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Dani Rodríguez entra a canasta ante el Planasa Navarra.
Todo cambia para seguir igual

Todo cambia para seguir igual

El Quesos Cerrato gana al Planasa Navarra en el estreno de Sergio García como primer técnico en el Marta Domínguez

marco alonso

Sábado, 12 de diciembre 2015, 00:39

Cambio. Seguramente, esta sea una de las palabras más repetidas en las páginas de la nueva sección dedicada a las elecciones de este periódico, en las que políticos de uno y otro signo pretenden hacer suyas estas seis letras, que juntas se convierten en la mejor respuesta a una crisis. Pero esta palabra se ha colado también, contra todo pronóstico, en las páginas de deportes, que antes estaban

plagadas de calificativos que ensalzaban la labor del Quesos Cerrato y que, de la noche a la mañana, se han visto invadidas por el cambio. Cambio de aires de Porfi Fisac, cambio de asiento en el banquillo para Sergio García y cambio de impresiones entre una afición desconcertada. Y, entre tanto cambio, ayer cambió todo menos el resultado. Y es que el Quesos Cerrato perdió sus señas de identidad durante una mala primera mitad, pero logró recuperar las sensaciones y sumó su undécimo triunfo del año en el estreno de Sergio García como primer entrenador.

El partido comenzó con el Planasa Navarra muy temeroso en el juego interior. El conjunto navarro no estaba dispuesto a pelear en la zona con Barnes y Otegui y buscó opciones desde el perímetro. De hecho, 9 de los 17 puntos que sumaron los visitantes en el primer cuarto llegaron más allá de la línea de 6,75. Por su parte, Sergio García echó mano de sus hombres interiores para acabar los diez primeros minutos de partido con otros 17 puntos. Igualdad absoluta en el marcador, pero gracias a dos estilos antagónicos entre sí.

A Sergio García le gustaba lo que veía en la pintura y estiró los minutos de Barnes y Otegui en la pista, pero rotó más a sus jugadores de fuera. McCarron, con seis puntos y ocho de valoración en la primera parte, era el más sobresaliente de los hombres exteriores, pero no todo son números en esto del baloncesto y Dani Rodríguez, que estaba haciendo un partido sin demasiada historia, se llevó la ovación del cuarto cuando anotó sus dos primeros puntos después de jugarse un lanzamiento complicado sobre la bocina. La primera parte acabó con un resultado de 33-31 y todo estaba abierto. El pabellón estaba algo más frío de lo habitual y esa frialdad la transmitían los grados del pabellón, pero también el equipo. Ese conjunto caliente, con espíritu, que había sido siempre el Quesos Cerrato parecía haberse contagiado de las gélidas temperaturas que se registraban fuera del pabellón. Y con estas sensaciones, que añadían una neblina de duda al partido, arrancó la segunda mitad.

La intensidad del Planasa Navarra era muy superior a la de los palentinos y en los cinco primeros minutos de la primera mitad, el equipo visitante cogió una distancia de 6 puntos (37-43). Las cosas se ponían feas y García pidió tiempo muerto. Parecía que el Quesos Cerrato había perdido ese ritmo que se había convertido en su seña de identidad desde el inicio y el pabellón despertó de su letargo gracias a esa frase que tanto le gusta decir al speaker. «Presión pabellón», eso repetía una y otra vez el del micrófono y, ante tanta insistencia, el Marta Domínguez presionó, tanto que ayudó al Quesos Cerrato a lograr la igualada como más gusta en Palencia: sobre la bocina. En esta ocasión fue Joan Tomàs el que se la jugó de tres para levantar a todos y cada uno de los aficionados de sus asientos y dejar el electrónico en 48-48.

Si empezábamos la crónica hablando de las veces que aparece la palabra cambio en el periódico, la más repetida ayer en el pabellón fue vamos. Parecía que el equipo necesitaba un empujoncito, la grada así lo entendió y llevó a los suyos en volandas para que empezaran el cuarto decisivo por delante, hasta llegar a los seis puntos de diferencia. Pero varias decisiones muy discutidas por la afición local devolvieron de nuevo la igualada al marcador. El Quesos Cerrato se escapaba, pero su ventaja era rápidamente contestada con un lanzamiento exterior. Faltaba solo un minuto y Blanch dejó el electrónico en 71-68 gracias a un triple, aunque en esto de tirar desde las línea de 6,75 los navarros saben, y mucho, y Servera volvió a igualar el partido (71-71). A falta de 31 segundos, Nguirane hizo su quinta falta y Urko tuvo la responsabilidad desde el tiro libre. Erró el primero, anotó el segundo y dejó el marcador 72-71. Y de nuevo, ahí, en el momento decisivo, apareció Barnes para desbaratar una ocasión rival, agarrar un rebote y vuelta a empezar, pero un punto por encima. McCarron recibió una falta, metió sus dos tiros libres y dejó al Planasa Navarra a tres puntos.

Un triple. Lo que tantas veces había permitido a los navarros permanecer en el partido era lo que necesitaban para igualar la contienda, y su mejor jugador desde la línea de 6,75 se dispuso a aguar la fiesta al líder, pero la presión que reclamaba el speaker pudo con Servera, que mandó fuera su lanzamiento dejando la victoria en bandeja para los palentinos, que pusieron cinco puntos de distancia en el marcador gracias a una rápida canasta de Marc Blanch.

Sí hubo cambio, sí. Pero no de ese a los que nos tienen acostumbrados los políticos, que anuncian renovaciones y evoluciones que al final acaban en más de lo mismo. Aquí nadie anunció modificaciones.Sergio García dijo en su primera entrevista que su labor sería continuista, pero sus presagios no se han visto cumplidos en su puesta de largo. No obstante, el líder sigue con paso firme y sumó su undécima victoria. Todo cambia para seguir igual.

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