brasileño Ayrton Senna murió el 1 de mayo de 1994 debido a un fuerte choque sufrido durante la carrera en del Gran Premio de San Marino. Una varilla de la suspensión del vehículo atravesó su visera del casco dejándole una herida mortal en la cabeza. El tres veces campeón del mundo tenía 34 años. En el año 2014 el piloto francés Jules Bianchi sufrió un accidente en el Gran Premio de Japón que le costaría la vida el 17 de julio de 2015. Tenía 26 años.

Una de las atletas más grandes de todos los tiempos, Florence Griffith, murió el 21 de septiembre de 1998 a los 38 años. La mujer de los trajes pintorescos, larguísimas uñas decoradas y sonrisa permanente ganó tres medallas de oro y una de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl (1988) y batió las plusmarcas del mundo de 100 y 200 metros. Con 29 años y en la cúspide de su carrera, anunció su retirada de las pistas cuando las sospechas sobre dopaje se sucedían sobre ella. Diez años después fallecía de una apoplejía cerebral.

José María Jiménez Sastre, 'Chava', considerado uno de los ciclistas españoles más carismáticos de los últimos tiempos, murió el 6 de diciembre de 2003 a los 32 años de una crisis cardíaca. Retirado del ciclismo profesional desde el 2002, el abulense de El Barraco, un 'as' de la montaña, estaba ingresado en una clínica de Madrid por una fuerte depresión. Un año más tarde, su amigo, el ciclista italiano Marco Pantani, fallecía en circunstancias parecidas.

El futbolista sevillista Antonio Puerta falleció el 28 de agosto de 2007, tres días después de caer fulminado como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio durante el transcurso del partido entre Sevilla Fútbol Club y Getafe Club de Fútbol, que daba comienzo a la Liga Española. Tenía 23 años. El equipo médico del Hospital Virgen del Rocío que atendió al jugador calificó de «crítica» su situación desde el primer momento. La acción más recordada de Puerta es el gol que marcó el 27 de abril de 2006 ante el Schalke 04 alemán: un lanzamiento cruzado con la zurda en la prórroga que clasificó al Sevilla Fútbol Club para la primera final europea de su historia. El fútbol español sólo recuerda un caso similar al de Puerta: el de Berruezo, fallecido en 1973 en el estadio Pasarón, de Pontevedra.

El 8 de agosto de 2009 moría en Italia a los 26 años otro futbolista español: Daniel Jarque. Durante la gira veraniega del R. C. D. Español por Italia, Jarque perdió el conocimiento en la habitación del hotel de concentración mientras mantenía hablaba por teléfono con su novia, quien avisó rápidamente a Ferran Corominas, el compañero de cuarto en el hotel de Jarque. Murió a causa de una asistolia. Tenía 26 años. La noticia de su muerte causó una gran conmoción en el mundo del fútbol español. El 11 de julio de 2010, Andrés Iniesta, tras conseguir el gol de la victoria española en la final del Mundial de Sudáfrica 2010, homenajeó a Jarque mostrando una camiseta con el lema 'Dani Jarque siempre con nosotros'.

El piloto italiano de MotoGP Marco Simoncelli perdió la vida el 23 de octubre de 2011 en un accidente en el Gran Premio de Malasia, curiosamente, en el mismo circuito, el de Sepang, en el que se había proclamado campeón del mundo de 250cc dos años antes. Se habían dado tan solo dos vueltas de carrera cuando Simoncelli, que rodaba en cuarto lugar, se cayó. Colin Edwards y Valentino Rossi, que venían inmediatamente por detrás, no pudieron evitar embestir al italiano. De la fuerza del impacto, Simoncelli se quedó sin casco extendido en el suelo; inerte. Los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida.

La piloto de automovilismo María de Villota colisionó el 3 de julio de 2012 en el aeródromo británico de Duxford, mientras realizaba unas pruebas de aerodinámica para su equipo, contra un tráiler aparcado a pie de pista y con la rampa a media altura. Como resultado sufrió la pérdida de su ojo derecho. El 10 de octubre de 2013 su cuerpo apareció sin vida en un hotel de Sevilla. Según la autopsia posterior, el fallecimiento se produjo por «causas naturales» relacionadas con el accidente que había sufrido un año antes.

El atletismo español perdió al mejor saltador de longitud español de todos los tiempos un 8 de mayo de 2014. Un infarto acabó con la vida del asturiano Yago Lamela a los 36 años. Retirado oficialmente desde 2009, aún permanece intacto en la memoria colectiva aquel salto de 8,56 metros que le valió una medalla de plata en los Mundiales en pista cubierta de Maebashi (1999). Lamela tenía 21 años y las crónicas deportivas le describían como alguien «que podría saltar más que casi nadie en la historia». De momento, así ha sido.